Habitos De Estudio
sacornio15 de Abril de 2014
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1. INTRODUCCIÓN
Hoy en día el estudio es una actividad esencial para el progreso humano y social. El bajo rendimiento intelectual y académico, y el fracaso escolar se han convertido en asuntos de especial preocupación. Las carencias en motivación, planificación o adecuados hábitos de estudio justifican la revisión de las técnicas y métodos de estudio.
Los consejos que aquí te presentamos pretenden enseñarte a programar tu tiempo de estudio, a organizar tu material de trabajo, a utilizar los recursos y servicios disponibles a través de las bibliotecas de la Universidad, a leer y tomar apuntes correctamente, a resumir y memorizar lo aprendido..., es decir, para que con menor esfuerzo obtengas mejores resultados.
Este trabajo tiene como objetivo dar a conocer los diferentes métodos y técnicas de estudio, los cuales ayudarán a desarrollar el potencial creativo de cada estudiante y el pleno ejercicio de sus habilidades y destrezas, en busca de un mejor desenvolvimiento en su vida académica y la participación activa en esta.
Aprender a estudiar sacándole partido a las capacidades personales es muy parecido a un entrenamiento físico: hace falta voluntad, un buen entrenador y constancia. Si no conocemos la manera de hacerlo no llegaremos a tener buenos resultados. Hay que querer, pero también saber.
2. HÁBITOS DE ESTUDIO
Se entiende por hábitos de estudio “al modo como el individuo se enfrenta cotidianamente a su quehacer académico”. Es decir, es la costumbre natural de procurar aprender permanentemente, esto implica la forma en que el individuo se organiza en cuanto a tiempo, espacio, técnicas y métodos concretos que utiliza para estudiar.
2.1. ESTRATEGIAS DE ESTUDIO
Se debe hacer un esfuerzo consciente para percatarnos y aceptar que si algo no está saliendo satisfactoriamente, lo más probable es que estemos haciendo algo partiendo de premisas equivocadas y ejecutándolo en una manera inconsistente con el resultado deseado. Tome tiempo para meditar y revisar las actividades que ha llevado a cabo con relación a ese comportamiento. Evalúe sinceramente, las imágenes y sensaciones que le vengan a la mente, y no la que más le convenga.
Obsérvese con ánimo de buscar y encontrar la verdadera razón sobre qué ha hecho y cómo se ha sentido utilizando el presente método de estudio, y los resultados que ha obtenido utilizando ese método (o no-método). Una vez visto esto, debemos aceptar que eso es así, sentirnos bien y cómodos de haberlo visto y proceder a delinear un curso de acción para modificar ese comportamiento que no genera el resultado saludable, en uno productivo y positivo. Eso nos pone en el camino de convertirlo, de transmutarlo, en uno positivo, saludable, uno que nos haga sentir a gusto con nosotros mismos y con los resultados.
Para eso debemos:
1. Ver la situación por lo que realmente es.
Con frecuencia nos engañamos pensando que lo que no nos sale bien, es el resultado de algo que está fuera de nosotros, que no somos responsables de eso! Aprenda a ver y a aceptar las cosas por lo que realmente son. No pretenda salir bien en sus estudios si continúa pensando y haciendo las mismas cosas que han aportado a que no salga exitosamente. Hacer el cambio positivo, usualmente conlleva cambiar de actitud, de invertir más tiempo en los estudios y de hacerlo en una forma más efectiva, y sobre todo, en una forma consistente.
Todo esto requiere de esfuerzo y de cambio, y con frecuencia nos resistimos a ese cambio y a hacer ese esfuerzo. Tenga claro que esto es normal, pero haga algo al respecto. Dígase; “Me siento resistiéndome a hacer lo que tengo que hacer, pero sé que para poder cambiar el comportamiento o hábito negativo en uno positivo, tengo que mirar más allá de esta sensación de incomodidad y concentrarme en el resultado positivo que obtendré, de hacerlo como debe ser”.
Eso poco a poco y en ocasiones en forma sorprendente disuelve el falso andamiaje del paradigma no saludable. Aprenda a tener confianza en su palabra positiva, a tener confianza en usted mismo.
2. Desarrollar un deseo real de enmienda y cambio.
El cambio requiere y se beneficia grandemente de que usted haga un alto, una pausa y con calma desarrolle y vea en su propia mente el genuino deseo de cambio, que experimente la sensación de sentir lo que significa para usted lograr el objetivo buscado. Mientras más energía invierta en generar esta imagen positiva, más fuerte será su empeño y más fácil se le hará realizar el cambio a uno más positivo. Imagine la o las sensaciones de experimentar cómo logra el objetivo.
