Fish! La Elección Es Tuya.

La elección es tuya. Lo más difícil de escribir, considero yo, es decidirte por la primera palabra. Pero cuando se trata de expresar todo lo aprendido en FISH! el libro que recién leí, las palabras prácticamente fluyen solas y, siendo sincera, no pude elegir mejor frase que esa: “la elección es tuya”.

El aprendizaje que me llevo de este libro es vasto, y me atrevo a decir que todo lo que el libro dice y trata de transmitir, yo ya lo había considerado antes. No una vez y no únicamente en un solo momento de mi vida, si no en muchos, y creo que aquellos que lleguen a leerlo concordarán conmigo al decir que el libro muestra ideas tan básicas que si no las habíamos considerado, sencillamente es porque nos falta prestar atención. Pero, ¿prestar atención a qué? ¿O a quién? A todo y a todos, no hay más.

El libro lo expresa claramente en una de sus líneas: “al mirar se ven muchas cosas”. Pienso que el sentido de esta frase es que no basta solo con mirar, hay que prestar atención, es necesario detenerse a observar para poder percatarnos que lo que nos rodea nos afecta. ¡Y vaya que nos afecta! Todo lo que nos rodea importa y debemos darle su merecida importancia porque va más allá de los simples días acumulados en meses, los cuales a lo largo de los años, harán que nos convirtamos en nada; harán que lleguemos a un punto tan crítico que nos convertimos justo en eso que dijimos nunca seríamos. Nos vaciamos. Y aquella alegría, aquella sonrisa, aquellas ganas de seguir, se van. Poco a poco la gente empieza desconocernos (o a conocernos según lo veamos) y la energía, las ganas de hacer las cosas, de vivirlas, de expresar, de crear; todo aquello que nos caracterizaba de “jóvenes”, ya no nos caracteriza más. Nos enfrascamos. Y puede sonar un poco fuerte que una persona de escasos 18 años se atreva a usar la frase “aquello que nos caracterizaba de jóvenes” pero, que suene fuerte no hace que deje de ser cierto. No es que me victimice diciendo que he arruinado los pocos años que he vivido y que me he “vaciado” como tal pero me ha pasado.

En más de una ocasión me he sentido como los trabajadores de la tercera planta de First Guarantee Financial, monótonos, sin energía, sin interés, incluso sin las ganas o sin la necesidad de saber el por qué de ese sentir. Quizá sea por mi carácter, por mi forma de ser, o por mi personalidad. Solía tomar las cosas a mala manera, vinieran de quien vinieran, y lo he sabido siempre. O será que siempre me lo han hecho notar… por consiguiente, siempre he tratado de minimizar esa tendencia a reaccionar de mala manera. Y cuando digo siempre me refiero a siempre, desde niña. Y cuando digo trato, me refiero a que no siempre puedo manejarlo, soy humana. En fin, me di cuenta que me molestaba lo que llegaran a hacer o decir las personas, muchas veces no me afectaba directamente, ni siquiera indirectamente, y aún así me molestaba.

La experiencia más temprana que recuerdo como claro ejemplo de esto último fue a los 9 años, cuando critiqué con mala intención el trabajo de mi mejor amiga,

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