Histora De Las Matematicas
pola3022 de Octubre de 2013
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HISTORIA DE LAS MATEMÁTICAS
Matemáticas, estudio de las relaciones entre cantidades, magnitudes y propiedades, y de las
operaciones lógicas utilizadas para deducir cantidades, magnitudes y propiedades desconocidas.
En el pasado las matemáticas eran consideradas como la ciencia de la cantidad, referida a las
magnitudes (como en la geometría), a los números (como en la aritmética), o a la generalización
de ambos (como en el álgebra). Hacia mediados del siglo XIX las matemáticas se empezaron a
considerar como la ciencia de las relaciones, o como la ciencia que produce condiciones
necesarias. Esta última noción abarca la lógica matemática o simbólica —ciencia que consiste
en utilizar símbolos para generar una teoría exacta de deducción e inferencia lógica basada en
definiciones, axiomas, postulados y reglas que transforman elementos primitivos en relaciones y
teoremas más complejos.
Trataremos la evolución de los conceptos e ideas matemáticas siguiendo su desarrollo histórico.
En realidad, las matemáticas son tan antiguas como la propia humanidad: en los diseños
prehistóricos de cerámica, tejidos y en las pinturas rupestres se pueden encontrar evidencias del
sentido geométrico y del interés en figuras geométricas. Los sistemas de cálculo primitivos
estaban basados, seguramente, en el uso de los dedos de una o dos manos, lo que resulta
evidente por la gran abundancia de sistemas numéricos en los que las bases son los números 5
y 10.
Las matemáticas en la antigüedad
Las primeras referencias a matemáticas avanzadas y organizadas datan del tercer milenio a.C.,
en Babilonia y Egipto. Estas matemáticas estaban dominadas por la aritmética, con cierto interés
en medidas y cálculos geométricos y sin mención de conceptos matemáticos como los axiomas
o las demostraciones.
Los primeros libros egipcios, escritos hacia el año 1800 a.C., muestran un sistema de
numeración decimal con distintos símbolos para las sucesivas potencias de 10 (1, 10, 100…),
similar al sistema utilizado por los romanos. Los números se representaban escribiendo el
símbolo del 1 tantas veces como unidades tenía el número dado, el símbolo del 10 tantas veces
como decenas había en el número, y así sucesivamente. Para sumar números, se sumaban por
separado las unidades, las decenas, las centenas… de cada número. La multiplicación estaba
basada en duplicaciones sucesivas y la división era el proceso inverso.
Los egipcios utilizaban sumas de fracciones unidad (:), junto con la fracción , para expresar
todas las fracciones. Por ejemplo, era la suma de las fracciones y . Utilizando este sistema,
los egipcios fueron capaces de resolver problemas aritméticos con fracciones, así como
problemas algebraicos elementales. En geometría encontraron las reglas correctas para calcular
el área de triángulos, rectángulos y trapecios, y el volumen de figuras como ortoedros, cilindros
y, por supuesto, pirámides. Para calcular el área de un círculo, los egipcios utilizaban un
cuadrado de lado . del diámetro del círculo, valor muy cercano al que se obtiene utilizando la
constante pi (3,14).
El sistema babilónico de numeración era bastante diferente del egipcio. En el babilónico se
utilizaban tablillas con varias muescas o marcas en forma de cuña (cuneiforme); una cuña
sencilla representaba al 1 y una marca en forma de flecha representaba al 10 (véase tabla
adjunta). Los números menores que 59 estaban formados por estos símbolos utilizando un
proceso aditivo, como en las matemáticas egipcias. El número 60, sin embargo, se representaba
con el mismo símbolo que el 1, y a partir de ahí, el valor de un símbolo venía dado por su
posición en el número completo. Por ejemplo, un número compuesto por el símbolo del 2,
seguido por el del 27 y terminado con el del 10, representaba 2 × 602 + 27 × 60 + 10. Este
mismo principio fue ampliado a la representación de fracciones, de manera que el ejemplo
anterior podía también representar 2 × 60 + 27 + 10 × (\), o 2 + 27 × (\) + 10 × (\)-2. Este
sistema, denominado sexagesimal (base 60), resultaba tan útil como el sistema decimal (base
10).
