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GUIONES


Enviado por   •  16 de Marzo de 2014  •  Ensayos  •  3.189 Palabras (13 Páginas)  •  326 Visitas

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El texto que os presentamos es la versión teatral de uno de los cuentos infantiles más populares: Caperucita Roja. Es adecuado para los más pequeños, aunque siempre hay que tener cuidado para que no se asusten con la figura del lobo.
En esta versión no hay cazadores, a los que hemos sustituido por una figura mucho más educativa.

Caperucita Roja y el Lobo
Autor: José Luis García

CAPERUCITA ROJA (7 PERSONAJES)

(En un extremo de la escena vemos el exterior de la casa de Caperucita. Varios árboles completan el paisaje).
(Suena una música de misterio. La Luna atraviesa la escena).
(Entra Madre Loba y se acerca hasta una de las ventanas de la casa).
MADRE LOBA.-
Caperucita está dentro. Bien.
(Sale Madre Loba).
(Se escucha el aullido de un lobo).
(Entra el Lobo y se acerca también a la ventana, mira y se aleja).
LOBO.-
Sí, sí… Je, je…
(Sale).
(El Sol comienza su paseo por el cielo).
(Los siguientes diálogos son en off, hasta que se indique lo contrario).
MADRE.-
¿Quieres darte prisa, Caperucita?
CAPERUCITA.-
Pero si ya casi estoy.
(Entra la Madre desde la casa. Lleva consigo una cesta con diversos alimentos).
MADRE.-
Si es casi, no estás.
CAPERUCITA.-
(Que entra también desde la casa).
Jo, mamá; hoy estás muy nerviosa.
MADRE.-
Claro que estoy nerviosa. La abuela está enferma.
CAPERUCITA.-
Pero ya voy para allá.
MADRE.-
Además, soy tu madre y no tengo que darte explicaciones. Las madres podemos estar nerviosas.
CAPERUCITA.-
¿Y las hijas no podemos?
MADRE.-
(Dándole la cesta).
Llévale esta cesta a tu abuela. No te pares a mirar las flores. No vayas a dormirte. No hables con desconocidos. No te apartes del sendero. Y cuando llegues dale un beso a tu abuela.
CAPERUCITA.-
Sí, mamá; y después del beso le daré una patada…
MADRE.-
¡Caperucita!
CAPERUCITA.-
Jo, mamá; era una broma.
MADRE.-
Y no tardes.
CAPERUCITA.-
No, mamá.
MADRE.-
Pues ya estás tardando.
CAPERUCITA.-
Jo, mamá. Adiós…
(Sale Caperucita).
MADRE.-
(Alto, para que la escuche Caperucita).
Ten cuidado. Dicen que ha venido un lobo.
CAPERUCITA.-
(Que asoma).
Si, mamá; tendré cuidado con el topo.
(Sale).
MADRE.-
¡Caperucita!… Esta niña, ¡no se a quién ha salido!, ¿o sí?; no sé, estoy muy nerviosa.
(La Madre entra en la casa y dejamos de verla).
(El Sol vuelve a aparecer en el cielo. La casa desaparece de escena y en su lugar se colocan más árboles. Estamos en el bosque).
(Entra Caperucita. Se acerca hasta unas flores, se agacha y las mira).
CAPERUCITA.-
Qué olor tan bueno tienen. Y qué calorcillo hace aquí, al sol.
(Mira al Sol, en lo alto).
Y que lo sepas, das mucho sueño.
(Caperucita se acurruca en la base de un árbol y se queda dormida).
CAPERUCITA.-
(Como en sueños).
Sólo un poquito.
(Entra una vaca, que pastando, pastando, llega hasta donde duerme la niña).
VACA.-
(Habla siempre masticando, bueno, más bien, rumiando).
¿Hierba roja?
(Mira a Caperucita).
