Influencia De La Familia En El Desarrollo Socioemocional Del Niño De 0 A 6 años

Analizar la influencia de la familia en el Desarrollo Socioemocional del Niño de 0 a 6 años.

El desarrollo es una secuencia de cambios continuos en un sistema que se extiende desde su origen hasta la madurez y extinción, confiriendo un grado de diferenciación y complejidad internas al sistema. Significa cambio transformación tanto de las funciones físicas como psíquicas; depende de la maduración y del aprendizaje.

En cuanto al Desarrollo Socioemocional se puede decir, que es el área vinculada con la afectividad y la interacción en sociedad del niño con otros niños y con los adultos, así como la formación y expresión de los sentimientos.

Es importante destacar, que los sentimientos juegan un papel esencial en el desarrollo de la personalidad del niño e incluyen tanto los sentimientos con respecto así mismo como aquellos suscitados por otras personas y situaciones.

Conviene resaltar los procesos que se dan en este desarrollo:

• Identidad: Consiste en la imagen o representación que el niño tiene de sí mismo, de sus características personales y de la valoración, tanto positiva como negativa, de esas características. Abarca diversos aspectos, tales como: la representación de la propia imagen corporal, la percepción de sus características y capacidades en el plano físico, de sus habilidades para desenvolverse en el ambiente, tanto intelectual como socialmente, de su contexto personal (nombre, edad, familia, pertenencias, acontecimientos) y la representación del género masculino o femenino.

• Los sentimientos de confianza de sí mismo y autoestima: Se origina en las experiencias que permiten al niño tener una visión positiva, optimista de sus posibilidades y capacidades; lo que ocasiona que el niño desarrolle una autoestima elevada.

• Autonomía: Es la disposición y capacidad del niño para tomar iniciativas, ya sea de la exploración del mundo a su alrededor como con la interacción con otros niños y adultos.

• La capacidad de expresar sentimientos: Los sentimientos y emociones son parte de la naturaleza humana y es por ello saludable que el niño aprenda a reconocerlos, a aceptarlos y a responder adecuadamente a ellos. Estos son: alegría, enojo, tristeza, rabia, temor, ansiedad entusiasmo, optimismo, cariño, etc. Por lo tanto, lo más adecuado permitir al niño que aprenda a expresarlos y aceptarlos.

• Procesos de integración social: Es la ampliación del mundo de las relaciones del niño: establecimiento de relaciones con “otros”, distintos de sus familiares; ingreso a un medio donde la interacción social tiene algunos contenidos y temáticas nuevas, lo que le permite entrar en contacto con un nuevo sistema y repertorio de estilos de interacción social.

Es vital decir que la familia es la unidad básica en el proceso de desarrollo y crecimiento, en donde el individuo encuentra su identidad y va pasando de una situación de dependencia, especialmente de su madre, en los primeros años de vida, hasta convertirse en un ser independiente.

En ese orden de ideas, para el desarrollo socioemocional del niño de 0 a 6 años, en la familia se encuentran una serie de factores, tanto positivos como negativos, que van a incidir directamente en él.

Entre los factores positivos tenemos:

• Los padres democráticos, ya que son afectuosos, refuerzan con frecuencia el comportamiento del niño e intentan evitar el castigo. Les controlan y dirigen, pero son conscientes de sus sentimientos, punto de vista y capacidades evolutivas. A menudo les explican las razones que han originado un control o castigo. Además, plantean a los niños exigencias de madurez e independencia. Los hijos de estos padres son los que muestra características más deseables en nuestra cultura, se caracterizan por: _Tener niveles altos de autocontrol y autoestima. _Ser capaces de afrontar situaciones nuevas con confianza e iniciativa. _Ser persistente en lo que inician. _Se relacionan fácilmente con otros, son independientes y cariñosos. _Poseen criterios personales acerca de cuestiones morales (sus opiniones han sido elaborados por ellos).

• Participación en tareas domésticas: Si desde muy pequeños se exige a los niños actividades como recoger los juguetes, no tirar la ropa, colocar sus zapatos, etc., se estará contribuyendo a la creación de hábitos necesarios para la armonía familiar.

• Adecuado clima emocional (atmósfera de respeto): El cual está determinado por la manera característica como los padres muestran sentimientos a sus hijos. Existen unos elementos básicos que hacen que el niño sienta el amor en una atmósfera de respeto y comprensión. Estos son: _Verdadero encuentro, relacionado con la comprensión, dedicación y concentración que se le brinde al niño. _Confianza, ser honesto en la manifestación de sentimientos. _No enjuiciamiento, no ser juez de la conducta del niño sino dar la reacción que esa conducta provoca en el padre o la madre. _Seguridad de sentirse apreciado: Darle un trato respetuoso al infante. _Seguridad de ser dueño de los sentimientos, el respeto por los sentimientos del niño forma parte del respeto por su integridad. _Empatía, comprensión, comprender a la otra persona desde su propio punto de vista. _Seguridad de tener crecimiento exclusivo, permitirle al individuo sentirse como persona única.

Asimismo, en la familia se pueden presentar factores negativos, tales como:

• Padres autoritarios: Éstos no facilitan el diálogo con la familia, son pocos comunicativos y poco afectuosos. Sus hijos serán obedientes, pero: _Suelen ser más tímidos y poco tenaces a la hora de perseguir metas. _Actúan influidos por el premio o el castigo que va a recibir su comportamiento. _Tienen una baja autoestima debido a que no se ven a sí mismos como responsables de sus éxitos o fracasos. _Son poco alegres, infelices y vulnerables a las tensiones.

• Padres permisivos: Son padres con una actitud general `positiva hacia el comportamiento del niño; aceptan sus conductas, deseos e impulsos, y usan poco el castigo. Acostumbran a consultar al niño sobre las decisiones que afectan a la familia. Sin embargo no les exigen responsabilidades ni orden. Permiten que el niño se autoorganice al máximo, no existiendo a menudo normas que estructuren la vida cotidiana (por ejemplo ver la TV o la hora de acostarse). Utilizan el razonamiento, pero rechazan el poder y control sobre el niño. Sus hijos, debido al bajo nivel de exigencias y control al que se enfrentan, tienden a: _Tener problemas para controlar sus impulsos. _Tener dificultades a la hora

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