Con el tiempo, los babilonios desarrollaron unas matemáticas más sofisticadas que les
permitieron encontrar las raíces positivas de cualquier ecuación de segundo grado. Fueron
incluso capaces de encontrar las raíces de algunas ecuaciones de tercer grado, y resolvieron
problemas más complicados utilizando el teorema de Pitágoras. Los babilonios compilaron una
gran cantidad de tablas, incluyendo tablas de multiplicar y de dividir, tablas de cuadrados y tablas
de interés compuesto. Además, calcularon no sólo la suma de progresiones aritméticas y de
algunas geométricas, sino también de sucesiones de cuadrados. También obtuvieron una buena
aproximación de f.
Las matemáticas en Grecia
Los griegos tomaron elementos de las matemáticas de los babilonios y de los egipcios. La
innovación más importante fue la invención de las matemáticas abstractas basadas en una
estructura lógica de definiciones, axiomas y demostraciones. Según los cronistas griegos, este
avance comenzó en el siglo VI a.C. con Tales de Mileto y Pitágoras de Samos. Este último
enseñó la importancia del estudio de los números para poder entender el mundo. Algunos de sus
discípulos hicieron importantes descubrimientos sobre la teoría de números y la geometría, que
se atribuyen al propio Pitágoras.
En el siglo V a.C., algunos de los más importantes geómetras fueron el filósofo atomista
Demócrito de Abdera, que encontró la fórmula correcta para calcular el volumen de una
pirámide, e Hipócrates de Cos, que descubrió que el área de figuras geométricas en forma de
media luna limitadas por arcos circulares son iguales a las de ciertos triángulos. Este
descubrimiento está relacionado con el famoso problema de la cuadratura del círculo (construir
un cuadrado de área igual a un círculo dado). Otros dos problemas bastante conocidos que
tuvieron su origen en el mismo periodo son la trisección de un ángulo y la duplicación del cubo
(construir un cubo cuyo volumen es dos veces el de un cubo dado). Todos estos problemas
fueron resueltos, mediante diversos métodos, utilizando instrumentos más complicados que la
regla y el compás. Sin embargo, hubo que esperar hasta el siglo XIX para demostrar finalmente
que estos tres problemas no se pueden resolver utilizando solamente estos dos instrumentos
básicos.
A finales del siglo V a.C., un matemático griego descubrió que no existe una unidad de longitud
capaz de medir el lado y la diagonal de un cuadrado, es decir, una de las dos cantidades es
inconmensurable. Esto significa que no existen dos números naturales m y n cuyo cociente sea
igual a la proporción entre el lado y la diagonal. Dado que los griegos sólo utilizaban los números
naturales (1, 2, 3…), no pudieron expresar numéricamente este cociente entre la diagonal y el
lado de un cuadrado (este número, f, es lo que hoy se denomina número irracional). Debido a
este descubrimiento se abandonó la teoría pitagórica de la proporción, basada en números, y se
tuvo que crear una nueva teoría no numérica. Ésta fue introducida en el siglo IV a.C. por el
matemático Eudoxo de Cnido, y la solución se puede encontrar en los Elementos de Euclides.
Eudoxo, además, descubrió un método para demostrar rigurosamente supuestos sobre áreas y
volúmenes mediante aproximaciones sucesivas.
Euclides, matemático y profesor que trabajaba en el famoso Museo de Alejandría, también
escribió tratados sobre óptica, astronomía y música. Los trece libros que componen sus
Elementos contienen la mayor parte del conocimiento matemático existente a finales del siglo IV
a.C., en áreas tan diversas como la geometría de polígonos y del círculo, la teoría de números, la
teoría de los inconmensurables, la geometría del espacio y la teoría elemental de áreas y
volúmenes.
El siglo posterior a Euclides estuvo marcado por un gran auge de las matemáticas, como se
puede comprobar en los trabajos de Arquímedes de Siracusa y de un joven contemporáneo,
Apolonio de Perga. Arquímedes utilizó un nuevo método teórico, basado en la ponderación de
secciones infinitamente pequeñas de figuras geométricas, para calcular las áreas y volúmenes
de figuras obtenidas a partir de las cónicas. Éstas habían sido descubiertas por un alumno de
Eudoxo llamado Menaechmo, y aparecían como tema de estudio en un tratado de Euclides; sin
embargo, la primera referencia escrita conocida aparece en los trabajos de Arquímedes.
También investigó los centros de gravedad y el equilibrio de ciertos cuerpos sólidos flotando en
agua. Casi todo su trabajo es parte de la tradición que llevó, en el siglo XVII, al desarrollo del
cálculo. Su contemporáneo, Apolonio, escribió un tratado en ocho tomos sobre las cónicas, y
estableció sus nombres: elipse, parábola e hipérbola. Este tratado sirvió de base
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