Concéntrese en lo que siente en usted mismo cuando las cosas salen en una forma exitosa y fluida.
3. Poner en práctica estrategias de acción que lleven a ese cambio.
Ponga en práctica las estrategias correctas. Esto conlleva delinear un curso de acción, utilizando herramientas que se sabe generan los resultados positivos que buscamos. Más adelante se abundará en éstas. Lo importante es que las entienda y se sienta cómodo con el cómo y el porqué de hacerlas.
4. Implementar esas estrategias en forma consistente.
Para que todo este andamiaje funcione tiene que estar consciente de que debe llevarlo a cabo en una forma consistente. Esto quiere decir que no es, unas veces sí y otras no, hay que hacer el propósito de no salirse del camino trazado, pase lo que pase. Si se sale del camino, o sea, si en un momento dado falla en la implementación del método, obsérvese y reconozca que se salió del objetivo, pero regrese lo antes posible al camino y a seguir su objetivo.
Su mejor motivación es usted mismo! ¡Experimente y sobre todo sienta el resultado de salir exitosamente! ¡Que esa sea la sensación, su motivación, su norte en todo momento!
2.2. AMBIENTE DE ESTUDIO
El lugar
o El lugar de estudio debe ser lo más cómodo posible, debe razonablemente adaptarse a su gusto y a su manera de ser de forma que uno se pueda concentrar completamente en el trabajo.
o Debe ser una habitación suficientemente silenciosa, cualquier ruido distrae y dificulta la concentración.
Es preferible estudiar en silencio, sin música, o en todo caso con una música tranquila (preferiblemente música clásica) a bajo volumen.
No se debe estudiar viendo la tele (al final ni se estudia bien ni se ve la tele bien). El estudiante se engaña a sí mismo: como ha estado mucho tiempo con los libros considera que ha trabajado duro, pero realmente lo único que he hecho ha sido perder el tiempo.
o La habitación debe estar suficientemente (no excesivamente) iluminada, preferiblemente con luz natural.
Si se trata de luz artificial es preferible combinar una luz indirecta que ilumine toda la habitación y un foco centrado en la mesa (preferiblemente con bombilla azul).
Hay que evitar la iluminación con tubos fluorescentes, así como estudiar en una habitación oscura con un potente foco iluminando la mesa. En ambos casos puede producir fatiga.
o El estudiante no debe tener sensación de frío ni de calor.
Lo ideal es una temperatura entre 18 y 22 grados.
o La habitación se debe ventilar regularmente; se pueden utilizar los breves descansos intermedios de 5 minutos para abrir las ventanas.
El rendimiento del cerebro es muy sensible al nivel de oxígeno, por ello hay que procurar ir renovando regularmente el aire de la habitación.
o La mesa de trabajo debe ser amplia y la silla cómoda.
o Hay que estudiar sentado delante de una mesa y no retumbado en un sofá o recostado en la cama, ya que ello dificulta la concentración. Estar en la cama le indica al cerebro que está en el área de descansar y no será una actividad tan efectiva como utilizar un área adecuada para estudiar.
Aunque pueda resultar una forma de trabajar más relajada y placentera, al final no es sino una pérdida de tiempo que habrá que recuperar.
o La amplitud de la mesa debe permitir disponer a mano de todo el material de estudio que se vaya a necesitar. Hay que evitar una mesa pequeña en la que estén los libros amontonados.
o El estudiante debe trabajar siempre en el mismo lugar, a ser posible en su habitación y con la puerta cerrada, lo que le permite generar una rutina que le facilita la concentración. Si se cambia de sitio de estudio, en cada lugar uno encontrará cosas que le resulten curiosas y llamen su atención, distrayéndole del estudio. Además, en su habitación uno podrá tener todo su material organizado y a mano.
o Se debe evitar ir a casa de un amigo/a a estudiar, ya que aunque se pase un rato muy agradable y divertido, normalmente se estudia poco, el tiempo apenas cunde. Esto obliga a recuperar más tarde el tiempo perdido.
o Tampoco es recomendable trabajar en una sala de estudio o una biblioteca pública (salvo que no se disponga de otra alternativa) ya que los riesgos de distracción (y por tanto, de perder el tiempo) aumentan considerablemente.
Sin embargo, estos lugares públicos sí pueden ser muy interesantes cuando de lo que se trata es de buscar información adicional para completar los apuntes, para realizar algún trabajo, etc.
El tiempo
Para aprovechar efectivamente el tiempo, es preferible preparar un horario que le ayude a distribuir su
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