Decididamente, esto no es hierba. ¡Niña, despierta!
CAPERUCITA.-
(Que despierta, pero no se levanta).
Hola. Yo soy Caperucita Roja.
VACA.-
¿Y qué haces en el bosque?
CAPERUCITA.-
Voy a casa de mi abuela, a llevarle un pastel y una botella de vino. Es que está enferma, ¿sabes?
VACA.-
No vas a ninguna parte. Estás dormida.
CAPERUCITA.-
Bueno, sólo un poquito.
VACA.-
Ten cuidado. El lobo Jacobo ha llegado al bosque.
(Y con su rumiar, sale de escena).
CAPERUCITA.-
(Que vuelve a dormirse).
Ya me lo dijo mi madre. Jacobo, el topo.
(El sol avanza un poco más en el cielo).
(Entra un conejo, que avanza a saltos por el lugar).
CONEJO.-
Busco cosas naranjas, porque las zanahorias son naranjas.
(Se acerca hasta unas flores blancas).
¿Naranja? No, no, no; esto es blanco.
(Con sus saltos llega hasta Caperucita).
¿Naranja? No, no, no; esto es rojo. ¿Eres una zanahoria roja?
CAPERUCITA.-
(Que despierta, pero no se levanta).
¡Hala, eres un conejo!
CONEJO.-
¿Y tú, una zanahoria roja?
CAPERUCITA.-
No, soy Caperucita Roja. Voy a casa de mi abuela, a llevarle un pastel y una botella de vino. Es que está enferma, ¿sabes?
CONEJO.-
Ya me parecías muy grande pare ser una zanahoria.
CAPERUCITA.-
Eres un conejo que habla.
CONEJO.-
(Mientras sale con sus saltos).
Los conejos no hablamos. Y las vacas tampoco. Estás dormida y sueñas. Y recuerda, Jacobo el lobo está cerca.
(Sale).
CAPERUCITA.-
(Que se levanta de un salto).
¡Ay!, que me he dormido. Se me está haciendo tarde.
(Entra el Lobo).
LOBO.-
¿Y a dónde llegas tarde, niña?
CAPERUCITA.-
Voy a casa de mi abuela, a llevarle un pastel y una botella de vino. Es que está enferma. ¿Sabe usted algún camino más corto que este sendero? Es muy tarde y me van a reñir.
LOBO.-
Claro, claro. Un camino corto, muy corto. Lo conozco y también dónde está la casa de tu abuela. Ve por el centro del bosque. No hay camino, pero llegarás antes; te lo dice Jacobo.
CAPERUCITA.-
(Que se dirige al centro de la escena y desde allí camina hacia el fondo).
Es usted muy amable, Jacobo. Alguien me ha hablado de usted. Aunque no recuerdo quien pudo haber sido. Adiós y gracias.
(Sale Caperucita).
LOBO.-
Ha sido más fácil de lo que imaginé. Y yo llegaré a la casa de la vieja antes que la niña. Y allí me la comeré. Si lo hubiese intentado aquí, se habrían escuchado sus gritos. En la casa, nadie la oirá.
(Sale el Lobo por la izquierda).
(El sol desaparece, así como todos los árboles).
(Mientras suena una música rítmica, se coloca en escena el interior de la casa de la abuela. A la derecha está la puerta que da al exterior, a la izquierda otra puerta que da a otra habitación de la casa. Un armario y una cama forman parte de la decoración del lugar).
(La Abuela entra desde la puerta de la izquierda).
ABUELA.-
(Mientras se mete en la cama).
Esto no me gusta. Caperucita se retrasa.
(Alguien toca en la puerta: toc, toc, toc).
¿Eres tú, Caperucita?
LOBO.-
(En off, falseando su voz).
Sí, abuelita. Caperucita soy. Te traigo vino y una tarta.
ABUELA.-
Pasa, Caperucita; entra.
(Se abre la puerta y entra el Lobo).
LOBO.-
(Ya con su voz).
