Héctor Castillo Berthier.
ciber.hdcycTesis3 de Diciembre de 2013
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INTRODUCCIÓN
Quizá todas las sociedades merecen ser juzgadas por su basura. Vivimos actualmente en una sociedad permeada sistemáticamente por la información (a todos los niveles) y la seducción del consumo, en donde la lógica del capital, para obtener lucro o plusvalía, produce infinidad de productos con una obsolescencia perfectamente programada que no solo desecha mercancías (o restos de ellas) sino también personas. (Castillo Berthier, Héctor, Gutiérrez, Eugenia y López, Rocío.)
Héctor Castillo Berthier.
(Castillo Berthier, Héctor, Gutiérrez, Eugenia y López, Rocío.)
En las ciudades la basura lleva siendo un problema casi desde el origen de éstas, debido a la alta densidad de población y al hecho de arrojar la basura a las calles. Esto provoca la proliferación de insectos, roedores y microorganismos patógenos. Y si a eso le agregamos un mal sistema de gestión de las basuras, el resultado viene siendo un deterioro y depreciación del entorno debido a la contaminación del aire, del agua y del suelo.
En las sociedades preindustriales, tanto el volumen relativamente limitado de generación, como la composición predominantemente orgánica de muchos de los residuos o la biodegradabilidad de éstos, el manejo de los mismos estuvo limitado en el mejor de los casos, a llevarlos a un sitio distante de las comunidades para ser enterrado a los ciclos de la vida. Con la industrialización –incluidas las actividades agropecuarios, forestales y pesqueras- se aceleraron los procesos de producción y con ello ocurrieron dos fenómenos: la generación –por un lado- de mayores volúmenes de residuos y un consumo desmedido –por el otro- de los bienes producidos, junto con sus envases y embalajes.
La influencia de los medios de comunicación con las distorsiones que causa la publicidad agudiza el consumismo: subestima productos, sobrevaloriza mercancías e incrementa la ignorancia e insensibilidad, de manera que tan sólo resulta importante adquirir cosas en un mundo capitalista donde sale más caro consumir, que remediar. Prácticamente todos los hogares de la ciudad de México cuentan con un radio o una televisión por lo que la penetración a través de estos medios es muy alta, situación que determina gran parte de sus hábitos de consumo con todos los aspectos negativos que esto implica: la compra de productos que rápidamente dejan de ser útiles, pasados de moda, inservibles, obsoletos, además de los “alimentos chatarra” y productos “desechables” que generan una gran cantidad de basura, la desnutrición en la población y la falta de información para mejorar sus patrones de consumo.
Consideramos basura todo aquello que ya no nos sirve. Cuando regresamos de compras, las bolsas y los empaques los tiramos a la basura, porque ya no nos sirven. También arrojamos al bote de basura la fruta que ya no podemos comer porque se echó a perder, el vidrio que se rompió y el trapo que ya no utilizamos. Acostumbramos tirar la basura en cualquier lugar y nos consideramos educados si tenemos el hábito de depositar la basura en su lugar. Creemos que con esto ya hemos cumplido. Sin embargo, el problema de la basura no se resuelve con esto. Cuando la envolvemos en bolsas y la sacamos para que el barrendero la ciudad la recoja, lo que estamos haciendo es "pasar el paquete" de la basura al servicio de limpia de la ciudad de México.
