Humanismo Y Virtud
millosz1025 de Septiembre de 2013
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INTRODUCCIÓN
La educación de la dimensión socio humanista ha sido objeto de atención de maestros y pensadores de todos los tiempos. Sin embargo, el presente siglo le imprime en sello peculiar en la medida en que no se concibe ya un proceso educativo centrado únicamente en la adquisición de conocimientos, sino que es entendido como un proceso dinámico de liberación de las capacidades creadoras en cada personalidad, que reclama de un cambio de orientación dirigido a la búsqueda de nuevos nexos y relaciones, de mayores niveles de flexibilidad y originalidad en los enfoques y de una ampliación en cuanto a los índices de colaboración e integración con la finalidad de responder a los retos que dimanan del proceso de formación de las generaciones presentes y por venir, acorde con los tiempos que corren.
Por ello la formación del ser humano será deficiente en la medida en que no responda a los retos actuales de la educación, como también lo será sino incluye la adquisición funcional y más completa de las consideraciones fundamentales del humanismo.
DESARROLLO
En el universo del pensamiento filosófico, científico y social la cuestión de la compresión del componente humanístico siempre ha estado presente, por lo que resulta importante analizar las ideas humanistas en su historia.
“Asumir el humanismo en sus más altos y nobles ideales, su esclarecimiento, se constituye en una necesidad cada vez más apremiante en el mundo de hoy y en especial hacia el mañana”. (Hart. A 2001; VII)
La inclusión de la adquisición funcional y más completa de las consideraciones fundamentales del humanismo en su génesis histórica es una condicionante obligada para alcanzar la formación suficiente del ser humano.
Los orígenes del humanismo se remontan a la cultura grecolatina. Este término proviene de la humanitas latina que es equivalente al griego paideia el cual evoca por principio su origen helenístico y romano: homohumanus como contrapartida del homobarbarus, una manera nueva de ser y de vivir del ciudadano (civis) con dignidad de hombre. El componente humanista ha estado por tanto presente como elemento inherente a toda reflexión cosmovisiva desde que la filosofía se constituye en actividad intelectual específica, aunque como término se menciona en la antigüedad por Cicerón.
Corrientes del pensamiento filosófico como el estoicismo y el epicureísmo florecidos para esta época en la antigua Grecia y Roma, al abordar la problemática tendieron a buscar una solución a los problemas existenciales a partir de encontrar modelos de conducta y de vida para los individuos que les permitieran escapar de los males del mundo con base en la ética como cúspide de todas las investigaciones filosóficas. A partir del referente ético los griegos nos trasmitieron una imagen del hombre que piensa y crea y los romanos una imagen del hombre que crea en los dominios de la historia, el derecho y el orden.
Ambas imágenes son coincidentes en cuanto al fundamento ético-político que orienta hacia el bien común el pensamiento y las acciones de los mejores hombres. Así mismo, existe comunidad en lo relativo a la necesidad de relación de la imagen del hombre y la conducta de la vida con el dominio trascendente de lo divino.
El humanismo es un fenómeno histórico cuyo contenido concreto ha cambiado cualitativamente en las distintas etapas del desarrollo social. El florecimiento de concepciones que incluyen el reconocimiento de la igualdad de los hombres, los valores humanos de las personas y los ideales morales con su correspondiente reflejo en la conciencia humana, atestiguan acerca de la amplitud que como totalidad adquiere este concepto, a la vez que revela la existencia de las tendencias ideológicas humanitarias en los distintos niveles del devenir del humanismo en las épocas históricas.
Las distintas etapas del desarrollo de la humanidad reportan la existencia de formas de humanismo: la comunidad primitiva, el antiguo, el cristiano, el utópico, el burgués y el proletario socialista.
A decir de Guadarrama P(2001:14) las manifestaciones del humanismo están asociadas en su historia con el momento en que el hombre comenzó a tomar conciencia de su especial circunstancialidad en el mundo, con ello se iniciaron precoces consideraciones ontológicas como ser cualitativamente diferente en el plano laboral, moral, político, estético, etc. Todo lo cual pasa a formar parte del acervo humanista del pensamiento universal, a partir más que todo del reconocimiento de la autenticidad del ser, específicamente en el plano ético y axiológico en su sentido más amplio, en tanto el hombre mismo fuese considerado valor y fin supremo de todo criterio y actividad humana.