Hola, querida abuelita.
ABUELA.-
¡Eres el lo… lo…!
(Se incorpora en la cama).
¡Bo… bo…!
(Se desmaya).
LOBO.-
¡Bobo no, soy Jacobo!
(La mira).
¡Buah! Todo está resultando muy fácil. Se ha desmayado. Mejor, la esconderé para que no la vea la niña.
(La saca a rastras de la cama).
Esta me servirá para hacer una sopa.
(El Lobo se acerca con la Abuela hasta el armario, lo abre e introduce a la mujer dentro. Eso sí, durante el proceso, la anciana cae encima del Lobo varias veces, aplastándolo, ante las quejas del mencionado).
(Una vez la Abuela dentro del armario, el Lobo se introduce en la cama y se tapa hasta arriba. Tocan a la puerta y entra Caperucita).
CAPERUCITA.-
¡Hola, abuela!
LOBO.-
(Simulando su voz).
Acércate a la cama, Caperucita. Siéntate a mi lado, que no puedo levantarme.
CAPERUCITA.-
(Que se acerca hasta la cama).
Abuelita, qué orejas tan grandes tienes.
LOBO.-
(Aún con la voz cambiada).
Para oírte mejor, Caperucita.
CAPERUCITA.-
Abuelita, qué ojos más grandes tienes.
LOBO.-
Para verte mejor, Caperucita.
CAPERUCITA.-
Abuelita, qué boca más grande tienes.
LOBO.-
(Que se levanta de un salto).
¡Para comerte mejor!
(Y en ese preciso instante entra la Madre Loba por la puerta que da al exterior).
MADRE LOBA.-
¡Te he encontrado, Jacobo!, sabía que tarde o temprano pasarías por aquí.
LOBO.-
(Acobardado).
Pero mamá, madre querida; te equivocas. Caperucita y yo sólo jugábamos. ¡Uy, y cómo nos hemos divertido!
CAPERUCITA.-
Eso es mentira. ¡Me querías comer!
LOBO.-
Y ahora seguimos jugando. Contamos mentiras, se llama el juego.
CAPERUCITA.-
¡Mentira!
LOBO.-
Ay, ay; siempre jugando, Caperucita.
MADRE LOBA.-
¡Déjate de cuentos, que éste se ha acabado! Vamos para casa. Ya hablaremos allí.
LOBO.-
¿No empezarás otra vez con eso de ir al colegio?
MADRE LOBA.-
Me has adivinado el pensamiento.
LOBO.-
Mamá, el colegio es para los corderos.
MADRE LOBA.-
¡A casa, te digo!
LOBO.-
(Mientras sale).
El colegio es muy aburrido.
MADRE LOBA.-
Tú si que eres aburrido, siempre con las mismas tonterías.
(A Caperucita).
Lo siento por el susto, Caperucita. Éste hijo mío es un simplón.
LOBO.-
Jo… No soy simplón.
MADRE LOBA.-
Adiós Caperucita.
(Al Lobo).
¡Andando para casa!
(Salen los dos).
(Suenan unos golpes en la puerta del armario).
CAPERUCITA.-
Ay, mi madre. ¡Otro lobo!
ABUELA.-
(Desde dentro del armario).
¡Por el bigote de tu abuelo!, ¡sácame de aquí, que me falta el aire!
CAPERUCITA.-
¡Abuela!
(Caperucita se acerca hasta el armario, abre la puerta y la Abuela sale de él. Se abrazan ambas).
ABUELA.-
Ay, hija; como bien dice su madre: ese Jacobo tiene que aprender a ser un buen lobo.
(Suena una música de fiesta).
¡Ha comenzado la fiesta del pueblo! Vamos a buscar a tu madre y nos vamos para allá las tres.
CAPERUCITA.-
¿Vas a ir en camisón?
ABUELA.-
Es una fiesta de disfraces y yo voy disfrazada de abuela dormilona.
CAPERUCITA.-
¿No estabas enferma?
ABUELA.-
Claro. Y una fiesta es el mejor remedio.
CAPERUCITA.-
Jo, abuela; eres la bomba.
ABUELA.-
Y ya me verás cuando comience el baile.
CAPERUCITA.-
Jo, abuela…
(Salen las dos).
FIN

