LA HISTORIA EN LA MESA.

LA HISTORIA EN LA MESA.

La necesidad de alimentarse es ley que ata a todos los seres vivientes y el hombre lógicamente no escapa de ello: para subsistir debe comer. Pero, al contrario de los animales, el hombre tiene una innata capacidad para sublimar las necesidades y para ennoblecer los actos que llevan a la satisfacción de éstas. Por esta razón, el paso de la simple alimentación a la cocina es tan antiguo que no le alcanza la memoria al hombre para fecharlo en la historia.

En el cuaternario, el hombre vive ya de una rudimentaria agricultura, de una limitada caza y de la recolección de frutos silvestres; los adereza a su modo, los cuece apenas conoce el fuego. Desde las primeras edades crea ya el arte culinario y escoge con segura precisión sus alimentos.

Cocinar es, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua “guisar, aderezar las viandas”, es una actividad peculiar del ser humano, propia del hombre civilizado. De simple medio para satisfacer la necesidad vital e inmediata de nutrirse, la civilización ha convertido esta actividad en un arte, auténtico y exquisito. La palabra Gastronomía que hoy es una de las palabras que están de moda, no es otra cosa que la evolución y síntesis de un largo y paciente esfuerzo que liga al hombre con sus tradiciones seculares y con la experiencia del presente. Así se origina este arte viviente que es la gastronomía.

La palabra gastronomía, término un tanto pedante y afectado nace en Francia a principios del siglo XIX y significa simplemente, arte de comer. Al menos asía ha sido definida la gastronomía por los franceses, que crearon el vocablo uniendo dos palabras griegas: “Gaster” que significa vientre y “Gnomos”, es decir, leyes. Cierto es que en la antigüedad se había usado la palabra gastronomía, por lo menos así lo dice el gramático Ateneo de Naucrade que vivió en los siglo II y III después de Jesucristo, aludiendo a un poema del griego Arquestrato de Gela, el cual escribió un tratado con este nombre hacia el siglo IV antes de Jesucristo.

Pero modernamente la palabra gastronomía aparece por primera vez en el poema “La Gastronomie” de Joseph Berchoux en 1801. Este poema que tuvo un éxito fulminante, fue traducido en todas las lenguas incluso en castellano ( En 1820 se publicó traducido por José de Urcullu. La Academia francesa, siempre prudente no aceptó el nuevo vocablo hasta 1835. La nuestra, hasta la edición del Diccionario de 1844. En Francia, de la palabra gastronomía proceden otros términos como gastrónomo, o sea experto en la buena mesa, gastrólatra que designa a quien hace un dios de su estómago; gastronomía que es obsesión por los placeres del buen comer y gastronómada, un neologismo inventado por Kurnosky que se aplica al gastrónomo viajero, aquél que une el placer del viaje con el descubrimiento de

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