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Hace mucho tiempo, en la aldea de Cornvillage


Enviado por   •  18 de Agosto de 2017  •  Tareas  •  856 Palabras (4 Páginas)  •  174 Visitas

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Hace mucho tiempo, en la aldea de Cornvillage, vivía la joven Iriel con sus dos hermanos mayores. Al morir sus padres, ella se dedicó a hacer las tareas del hogar y nunca tenía descanso ni la dejaban salir a la calle. Ella quería tener una vida como las otras chicas de su edad, pero lo que más quería era aprender a leer. Sus hermanos no quisieron enseñarle y tampoco dejaban que otros lo hagan. No había escuelas en Cornvillage, sin embargo se decía que hace unos años, un forastero llegó y enseñó a leer a todo el que quisiera aprender.

Iriel decidió escaparse una mañana luego de que sus hermanos se fueron a trabajar. Ella atravesó el bosque en busca de alguna aldea donde le pudiesen enseñar a leer. Solo llevó unos pocos panes y una botella de agua. Era el tercer día en el bosque y la luna empezaba a brillar en el cielo, ella se sentía muy exhausta  y se recostó a dormir sobre una piedra. Estaba ya casi dormida cuando de pronto escuchó música y risas a lo lejos. Ella fue a buscar el origen de esos ruidos, caminó por unos minutos y encontró un castillo muy iluminado donde se celebraba una gran fiesta. Ella se sintió alegre y aliviada pues tal vez ahí podría comer algo. Había una puerta pequeña en el costado del castillo, vio que  la servidumbre ingresaba por esa puerta, entonces decidió ofrecer su trabajo a cambio de un poco de comida. Al ingresar al castillo, encontró un hermoso jardín de rosas y hacia al fondo estaba la cocina. Pronto le dieron trabajo y la enviaron a repartir panes a los invitados. Quedó maravillada al ingresar en el salón principal, era muy hermoso y los vestidos de las doncellas eran precioso. Todos parecían muy felices excepto el rey y la reina, ellos estaban sentados en sus tronos y se veían muy tristes. La fiesta acabó cerca a la medianoche, luego le dijeron a Iriel que podía quedarse a dormir con las demás servidumbres. Ella aceptó gustosamente y durmió en una cómoda cama.

Al amanecer, Iriel empezó a sentir frío, cuando despertó se dio cuenta que estaba dormida sobre la hierba del bosque. No había castillo, no había nadie más. Se sintió triste  siguió caminando sin rumbo. Empezó a llover y ella caminó muy rápido buscando dónde refugiarse y por suerte vió una casita a lo lejos. Tocó la puerta y un hombre la recibió. Él tenía el rostro cubierto por la barba y bigotes y ella  no pudo ver si era un hombre joven o de mediana edad. Charles, como se llamaba aquel hombre, le permitió quedarse una noche a la joven Iriel. Mientras cenaban, Ella le contó que había asistido a una gran fiesta en un castillo la noche anterior y que pudo cenar ahí. Charles se quedó sorprendido y le dijo que no era posible pues el único castillo de esa ciudad estaba abandonado y clausurado. Iriel le dijo que estaba segura que había entrado en el castillo por una puerta pequeña y había visto un hermoso jardín de rosas. Charles le dijo que se vaya a dormir y que al día siguiente irían a ver ese castillo. Charles no pudo dormir en toda la noche porque empezó a recordar muchas cosas.

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