Aquí tenéis una versión del cuento clásico, de los hermanos Grimm, Hansel y Gretel o La Casita de Dulce.
Hemos querido centrar la historia en la valentía y el compañerismo de los dos niños protagonistas. Que la disfrutéis.
Recomendado a partir de cuatro años.

Hansel y Gretel o La Casita de Dulce
Autora de esta adaptación: Isabel Tapiador

HANSEL Y GRETEL (3 PERSONAJES)

(La escena está flanqueada por unos árboles, estamos en el bosque. Entra Hansel corriendo)
HANSEL.-
¡Corre, Gretel, a ver si me alcanzas!
GRETEL.-
(En off)
¡Espera, no corras tanto!
(En el centro de la escena, Hansel tropieza y se cae, entra Gretel)
GRETEL.-
¡Ya te veo!
(Viene tan lanzada, que tropieza con él, se levanta y da saltitos de contenta)
GRETEL.-
¡Te alcance, te alcancé!
HANSEL.-
¡Ay, qué coscorrón!
¡Vamos a jugar al escondite, tú te la ligas, tienes que contar hasta diez!
(Sale pitando a esconderse)
GRETEL.-
¡Jo, siempre me la ligo yo!
(Mira a su alrededor. En voz alta, a su hermano Hansel:)
¡Nos estamos alejando mucho, nos vamos a perder!
HANSEL.-
(Off)
¡Cobardica!
GRETEL.-
¡Ahora verás!
(Se tapa la cara con las manos y cuenta)
Uno, dos, tres,… y diez. ¡Hansel!
HANSEL.-
(Off)
¡Gretel!
(Gretel sale por la izquierda, se asoma por la derecha)
GRETEL.-
¡Hansel!
(Sale)
HANSEL.-
(Se asoma por la izquierda)
¡Gretel!
(Sale)
(Vuelven a asomarse y a llamarse, cada uno por el lado contrario al de la vez anterior)
(Se hace de noche, una luna surca el cielo, los árboles desaparecen y otros, tenebrosos y misteriosos, ocupan su lugar.
Por cada lado de la escena entra uno de los niños, asustados, caminan sigilosamente hacia atrás, se chocan en el centro)
HANSEL/GRETEL.-
¡Aaay!
GRETEL.-
¡Qué susto!
HANSEL.-
¡Y tú!
GRETEL.-
¿Dónde estamos?
HANSEL.-
No lo sé.
(Breve pausa, se miran, se ponen de espaldas uno contra otro y giran despacio para poder vigilar a su alrededor, se oyen sonidos del bosque)
GRETEL.-
Hace frío.
HASEL.-
Y hambre.
GRETEL.-
Aquí no nos podemos quedar.
HANSEL.-
Dame la manita.
GRETEL.-
Toma la manita.
(Salen de escena caminando sigilosamente, mirando a todos lados)
(Vuelven a entrar, van recorriendo la escena)
GRETEL.-
¡Qué sueño tengo!
HANSEL.-
Cada vez nos perdemos más.
(Se oye un ulular, los hermanos se abrazan)
GRETEL.-
¿Qué es eso?
HANSEL.-
¡No sé!
(De repente, un búho enorme pasa aleteando, en vuelo rasante, sobre sus cabezas, les mira y se va)
HANSEL/GRETEL.-
¡Aaaay!
GRETEL.-
¡Qué susto!
HANSEL.-
¡Bah, sólo era un búho!
GRETEL.-
¡Pero tú también te has asustado!
HANSEL.-
¡Bah!
GRETEL.-
¡Bah!
HANSEL.-
¡Mira, allí veo una luz, seguro que es una casa!
GRETEL.-
¡Qué bien, vamos para allá!
(Mientras salen de escena)
HANSEL.-
¿Nos darán de cenar?
GRETEL.-
¡Me comería un bizcocho entero!
HANSEL.-
¡Y yo ciento quince galletas!

