GUÍA PARA LA PRÁCTICA DEL CUIDADO PRECONCEPCIONAL Y DEL CONTROL PRENATAL
18 de Mayo de 2013
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EL CUIDADO PRENATAL
GUÍA PARA LA PRÁCTICA DEL CUIDADO PRECONCEPCIONAL Y DEL CONTROL PRENATAL
INTRODUCCION
Desde la perspectiva de los servicios de salud, la implementación de políticas activas para aumentar las coberturas debe
ir necesariamente acompañada por la mejoría de la calidad de las prestaciones. Para contribuir con este ultimo aspecto,
mejorar la calidad, se ha elaborado esta Guía para la práctica del cuidado de la salud de la mujer en la etapa preconcepcional
y durante el embarazo. La misma está dirigida al equipo de salud responsable de su asistencia. Este documento,
situado en la perspectiva de la promoción y prevención de la salud perinatal, pretende que el lector examine el estado
actual de los procedimientos, prácticas y tecnologías de eficacia clínica comprobada. Sobre la base de los conceptos
vertidos en esta guía. se espera que la misma sea una ayuda para mejorar la calidad del trabajo que se realiza en el
campo perinatal y sirva de base para la revisión de las normas que se aplican en los servicios de salud.
En la Argentina mas del 98 % de los partos ocurren en instituciones. Sin embargo la cobertura médica para el control
prenatal aún es baja. Para el subsector publico se estima que el 78 % de las embarazadas llegan al parto con alguna
consulta prenatal realizada, muchas de las cuales no reúnen los requisitos aceptables en cuanto a su precocidad, cantidad,
distribución, integralidad y calidad. Sólo el 30 % de los controles se inicia precozmente durante el primer trimestre.
Mucho menor es aun el número de mujeres en edad fértil que se han preparado adecuadamente para emprender un
embarazo.
La compleja problemática que reflejan estas cifras se encuentra atravesada por una historia de débiles políticas para
impulsar el cuidado integral de la salud de la mujer en el contexto de la “atención primaria de la salud”. Aun es deficiente
la articulación entre las actividades de promoción de la salud desarrolladas en las comunidades y los servicios de
salud del primer nivel de atención y de estos, con las maternidades que concentran la atención de los partos y sus
recién nacidos. Esta situación se ve agravada por la condición de pobreza de muchas familias, que contribuye a magnificar
el impacto negativo de la falta de cuidado para preservar en la mujer su plena capacidad de salud reproductiva.
EL CUIDADO PRECONCEPCIONAL
La etapa para implementar las actividades de promoción y protección de la salud en la mujer parte desde la adolescencia.
Esta etapa es considerada como un periodo preparatorio para el embarazo ya que condiciona la salud de la madre y
de su futuro hijo. Además de elegir el momento oportuno para el embarazo, a partir de la decisión responsable, la mujer
debe informarse sobre los aspectos psicológicos y biológicos para asumir un embarazo seguro. Una importante proporción
de mujeres, fundamentalmente las adolescentes no acceden a estas opciones vitales. Es fundamental comunicar y
educar a las mujeres en edad fértil sobre una importante lista de factores que aumentan el riesgo materno-perinatal y
que pueden ser reducidos o controlados en esta etapa. Estas acciones deben estar incluidas en los programas de salud
integral de la mujer, en especial para adolescentes.
A. PREVENCIÓN DE ALGUNAS INFECCIONES
Virus de inmunodeficiencia humana (VIH/SIDA): debe informarse sobre los riesgos de la transmisión vertical y acerca
del tratamiento en especial en caso de embarazo. El tamizaje (prueba de VIH) debe ser ofrecido a todas las mujeres en
edad fértil en especial aquellas con alto riesgo, por ejemplo:
•con síntomas presuntivos de infección por VIH/SIDA,
•con múltiples compañeros sexuales sin protección.
•contacto sexual con individuos infectados por VIH.
•que hayan recibido transfusiones de sangre,
•que usen drogas intravenosas,
•que su compañero sexual tenga algunas de las características anteriormente citadas,
•historia previa y/o actual de enfermedades de transmisión sexual.
Hepatitis B (HB): Los factores de riesgo para hepatitis B son similares a los de VIH/SIDA. El riesgo de transmisión perinatal
es alto principalmente en el momento del parto. Aproximadamente entre el 70% al 80% de los neonatos infectados
son portadores crónicos de antígenos HB. Además la infección fetal se asocia con prematuridad y niños pequeños para
su edad gestacional. Estas razones avalan la importancia de que toda la población, y prioritariamente las mujeres en
edad fértil, sean vacunadas para la Hepatitis B con 3 dosis de vacuna. Se deben identificar mujeres no vacunadas, en
especial aquellas con factores de riesgo, e inmunizarlas aún en el embarazo ya que el tipo de vacuna no lo contraindica.
