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Intruccion Pre-militar

rallys6 de Noviembre de 2012

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El Liderazgo de Nehemías

Introducción

Dios utiliza aun a personas que no le conocen para realizar su obra, este es el caso del rey Ciro de Persia, del cual Isaías ya había profetizado (Is 44:28).

Sin embargo cuado selecciona a su gente nos encontramos con hombres como Zorobabel, Esdras y Nehemías que enfrentándose a dificultades luchan contra ellas para realizar la misión que Dios les ha encomendado. En este estudio vamos a ver la vidas de uno de estos hombres: Nehemías, los problemas a los que se enfrentó, y lo más importante, la forma en que actuó para llegar a su meta.

La historia empieza cuando Dios, cumpliendo con la profecía del profeta Jeremías (Jer 29:10), pone en el corazón y en la mente de su pueblo que se encontraba exiliado en Babilonia, el deseo de regresar a su tierra. Así con la ayuda del rey Ciro, inicia la aventura. Algunos deciden regresar, otros deciden apoyar a los que regresan.

Los primeros que regresan al mando de Zorobabel fueron alrededor de 49,907 personas (Esd 2:64). No era un grupo muy grande, pero fue el primero que se animó a salir y cumplir con el deseo que Dios había puesto en su corazón.

Todo el pueblo que había regresado estaba unido, era como un solo hombre, así que después de establecerse, lo primero que hicieron fue edificar el altar de Dios, para ofrecer holocaustos. Esto lo hicieron principalmente porque tenían miedo de los pueblos vecinos y querían el favor de Jehová. Y conforme con la voluntad del rey Ciro empezaron con la construcción del templo. En la construcción del templo surgieron conflictos, pero solamente nos enfocaremos en las situaciones vividas por Nehemías

Aproximadamente 58 años después, ocurrió el segundo regreso, esta vez dirigido por Esdras. Esdras pertenecía a la línea sacerdotal, había consagrado su vida a copiar y enseñar las Escrituras. El trabajo de Esdras se enfocó en poner una especial atención en la Ley de Moisés, dando mucho énfasis a su estudio.

Muchos consideran las reformas de Esdras como drásticas, ya que se apegó cien por ciento a lo que decía la Ley, cosa que en su momento fue necesaria para separar al pueblo de Dios de la idolatría que ahogaba a los demás pueblos y generar su identidad nacional.

El tercer regreso: Nehemías

El Libro de Nehemías contiene la historia de los judíos que regresaron a Judá después de la cautividad Babilónica. Este alto funcionario en la corte persa de Artajerjes pidió el gobierno de Judá, para poder reconstruir los muros de Jerusalén. Llegó a Judá cerca del 446 a.C., casi 100 años después de que el primer grupo de exiliados había regresado. Nehemías despertó el entusiasmo de los judíos por el proyecto, firmemente resistió la oposición de gentes vecinas, y vio la ciudad santa otra vez rodeada por los muros. Con la ayuda de Esdras, Nehemías también implementó leyes del Antiguo testamento que la comunidad ignoraba.

Nehemías oró por el trabajo

Como copero del rey, Nehemías (un judío) mantenía una alta posición en la corte. Él estaba próximo al rey y podría compartir su confianza. Pero Nehemías no se olvidó de su pueblo, y preguntó acerca de Jerusalén. Las noticias eran inquietantes: El remanente sufría vergüenza, los muros estaban destruidos, y las puertas quemadas. En lugar de ser una ciudad de orgullo y gloria, era una ciudad de vergüenza y reproche.

Nehemías sintió inmediatamente carga por su ciudad. El hecho que él estaba a más de 1150 km de distancia no hacía diferencia; ni tuvo importancia que él disfrutaba lujo y prestigio en el palacio del rey. Él no dijo, "¡El aprieto en que se encuentra la ciudad no es mi culpa!" Por el contrario, inmediatamente su corazón fue tocado y él quiso hacer algo para salvar a su ciudad. Por cuatro meses (de diciembre a abril) él lloró y oró.

Nehemías era un hombre de oración. ¡El libro comienza y acaba con oración! Él oró noche y día, así de agobiado estaba por la ciudad. Nehemías confesó sus pecados y los pecados de su gente (al igual que lo hizo Daniel). Él también le recordó al Señor Sus promesas y entonces se ofreció a ser el siervo de Dios para hacer algo respecto al aprieto de Jerusalén. "¡Aquí estoy yo, Señor, envíame!"

Nehemías se prepara para el trabajo

Cuatro meses pasaron en los que Nehemías esperó para acercarse al rey. "El que creyere, no se apresure", dice Is 28:16. Ciertamente, la fe y la paciencia van juntos (Heb 6:12). Pero Nehemías tuvo en mente un plan, dado a él por El Señor, y sabía precisamente qué a hacer cuando fuera la hora correcta.

Nadie debía acercarse ante el rey con tristeza o con malas noticias, pero la carga en el corazón de Nehemías se revelaba en su cara. Él era un hombre de pesares, y el rey lo advirtió. Entonces él le dijo al rey todo. Él sabía que Dios abriría camino. Así es que Nehemías le dijo al rey su plan, lo que tardaría realizarlo y una lista de las cosas que necesitaría para hacer la tarea.