(Desaparecen los árboles, llegamos a un claro del bosque donde está la casa de la bruja. Es toda de dulce, chocolate, galleta, turrón, nata, azúcar…
Llegan Hansel y Gretel)
HANSEL.-
¡Aquí está!
(Se quedan paralizados mirando la casita)
GRETEL.-
¡Chocolate!
HANSEL.-
¡Galleta!
GRETEL.-
¡Mazapán!
HANSEL.-
¡Bizcocho!
HANSEL/GRETEL.-
¡Uoh, uoh, uoooohh!
(Se lanzan a chupetear y comer trozos de la casita. Por una ventana asoma la bruja, los niños no la ven)
BRUJA.-
¡Ji, ji, ji, ji, ji!
(Desaparece de la ventana, entra en escena)
BRUJA.-
¡Hola, pequeñuelos!
HANSEL/GRETEL.-
¡Qué susto!
BRUJA.-
¿Qué hacéis comiéndoos mi casita? ¿Mmm?
GRETEL.-
Perdone, señora.
HANSEL.-
Es que nos hemos perdido en el bosque y tenemos mucha, mucha hambre.
BRUJA.-
Bueno pequeñuelos, entrad, entrad. Estaréis calentitos y comeremos, digo comeréis tranquilitos.
(Los niños no se fían mucho, esta señora es muy rara)
BRUJA.-
¡Adentro he dicho!
GRETEL.-
Sí, señora.
HANSEL.-
No se enfade.
(Entran los tres en la casita, ésta desaparece de escena y aparecen elementos del interior, tenemos una gran jaula, un enorme horno de ladrillo, al lado un todavía más enorme montón de leña y diversos muebles y enseres)
(Los niños entran a empujones de la Bruja)
BRUJA.-
¡Vamos, pasad, pasad, pasad. Se me está helando la nariz! ¿A que os gusta mi casita?
(Silencio)
BRUJA.-
¡A que sí!
HANSEL/GRETEL.-
¡Sí señora, sí señora!
HANSEL.-
¡Qué jaula tan grande!
BRUJA.-
(Se acerca a la jaula y abre la puerta)
No te asustes, es una jaula mágica, desde dentro se ve todo más bonito.
HANSEL.-
¿Ah siii?
BRUJA.-
Se ve de colores, primero verde, luego rojo, luego azul…
HANSEL.-
¿A ver?
GRETEL.-
¡Hansel!
(Hansel asoma la cabeza)
BRUJA.-
¡Entra, entra y verás!
(Le da un empujón, Hansel cae dentro de la jaula y la Bruja cierra la puerta con llave)
BRUJA.-
¡Será bobo!
GRETEL.-
¡Hansel!
HANSEL.-
¡Mala, mala!
BRUJA.-
¡Come y calla!
(Le va echando por entre los barrotes trozos de pan y mazapán)
¡Pan y mazapán, pan y mazapán para que puedas engordar, engordar, engordar!
Y cuando estés bien gordito…¡Te comerééé! ¡Jiiii, ji, ji, ji, ji!
GRETEL.-
¡Hansel!
BRUJA.-
¡Y tú, pesada, a barrer!
(Una escoba aparece y llega hasta las manos de Gretel, que no sabe qué hacer)
BRUJA.-
¡Un, dos, un, dos!
(Gretel comienza a barrer)
BRUJA.-
¡Eso es, a barrer, fregar, cocinar y todo lo demás! Yo me voy a echar un ratito.
(Bosteza, sale)
(Gretel suelta la escoba y va hacia la jaula)
GRETEL.-
¿Qué vamos a hacer?
BRUJA.-
(Asoma la cabeza)
¡Os estoy vigilando, tú, a barrer y tú, a comer!
(Los niños obedecen, desaparece la bruja)
(Los personajes paran sus movimientos, queda la imagen “congelada”. Aparece un gran cartel en medio de la escena en el que podemos leer “Una semana después”, desaparece hacia abajo)