Fuera del lugar donde se genera, los residuos ocasionan: i) el bloqueo de coladeras y drenajes, lo que origina inundaciones urbanas en las épocas de lluvias; ii) el bloqueo de corrientes de agua, por ejemplo al acumularse debajo de los puentes provocando que los ríos de desborden; iii) el deterioro de lugares de recreación. Los paseantes o quienes los visitan dejan tirados su basura que se va acumulando al grado de desalentar el aprovechamiento de esas áreas, además de generar problemas sanitarios y ambientales; iv) una pésima imagen urbana al arrojar residuos al borde de caminos o en botes baldíos y espacios abiertos.; v) la contaminación de cuerpos de agua o de consumo. Por descargarse directamente en ellos todo tipo de residuos o ser arrastrados por la lluvia sustancias contaminantes que se infiltran en el suelo hasta llegar al agua subterránea; vi) el salinamiento de suelos. Por depósito de ellos en residuos que son o se encuentran compuestos de sales, como ocurre con los residuos de sal empleados en la preservación de pieles utilizadas como insumos en la industrial de la curtiduría; vii) la proliferación de fauna nociva y generación de malos olores. Cuando se vierte materia orgánica por doquier o en tiraderos a cielo abierto; viii) la emisión de contaminantes al aire libre, tanto al desprenderse sustancias volátiles contenidas en los residuos, como al generarse gases debido a la fermentación de los residuos orgánicos, o por el arrastre por el viento de los residuos de distinta índole; a lo cual se suma la contaminación ocasionada cuando se incendias los basureros y durante semanas se emiten partículas y de todo tipo de sustancias tóxicas liberadas de procesos de combustión de distintos tipos de materiales.
Por su parte, el servicio de limpia del GDF no cuenta con programas de recolección y separación de los residuos actualizados, ni cuenta tecnología aplicada como la incineración que permite la recuperación de energía, del ambiente y de la economía del país. Esta administración sigue apostando por el relleno sanitario, un sitio que ejemplifica claramente la ausencia de autoridad al proliferar la pepena, los olores desagradables, la fauna nociva y los incendios que dan como resultado que el suelo quede inutilizado para usos agrícolas; los mantos acuíferos sean infectados por la migración del lixiviado --líquido que forma la basura en su contacto con agua-- y finalmente, el deterioro de la imagen urbana. Consecuentemente, las autoridades locales han llegado a sus límites de capacidad para atender financiera y técnicamente los gastos y requerimientos de manejo de la basura. Incluso, el propio servicio de “limpia” al no operar adecuadamente contribuye a incrementar los niveles de contaminación por las emisiones de los vehículos en mal estado que transportan la basura y los residuos que ellos mismos generan y su consumo de combustibles, así como por la liberación de emisiones en las instalaciones en donde se procesan o depositan los residuos, por citar dos ejemplos.
El problema de la basura en la ciudad de México puede ser abordado desde el punto de vista cultural y educativo, y de ahí derivarse a otras áreas de análisis como el ambiental, el técnico, el legal, el institucional, etc. Empero, el problema de fondo que permite unirlos a todos es básicamente de tipo social, ligado a la política y la economía. Para ello, trataremos hacer un análisis integral de la situación y proponer al final del presente escrito una serie de alternativas para su solución, que de llevarse a cabo, provocarían una disminución sustanciosa en los volúmenes de basura en la capital del país.
La primera parte del trabajo muestra la situación actual de los residuos sólidos en la ciudad de México con la intención de ejemplificar la magnitud del problema. La segunda parte describe las implicaciones económicas que tienen la recolección y tratamiento de la basura, ya que al salir de nuestras casas, ésta es objeto de disputa por las enormes ganancias que conlleva su apropiación. La tercera parte relata, brevemente, la historia de la basura en la ciudad de México con el objeto de ver cómo es que ha sido tratado el problema. La cuarta parte explica las distintas formas en que las autoridades correspondientes “resuelven” el problema de la basura. Esto es, del tiradero a cielo abierto al relleno sanitario y de este a la incineración y la composta. La quinta parte muestra el impacto social de la basura en sociedades como la nuestra, en donde pepenadores y voluntarios sobreviven de lo que la basura y los caciques les dejan.
Antes de darnos a la tarea antes señalada, es preciso mencionar las debilidades de algunos de los inventarios de generación y de los sistemas de información en la materia que aún dejan mucho que desear y cuyos datos deben de ser manejados con cautela. La dificultad consiste en que no se ha adoptado una clasificación uniforme de los residuos en el cual todas las investigaciones tomen como punto de partida. Por ejemplo, algunos investigadores consideran al residuo, la basura y el desecho como algo distinto e incluso antagónico. Por otro lado, hay pocas publicaciones acerca del problema de la basura que muestren el volumen de generación en kilogramos o toneladas y simplemente hacen estimaciones sobre un muestreo
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