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GUIA DE DERECHO


Enviado por   •  19 de Enero de 2014  •  2.012 Palabras (9 Páginas)  •  198 Visitas

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NEOLIBERALISMO: es uno de los nombres que se usa para describir una ideología económica. También se puede llamar capitalismo corporativo, globalización corporativa, globalización, y hasta la economía suicida. Esta ideología es la que actualmente domina las políticas de la economía global. Aquí hay una explicación breve de cómo se creó el neoliberalismo, cómo llegó a dominar el mundo económico, cómo el neoliberalismo afecta a los pueblos del mundo, cuáles son las "patas" que sostienen a este monstruo, y finalmente, qué otras formas hay de estructurar las economías.

HISTORIA: es un sistema bastante joven-sólo se convirtió en la ideología económica dominante hace unos veinticinco o treinta años. fue introducido a finales de 1930 por los liberales europeos para promover una nueva forma de liberalismo económico intervenido en algún nivel, político y social para corregir lo que se pensó como deficiencias que llevaron al crac del mercado de valores en 1929.

GENOCIDIO: es un delito internacional que comprende cualquiera de los actos perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal; estos actos comprenden la matanza y lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo, sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial, medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo, traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.

CRIMINALIDAD: se entiende el volumen de infracciones cometidas sobre la ley penal, por individuos o una colectividad en un momento determinado y en una zona determinada, la criminalidad es un término que tiene muchas variantes, por ejemplo: los americanos no manejan el término criminalidad sino delincuencia. La delincuencia es un producto también a priori y de observación.

La criminalidad como delincuencia es una forma peculiar de recabar todos los hechos criminales, los hechos punibles ocurridos y fijados por las vías estadísticas. La criminalidad maneja como delito el concepto normativo típico discriminado en los Códigos. La fijación estadística de la criminalidad tendrá necesariamente que referirse a los delitos tipificados, recogidos legislativamente en el libro II del Código Penal porque la única concepción que se tiene de delito es la que el Código trae. Desde que ha existido la comunidad humana existe el fenómeno constante “La Criminalidad” es una ilusión creer que este fenómeno pueda suprimirse. Pervivirá mientras existan las sociedades a lo que puede aspirarse es a disminuir la criminalidad o buscarse que las faltas causen el menor daño posible a los intereses individuales y sociales. Los actos humanos obedecen a muchos motivos, en la teoría psicoanalítica estos motivos provienen unos del campo consciente y otros de los territorios del inconsciente.

LA INQUISICIÓN: La Inquisición española o Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición fue una institución fundada en 1478 por los Reyes Católicos para mantener la ortodoxia católica en sus reinos. La Inquisición española tiene precedentes en instituciones similares existentes en Europa desde el siglo XII (véase el artículo Inquisición), especialmente en la fundada en Francia en el año 1184. La Inquisición española estaba bajo el control directo de la monarquía. No se abolió definitivamente hasta 1834, durante el reinado de Isabel II. Pero su abolición fue aprobada en las cortes de Cádiz en 1812 por mayoría absoluta.

La Inquisición, como tribunal eclesiástico, sólo tenía competencia sobre cristianos bautizados. Durante la mayor parte de su historia, sin embargo, al no existir en España ni en sus territorios dependientes libertad de cultos, su jurisdicción se extendió a la práctica totalidad de los súbditos del rey de España.

EL POTRO SALVAJE (HORACIO QUIROGA): Era un caballo, un joven potro de corazón ardiente, que llegó del desierto a la ciudad, a vivir del espectáculo de su velocidad. Ver correr aquel animal era, en efecto, un espectáculo considerable. Corría con la crin al viento y el viento en sus dilatadas narices. Corría, se estiraba; y se estiraba más aún, y el redoble de sus cascos en la tierra no se podía medir. Corría sin regla ni medida, en cualquier dirección del desierto y a cualquier hora del día. No existían pistas para la libertad de su carrera, ni normas para el despliegue de su energía. Poseía extraordinaria velocidad y un ardiente deseo de correr. De modo que se daba todo entero en sus disparadas salvajes , y ésta era la fuerza de aquel caballo. A ejemplo de los animales muy veloces, el joven potro tenía pocas aptitudes para el arrastre. Tiraba mal, sin coraje ni bríos ni gusto. Y como en el desierto apenas alcanzaba el pasto para sustentar a los caballos de pesado tiro, el veloz animal se dirigió a la ciudad a vivir de sus carreras. En un principio entregó gratis el espectáculo de su gran velocidad, pues nadie hubiera pagado una brizna de paja por verlo –ignorantes todos del corredor que había en él–. En las bellas tardes, cuando las gentes poblaban los campos inmediatos a la ciudad –y sobre todo los domingos–, el joven potro trotaba a la vista de todos, arrancaba de golpe, deteníase, trotaba de nuevo husmeando el viento, para lanzarse por fin a toda velocidad, tendido en una carrera loca que parecía imposible de superar y que superaba a cada instante, pues aquel joven potro, como hemos dicho, ponía en sus narices, en sus cascos y su carrera, todo su ardiente corazón. Las gentes quedaron atónitas ante aquel espectáculo que se apartaba de todo lo que acostumbraban ver, y se retiraron sin apreciar la belleza de aquella carrera.

"No importa –se dijo el potro, alegremente–. Iré a ver a un empresario de espectáculos y ganaré, entretanto, lo suficiente para vivir." De qué había vivido hasta entonces en la ciudad, apenas él podía decirlo. De su propia hambre, seguramente, y de algún desperdicio desechado en el portón de los corralones.

Fue, pues, a ver a un organizador de fiestas.

–Yo puedo correr ante el público –dijo el caballo– si me pagan por ello. No sé qué puedo ganar; pero mi modo de correr ha gustado a algunos hombres.

–Sin duda, sin duda... –le respondieron–.

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