(Gretel está sentada al lado de la jaula de Hansel)
GRETEL.-
Tenemos que escapar.
HANSEL.-
¡Tengo una idea! Hay muchísima leña, si la echamos toda a la vez en el horno, saldrán unas llamas tan grandes que…
GRETEL.-
Que la casita, como es de dulce, se derretirá.
HANSEL.-
¡Eso es! ¡Y la bruja, sin su casa, perderá su poder!
GRETEL.-
¡Bieeen, bieeeen!
BRUJA.-
(Entra)
¿Qué son estas voces? ¡Me habéis despertado! Tú, holgazana, ¿quieres que te ponga la escoba de peineta?
(Gretel se pone a barrer. La bruja abre la jaula)
A ver tú, sal de ahí que te vea bien.
(Hansel sale de la jaula, la bruja le toquetea aquí y allá, como cacheándole)
Bah, este niño no engorda. ¡No espero más, hoy mismo le asaré en el horno! ¡Venga a la jaula, a la jaula!
(La Bruja bosteza)
¡Qué sueño tengo!
(Hansel entra en la jaula, la bruja cierra de un portazo, pero con el sueño, se despista y no echa la llave)
Tú niña, ve encendiendo el horno, cuando esté calentito avísame. Me voy a echar un ratito, ¡qué sueño!
(Sale)
(Los hermanos hablan bajito)
GRETEL.-
¡No ha echado la llave!
(Hansel empuja la puerta y ésta se abre, se abrazan en silencio)
HANSEL.-
Vamos a encender el horno.
(Ponen un poco de leña en el horno, “prenden un fósforo” y lo echan dentro. Los hermanos esperan abrazados, enseguida unas llamas se ven dentro del horno)
HANSEL/GRETEL.-
(Bajito)
¡Bieeeen!
(Empiezan a echar más y más leña, las llamas, cada vez más grandes, salen por la puerta del horno, hasta que prenden fuera y la casa comienza a arder por dentro)
HANSEL.-
¡Lo hemos conseguido!
GRETEL.-
¡Vámonos, deprisa!
(Salen de escena, seguimos viendo llamas que se multiplican aquí y allá, cada vez más grandes, todos los elementos empiezan a desaparecer hacia abajo, cambiamos al exterior de la casa. Vemos como ésta se “derrite” entre las llamas, Hansel y Gretel aparecen en escena desde el interior de la casa)
GRETEL.-
¡Mira, Hansel, se está derritiendo enterita!
HANSEL.-
¡Huele a chocolate caliente!
(La casa desaparece entre la llamas, de las que surge la bruja, volando en su escoba)
BRUJA.-
¡Niños, qué habéis hecho, sin mi casa he perdido todo mi poder!
HANSEL.-
¡Te hemos ganado, bruja mala!
BRUJA.-
¡De eso nada, volveré!
HANSEL.-
¡No te atreverás y si te atreves..!
GRETEL.-
¡…Te volveremos a ganar!
BRUJA.-
¡Ay! Se me está quemando la escoba. ¡Socorroooo!
(Se va volando)
HANSEL/GRETEL.-
¡Bieeeen, lo hemos conseguido!
GRETEL.-
¡Vámonos a casa!
HANSEL.-
¡Dame la manita!
GRETEL.-
¡Toma la manita!
(Al público)
HANSEL.-
No tengáis miedo de la bruja.
GRETEL.-
Juntos la podéis vencer.
HANSEL.-
Si sois valientes.
GRETEL.-
Sabréis lo que hacer.
HANSEL/GRETEL.-
¡Adiós a todos, hasta la próxima!
(Salen de escena de la mano, repitiendo “no tengáis miedo de la bruja…”)
FIN