Nehemías y las ruinas

Le tomó tres meses a Nehemías llegar a la ciudad, y llegó como gobernador, no como un criado. Era un hombre paciente, ya que esperó 3 días antes de tomar cualquier decisión. Los enemigos observaban y Nehemías tuvo que ser sabio y cuidadoso. Más tarde él descubriría que algunos de los nobles de Judá estaban aliados con Tobías, el enemigo de los judíos. De noche investigaba la situación, sin decir nada. Él estaba despierto cuando los otros estaban descansando o dormidos. Él vio más acerca de la situación en la noche, que lo que los otros podían ver a la luz.

Nehemías no creía en un ministerio de un solo hombre; desafió a los líderes del remanente a que trabajasen con él (no para él) en reparar los muros. ¿El motivo? "Que ya no seamos un reproche". Él estaba preocupado por la gloria de Dios así como también por el bien de la nación. Nehemías les mostró la necesidad, perfiló la tarea, y les aseguró la bendición de Dios. Inmediatamente la oposición fue incitada (como siempre sucede), pero Nehemías supo que El dedo de Dios estaba con él y su trabajo.

Nehemías prospera en el Trabajo

El trabajo fue organizado y dirigido, con los líderes espirituales tomando la delantera y la gente cooperando. Dios tomó en cuenta a cada trabajador y escribió sus nombres en el libro. Cada uno tuvo un área específica de responsabilidad. Nadie puede hacerlo todo, pero toda persona puede hacer algo. Por supuesto, nunca se tendrá cooperación al cien por ciento; algunos de los nobles se rehusaron a participar.

Qué variedad de trabajadores: sacerdotes, gobernantes, mujeres, artesanos, y aun los judíos de otras ciudades. Algunos estuvieron dispuestos a trabajar extra. Algunos hicieron el trabajo en casa, y ahí es donde el servicio cristiano debe comenzar. Algunos trabajadores fueron los únicos de sus familias, y algunos otros fueron más entusiastas que los demás. Comparando con Esdras 10:31 algunos anteriores desertores tomaron parte en el trabajo.

Las Puertas

Hay una lección espiritual definitiva en cada uno de estas puertas. La puerta de las Ovejas nos recuerda el sacrificio de Cristo en la cruz (Juan 10). Ésta fue la primera puerta reparada, porque sin el sacrificio, no hay salvación. La puerta de ovejas no tuvo cerraduras o barras, pues la puerta de salvación está siempre abierta para el pecador. Ésta es la única puerta que fue santificada, distinguiéndola como una puerta especial.

La puerta del Pescado nos recuerda acerca de ganar almas, siendo "pescadores de hombres" (Mr 1:17).

La puerta Vieja habla de los antiguos caminos y las antiguas verdades de la Palabra de Dios (Jer. 6:16 y 18:15). La gente del mundo anda siempre buscando "algo nuevo" (Hch 17:21), y se rehúsan a volver a las verdades básicas que realmente funcionan.

La puerta del Valle nos recuerda la humildad ante el Señor. En Filipenses 2, vemos a Cristo descender de las glorias de cielo al valle de la limitación humana y aun muerte. No disfrutamos el valle, pero a menudo Dios nos debe llevar allí para traer una bendición para nuestras vidas.

La puerta del Muladar, ésta es la puerta a través de la cual los desperdicios y la basura de la ciudad se sacaban. ¡Imagine qué difícil sería reparar una puerta en tal lugar! Ciertamente esto nos habla de la purificación de nuestras vidas (2 Cor. 7:1; Is 1:16-17). Más tarde algunos de los judíos se quejarían del escombro.

La puerta de la Fuente ilustra el ministerio del Espíritu Santo (Jn 7:37-39). Es interesante notar el orden de estas puertas: Primero, está la humildad (la puerta del Valle), entonces la purificación (la puerta del Muladar), y entonces la llenura del Espíritu (la puerta de la Fuente).

La puerta de las Aguas habla de la Palabra de Dios, la cual limpia al creyente (Ef 5:26; Sal 119:9). Esta es la séptima puerta mencionada, y el siete es el número bíblico de la perfección: la perfecta Palabra de Dios. ¡Esta puerta no necesitó reparaciones!

La puerta de los caballos presenta la idea de guerra. Ciertamente hay batallas en la vida cristiana, y debemos estar listos para pelear.

La puerta Oriental marca la idea de la segunda venida de Jesucristo (Mt 24:27). En Ezequiel 10:16-22, el profeta vio la gloria de Dios salir del templo por la puerta del este; pero más tarde (43:1-5) vio la gloria de Dios regresar "por la vía de la puerta que daba al oriente."

La puerta de Juicio habla del juicio de Dios. La palabra hebrea original significa "citatorio, comparecencia, reclutamiento". Conlleva la idea de tropas presentándose para la revista. Ciertamente Dios va a llamar todas

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