Desde fines del siglo XIII hasta el siglo XIV la crisis en el seno de la iglesia y las contradicciones con los reyes se agudizaron, lo cual favorece la decadencia de la escolástica, unido al nacimiento en el seno de la sociedad feudal de la clase cuya misión histórica consistía en revolucionar el orden social existente: la burguesía, propulsora de una nueva forma de humanismo: el burgués que sirve de fundamento a las ideas y realizaciones de esta clase, que es contraria por su naturaleza a las prácticas de la escolástica.
Reaparecen y se difunden concepciones artísticas, científicas, éticas y filosóficas provenientes de la antigüedad y olvidadas durante siglos por la represión y la ignorancia imperante. Ello da paso a una visón del mundo sustentada en el individualismo característico de la ideología burguesa del humanismo del siglo XV y XVI que perneó y trasformó todas las esferas de la cultura.
Empero el humanismo burgués no significó un simple retorno al humanismo antiguo sino que desarrollaron ideas ya manejadas en la antigüedad en correspondencia con las exigencias del hombre nuevo. (Galindo.C y Isac S. 2000.138)
El humanismo surgió fundamentalmente en Italia aunque rápidamente ganó espacios en el resto de Europa. Además del antropocentrismo que representa trajo aparejada una nueva visión del mundo en cuanto a la naturaleza y su conversión en el único objeto de estudio científico, de imitación artística y de reflexión filosófica junto con su núcleo, el hombre.
Propugna como tendencia al analizar al hombre como ente natural para despojarlo del carácter sobrenaturalista promovido por el cristianismo, un hombre dotado de razón, conocimiento y capacidad para construir una vida digna. De este modo se exalta el valor del hombre como personalidad, su derecho a la felicidad, a la libertad y el libre juego de sus capacidades. Prolifera el optimismo a partir de la creencia en el hombre y en las posibilidades para acometer grandes empeños, propulsa el contraste de opiniones, el debate intelectual y la comunicación de ideas, el disfrute de la vida, el amor, la belleza, el respeto y la alabanza por la mujer y la búsqueda de una espiritualidad más humana e interior.
Dante Alighieri (1265 – 1321) fue el primero en situar a la antigüedad en el centro de la vida cultural y Franchesco Petrarca (1304 – 1374) es conocido como el padre del humanismo, por el significado que le atribuía, al considerarlo como amor a nuestros semejantes, unido al reconocimiento de que para adquirir una verdadera humanidad y una cultura, era imprescindible el estudio de las lenguas y las letras de los clásicos. A Giovanni Picodella Mirándola (1463 – 1494) se le concede la primacía en la utilización del término humanista para referirse al nuevo movimiento
La entrada del siglo XIX trajo consigo la creación del Neologismo Germánico Humanismus para designar a una teoría de la educación vigente para 1808. Ya para los años 1841 este mismo término se utilizó en oposición a la escolástica, finalmente en 1859 se aplica para connotar el período del resurgir de los estudios clásicos.
El humanismo como una de las bases ideológicas del Renacimiento, suponía una evidente ruptura con la idea de la religión; pero con él, dios no perdía su papel predominante, sino que se situaba en un plano diferente y deja de ser respuesta y solución a todos los problemas. Erasmo de Rotterdam (1469 – 1536) fue probablemente el autor que mejor supo aunar la filosofía humanista con el pensamiento cristiano. Su muerte marcó el principio del fin de este movimiento.
Especial atención merece la contribución que realizara al humanismo el pensador italiano Juan Bautista Vico (1668 – 1744). Su concepción reconoce al hombre como la clave de la sociedad y su devenir, su antropología es base para su filosofía de la historia, vista como exclusiva creación del hombre y compuesta de hechos, instituciones, ideas y obras materiales y espirituales que se suceden en el tiempo. Reconoce la capacidad de transformación de la razón humana, su mutabilidad de una época a otra a partir de sus propios resultados y del papel de la educación en la modificación del hombre.
El carácter progresivo del primer humanismo burgués se certifica a partir de la afirmación de la grandeza del hombre, la defensa de la dignidad con independencia de la división estamental y la situación de la propiedad, la exigencia de la libertad y el desarrollo armonioso de la persona, la emancipación de su intelecto respecto a las cadenas religiosas. Sin embargo, también le fueron inherentes insuficiencias asociadas con la critica solo a la explotación feudal, el desprecio que proclamaron algunos de sus defensores hacia el pueblo, la hostilidad hacia el movimiento revolucionario de los oprimidos y especialmente hacia los campesinos, de ahí, que se trate de la sustitución de la explotación feudal por la burguesa.
En resumen el humanismo renacentista volvió a colocar al hombre en el centro tras
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