Nuestra historia de hoy es un cuento onírico, para soñar despiertos.
Soñar y aprender que, si nos lo proponemos, podemos hacer grandes cosas, como volver a subir una nube al cielo.
Recomendado a partir de 3 años.

La nube que cayó del cielo
Autora: Isabel Tapiador

LA NUBE QUE CAYÓ DEL CIELO (4 PERSONAJES)

(La escena está vacía, de repente entra una nube grande, empujada por el viento)

NUBE.-
¡Qué bruto es, mira que le tengo dicho que no sople tan fuerte!
(Sopla el viento otra vez, arrastrando a la nube fuera de escena)
NUBE.-
¡Pero bueno, otra vez! ¡Ten más cuidado!

(Ahora entra en escena una nube pequeñita, también bamboleada por el viento, se desequilibra y cae al suelo)
BONITA.-
¡Vaya, esto sí que es un lío!
(Entra Pablito con su pelota, que bota y rebota y se acerca peligrosamente a la pequeña nube)
BONITA.-
¡Cuidado, cuidado!
(Pablito coge la pelota, se queda mirando a la nube, asombrado Su mirada va y viene
entre público y nube, al final se decide a hablarle)
PABLITO.-
¡Hola!
BONITA.-
¡Hola, Pablito!
PABLITO.-
¡Sabes cómo me llamo!
BONITA.-
Es que soy una nube, y las nubes sabemos muchas cosas.
(Pablito deja la pelota a un lado y se acerca a la nube, la pelota sale rodando de escena)
PABLITO.-
¿Y por qué estás en el suelo?
BONITA.-
Es que todavía soy pequeñita, el viento sopló demasiado fuerte y me caí.
PABLITO.-
¡Vaya, pobrecita!
(La acaricia)
Eres muy bonita.
(La nube ríe, ruborizada)
¿Cómo te llamas?
BONITA.-
Bonita.
PABLITO.-
Sí, bonita, ¿pero cómo te llamas?
BONITA.-
Eso, Bonita
PABLITO.-
¡Anda, qué nombre tan…bonito!
(Ríen ambos)
(Entra Romina, amiga de Pablito, pelota en mano)
ROMINA.-
Pablito mira: he encontrado tu pelota. ¡Vamos a jugar!
(Ve la nube, se le cae la pelota que vuelve a salir rodando de escena)
ROMINA.-
¡Ooooohhh! ¿Es…?
PABLITO.-
Sí.
ROMINA.-
¡Ooooohhh!
BONITA.-
Si me quedo aquí me secaré y desapareceré.
PABLITO/ROMINA.-
¡Ooooohhh!
BONITA.-
Tenéis que ayudarme.
PABLITO.-
¿Nosotros, cómo?
BONITA.-
Con la pelota.
PABLITO/ROMINA.-
¿Con la pelota?
BONITA.-
Me colocáis encima y la hacéis botar muy fuerte, muy fuerte; tiene que ser esta noche, cuando la Luna esté muy grande en el cielo.
PABLITO/ROMINA.-
(Asombrados)
¡Aaaaahhh!
BONITA.-
Así yo podré subir a la Luna, me quedaré allí un ratito, para coger fuerzas y luego ocuparé mi lugar en el cielo.
PABLITO/ROMINA.-
¡Oh, oh, ooohh!
BONITA.-
¡Hay que darse prisa!
PABLITO.-
Hay tiempo.
ROMINA.-
Practicaremos hasta hacer botar muy fuerte la pelota.
PABLITO.-
Y esta noche…
PABLITO/ROMINA.-
¡Lanzamiento!
BONITA.-
¡Tenéis que encontrar la pelota!
ROMINA.-
La pelota la he traído yo.
(Va a por ella)
¡No está, ha desaparecido!
PABLITO.-
¡Oh no, no hay tiempo!
BONITA.-
¡No hay tiempo!
(Se oye ladrar a un perro, todos miran, entra el perro, pelota en boca, muy contento)
PABLITO.-
¡Es Ruflo!
(Ruflo deja la pelota en el suelo)
ROMINA.-
(Acercándose a él)
Perrito bueno, que me da la peloti…
(Cuando está a punto de alcanzarla, el perro ladra, agarra la pelota y sale corriendo de escena)
LOS TRES.-
¡Oh no!
(Vuelve a entrar Ruflo, se queda perplejo mirando la nube y suelta la pelota sin darse cuenta. Pablito la coge rápidamente)
