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Globalización Y Consumismo


Enviado por   •  9 de Diciembre de 2012  •  2.600 Palabras (11 Páginas)  •  458 Visitas

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Sociedad Contemporánea; Una Raza Vacía.

Generalmente hemos sabido a través del tiempo y con el apoyo de grandes pensadores que la más grande necesidad del ser humano es ser querido, y a la vez manifiesta gran necesidad de reconocimiento.

El hombre occidental considera que hay que tener más de lo que se necesita, creyendo que es ese el camino a la felicidad y la libertad personal, es decir, el hombre occidental actualmente debe reunir cierta cantidad de objetos y aspectos que la sociedad considera indispensables para el éxito personal, cuando ciertamente esto no representa nada para cada quien.

En consecuencia, la sociedad actual se centra en complacer los gustos o deseos ajenos, más que por satisfacer cada cual su propio apetito; tal vez pueda ser esta la causa del síndrome de infelicidad actual.

Por otro lado, no solo trata este individuo de complacer el deseo ajeno, sino que muchas veces lo hace pasando por encima de otros seres, sin importarle el daño que pueda causar, en otros términos, al individuo de nuestros días le urge hacerse notar y aparentar, y en ocasiones lo hace destrozando la inocencia foránea. En este sentido, la civilización actual es un círculo y gira para satisfacerse momentáneamente unos a otros. Lipovetsky se refiere a este fenómeno como "narcisismo colectivo", ya que las motivaciones no son altruistas ni sociales, son más bien egoístas, y afirma que esto responde a la angustiosa búsqueda de "identidad personal", en la que se explotan "las singularidades individuales", se "explotan cínicamente los sentimientos de otros para satisfacer un interés propio", no puede esperarse un avance positivo en la sociedad como producto de estos comportamientos. Tal deterioro de valores impide que la sociedad se caracterice por individuos compasivos. El individuo actual es un vacío rodeado de ansiedad, no prima para él la belleza, solo la superficial. Un implante reemplaza el saber, el saber no es la esencia, la esencia es la figura. “Las artes ya no se perciben como el resultado espontáneo de la simple inspiración y posesión de las musas, sino más bien como el producto calculado de medios idóneos y de técnicas racionalmente elegidas para producir un resultado intencional” (Cruz Kronfly, 2008: 19), (Esta cita es directa corta, debe tener menos de 40 palabras, el apellido del autos , (coma) el año de publicación del articulo: (dos puntos ) y el num de la pagina)podríamos afirmar según Cruz que el individuo a perdido toda percepción fantástica de la belleza real, ahora se basa solamente en la apariencia.

Para el Dalai Lama el sentido común conduce a la felicidad, verdaderamente no es necesario buscar felicidad y satisfacción en otro lugar, en otra persona o en otra sociedad. Cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de actuar como si todos nuestros pensamientos, palabras y actos tuvieran una real importancia, porque, en realidad la tienen. Los seres humanos no son producto de las máquinas. Somos más que simple materia; nosotros sentimos y experimentamos. Por ello, el bienestar material por sí solo no basta. Necesitamos algo más profundo, aquello que normalmente definimos como afecto humano o compasión. Con el afecto humano, o compasión, todas las ventajas materiales que tenemos a nuestra disposición pueden ser muy constructivas y producir resultados positivos. No obstante, sin él, las ventajas materiales por sí solas no conseguirán satisfacernos ni tampoco aportarnos ningún grado de paz mental o felicidad. De hecho, las ventajas materiales sin el afecto pueden incluso crear problemas adicionales. En consecuencia, podemos afirmar que el afecto o compasión es la clave para la felicidad humana. La humanidad esta careciendo de compasión, y carece aun más de valores.

Examinemos, por ejemplo, la utilidad de un corazón bondadoso en la vida cotidiana. Si nos sentimos de buen humor cuando nos levantamos por la mañana, si hay en nosotros un sentimiento de bondad, automáticamente nuestra puerta interna se abre a ese día. Incluso en el caso de que nos encontráramos a una persona desagradable, no experimentaríamos demasiada alteración y quizá incluso conseguiríamos decirle algo agradable. Podríamos charlar con esa persona poco amistosa y tal vez incluso mantener una conversación profunda. Sin embargo, en un día en el que nuestro estado de ánimo es menos positivo y nos sentimos irritados, de forma automática se cierra nuestra puerta interna. En consecuencia, incluso si nos encontramos con nuestro mejor amigo o amiga nos sentimos incómodos y tensos. El resultado de la sociedad en que vivimos, depende de la actitud de cada individuo, el hecho de crear una atmósfera positiva y amistosa nos ayuda automáticamente a disminuir el miedo y la inseguridad. La felicidad individual puede contribuir de una forma profunda y efectiva al desarrollo de la sociedad. El afecto es la base o el fundamento de la naturaleza humana. Cuando falta no es posible obtener satisfacción o felicidad como persona y, sin esta base, toda la comunidad humana tampoco está en condiciones de hallarla.

No hay que dudar del aspecto positivo del progreso material y tecnológico, pero de alguna manera, éstos no son suficientes porque todavía no hemos alcanzado la felicidad, la paz y la superación del sufrimiento.

A la única conclusión a la que podemos llegar es que debe haber algo realmente erróneo en nuestro progreso y desarrollo y, si no lo detenemos a tiempo, podría tener consecuencias desastrosas para el futuro de la humanidad. Con esto, no quiero decir que esté en contra de la ciencia y de la tecnología, pues han contribuido positivamente al bienestar material y a una mayor comprensión del mundo en que vivimos, pero les damos demasiada importancia, corremos el peligro de olvidar el conocimiento y la comprensión humana que aspira a la honestidad y el altruismo.

A pesar de que la ciencia y la tecnología han sido y son de gran utilidad, nunca podrán ocupar el lugar de la espiritualidad de cada individuo. Nadie puede negar el gran beneficio material que aporta el avance científico y tecnológico, pero los problemas básicos de la humanidad siguen sin solucionarse. Continuamos viviendo aún en un ambiente de más tensión, temor y sufrimiento. Deberíamos buscar un equilibrio entre el desarrollo material y el espiritual.

La felicidad que nos proporciona un bien material no durará mucho tiempo. Estamos dejando a un lado la felicidad verdadera que nos brinda el instinto de cada individuo. El tiempo que se gasta en mirar revistas de moda, en estar pendiente de que producto viene ofreciendo el mercado y sobre todo el tiempo que se gasta en pensar cómo hacer para conseguir dicho producto, debería ese tiempo ser invertido en analizar la situación actual

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