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Rubéola: Alrededor del 15% de todas las mujeres en edad fértil no tienen inmunidad para la rubéola. El ideal es determinar
los anticuerpos en todas las mujeres y vacunar antes de embarazarse a aquellas con resultado negativo. En caso de
no poder realizar la determinación y no contar con certificado de vacuna, se aconseja vacunar y esperar 3 meses para iniciar
el embarazo.
A pesar de tratarse de una virosis benigna para la madre, su pasaje transplacentario produce en el feto diferentes formas
de embriopatías (20% a 35%).
Toxoplasmosis: Es aconsejable que las mujeres conozcan su estatus serológico. En caso de ser negativa se debe instruir
a la mujer sobre los cuidados para evitar la infección (ver en Control Prenatal).
Virus de inclusión citomegálica: Se ha comprobado mayor probabilidad de
infección en mujeres que están en contacto con niños que usan pañales. La vía
de contagio son las manos al manipular los pañales con orina. Una prevención eficaz es el lavado de manos cada vez que
se cambien los mismos.
Esta recomendación tiene especial pertinencia para aquellas mujeres que deseen embarazarse y trabajen en guarderías,
salas de neonatología o tengan niños pequeños.
Tétanos: Se debe vacunar a todas las mujeres para evitar especialmente el tétanos neonatal.
Sífilis: Como toda enfermedad de transmisión sexual debe solicitársele la prueba de tamizaje (VDRL) a ella y al compañero
sexual.
Otras ETS: Se debe investigar al compañero sexual, igual que en caso de sífilis.
Chagas: Conocer su estado serológico, para realizar eventuales controles y tratamiento adecuado.
Infecciones buco-dentales: Deben tratarse preferentemente antes de embarazarse.
B. CONTROL DE ENFERMEDADES CRÓNICAS.
Aproximadamente entre 15% y 20% de las madres tienen problemas médicos antes del embarzo que deben ser corregidos
o controlados .
Hipertensión crónica: es una de las complicaciones más frecuentes. Cuando se planea el embarazo es el momento de
modificar el tratamiento para evitar los efectos teratogénicos de algunas drogas.
Diabetes mellitus: La prevalencia estimada es entre 0,5 a 1,5%. Una forma de reducir la prevalencia de los defectos
congénitos es con un control de los niveles de glucosa antes de la concepción y durante el primer trimestre del
embarazo. Para conocer el nivel metabólico es útil determinar el nivel de hemoglobina glicosilada, dado que si este es
alto indica pobre control metabólico y alto riesgo de malformaciones congénitas.
Anemia: La prevalencia de anemia (Hb < 12 g/dl) en mujeres en edad fértil no embarazadas, para el área del Gran Bs.
As. es de 26% y para Tierra del Fuego es de 10%. (MINSA/1998) Tratamiento acorde al diagnostico etiológico tanto por
deficiencia de hierro como por ácido fólico (ver asesoramiento genético).
Patología uterina: la pesquisa sistemática del carcinoma cervical se hará porel método de Papanicolau. Las miomatosis
importantes, malformaciones uterinas y tumores de ovario deben ser evaluados y eventualmente tratados.
Carcinoma de mama: Se debe realizar un examen clínico de las mamas y enseñar el auto examen mamario, el cual es
más difícil de aprender durante el embarazo por las modificaciones que se producen en la glándula. La mamografía como
tamizaje no es recomendada antes de los 50 años.
C ASESORAMIENTO PARA REDUCIR DEFECTOS CONGÉNITOS
Los defectos congénitos son frecuentes, afectando el 5 al 10% de los embarazos, especialmente en mujeres con:
•niños afectados en embarazos previos
•antecedentes familiares de enfermedad genética
•edad avanzada
•exposición a tóxicos ambientales
Características étnicas especiales: Beta talasemia: italianas y griegas, anemia a células falciformes, raza negra
Prevención del cretinismo endémico: el suplemento de yodo en una población con altos niveles de cretinismo endémico
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lleva a una reducción importante de la incidencia de este trastorno, sin efectos adversos conocidos ( Mahomed K 2000).
Prevención de defectos del cierre tubo neural: se ha demostrado que la suplementación con ácido fólico a la mujer
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