BONITA.-
Como me de un lametón, me desarma.
ROMINA.-
Aquí Ruflo, aquí.
(Se oyen más ladridos, Ruflo responde emocionado y sale de escena)
BONITA.-
¡Menos mal!
PABLITO.-
Vamos a practicar.
ROMINA.-
Sí.
(Botan los dos la vez la pelota)
PABLITO/ROMINA.-
¡Una…, dos…, tres!
(La pelota bota por encima de sus cabezas y poco más)
BONITA.-
Tiene que ser más fuerte.
PABLITO.-
¡Más fuerte, Romina!
ROMINA.-
¡Más fuerte tú!
PABLITO/ROMINA.-
¡Una…, dos…, tres!
(La botan mucho más fuerte, con el tercer bote, la pelota sube y sube y no cae)
PABLITO/ROMINA.-
¡Oh, ooohh!
(De repente, la pelota cae)
PABLITO/ROMINA.-
¡Bieeeen!
BONITA.-
¡Así, así, creo que lo podemos conseguir!
PABLITO.-
Hay que prepararse, yo voy a decir en mi casa que me quedo a dormir en la tuya.
ROMINA.-
¡Vale! Y yo diré que me quedo en la tuya.
PABLITO.-
¡Vale!
BONITA.-
¡Qué tramposos!
PABLITO.-
Es por una emergencia, Bonita.
BONITA.-
Eso sí.
ROMINA.-
A Bonita la podemos esconder en el garaje abandonado, estará más fresquita.
PABLITO.-
¡Bien!
BONITA.-
¡Bien!
(Los niños se llevan con cuidado a la nube y a la pelota)
BONITA.-
¡Vaya, qué suerte he tenido al encontraros!
(Salen los tres de escena)
(Entra en escena Ruflo, con otro perro. Juguetean entre ellos mientras la Luna va subiendo en el cielo, cuando está arriba, ambos perros aúllan y salen contentos)
(Oímos las voces de los niños)
PABLITO.-
¡Corre, corre, ya es el momento!
ROMINA.-
¡Ya voy! ¡Ay, no me pises!
PABLITO.-
¡Cuidado!
(Se les ha escapado la pelota, que entra en escena y, a continuación, Romina)
ROMINA.-
¡Voy, voy, voy!
(Atrapa la pelota)
¡Uf, qué susto!
PABLITO.-(Off)
¡Ayúdame!
ROMINA.-
¡Voy, voy!
(Sale Romina. Entran los dos niños llevando nube y pelota)
PABLITO.-
¡Qué Luna tan grande!
BONITA.-
Es el momento.
ROMINA.-
¡Vamos allá!
(Con cuidado, colocan la nube encima de la pelota y la hacen botar, pero poco)
PABLITO/ROMINA.-
¡Una…, dos…, tres…!
BONITA.-
¡Más fuerte! No tengáis miedo que yo no me caigo.
PABLITO/ROMINA.-
¡Vale! ¡Una…!
BONITA.-
¡Así, así!
PABLITO/ROMINA.-
¡Dos!
BONITA.-
¡Así, así!
PABLITO/ROMINA.-
¡Tres!
(La pelota sube mucho, pero no lo suficiente)
BONITA.-
¡Uy, casi! ¡Otra vez, otra vez!
ROMINA.-
¡Vamos, Pablito!
PABLITO.-
¡Vamos, Romina!
PABLITO/ROMINA.-
¡Una…!
BONITA.-
¡Siiii!
PABLITO/ROMINA.-
¡Dos…!
BONITA.-
¡Siiii!
PABLITO/ROMINA.-
¡Treeees!
(La pelota se eleva con la nube hasta desaparecer, los niños se quedan mirando al cielo. De repente, la pelota cae y sale rodando y Bonita aparece al lado de la Luna)
BONITA.-
¡Estoy aquí, lo habéis conseguido!
PABLITO/ROMINA.-
¡Bieeeen!
ROMINA.-
Hasta pronto, Bonita. Hazte muy, muy grande.
PABLITO.-
Y ten cuidado con el viento.
BONITA.-
Sí. Vendré a veros y os lloveré para haceros cosquillas. ¡Ji, ji, ji!
PABLITO/ROMINA.-
¡Vale, vale!
BONITA.-
¡Hasta pronto!
(Se va Bonita, los niños le dicen adiós con la mano)
PABLITO.-
¡La pelota!
ROMINA.-
Se fue por ahí. ¡Vamos!
(Salen ambos de escena por la derecha)
(Por la izquierda entra Ruflo con la pelota en la boca. Mira la Luna, deja la pelota en el suelo, aúlla y sale.
En escena quedan Luna y pelota)
FIN

...

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