LOS DERECHOS HUMANOS EL GRAN RETO QUE TIENE LA CULTURA COMO FORMA DE VIDA

La cultura es tradicionalmente concebida como el patrimonio de identidad de cada pueblo, donde hacen presencia las costumbres, los ritos, los modos de comportamiento, entre otros. La UNESCO define a la cultura como "el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias” RDMFI (2012, p. 5). Sin embargo, con la presencia de factores tan evidentes e influyentes como globalización, la migración y la atención en salud a poblaciones antes aisladas, aparecen en el contexto de la cultura tres perspectivas de gran relevancia: La primera, la visión de su alcance que toca la esfera de los derechos humanos que hoy día está en la mira de la sociedad; la segunda, la visión del derecho por proteger la identidad cultural; y la tercera el derecho a la convivencia sana y pacífica.

Desde la primera perspectiva se destaca que los derechos humanos son inherentes a la persona, así lo reconoce todos los organismos encargados de su promoción y protección, así como y los Estados en su deber de velar por el bienestar de sus ciudadanos. No obstante, la vida propia de los pueblos por sus características culturales tradicionales y amañadas en el tiempo muchas veces trasgreden el límite de protección de dicha cultura hacia la vulneración de los derechos humanos. En este sentido, la RDMFI (2012, p. 8) considera que “los derechos culturales refieren al derecho de las personas y los colectivos de mantener, proteger y ejercer su propia cultura siempre y cuando esas costumbres no se contrapongan con las ideas fundamentales de los derechos humanos universales”. Esto no quiere decir que a partir de la protección de los derechos humanos y de su promulgación en las culturas éstas pierdan su identidad como tal, lo que se plantea en esta nueva esfera de respeto por la cultura de un pueblo y de los derechos humanos, es un trabajo conjunto donde las personas puedan reconocerse en sus diferencias con otras culturas pero encontrando ese valor medio para lograr el equilibrio, dado que en muchas culturas existen tradiciones tan antiguas como vulneradoras de los derechos humanos tal es el caso de “la ablación de clítoris” que es la mutilación parcial o total genital femenina en la infancia para que las mujeres llegue vírgenes al matrimonio.

Desde la segunda perspectiva, se debe reconocer que cada cultura es diferente y también tiene derecho a ser protegida como un patrimonio. En este contexto, destaca Sánchez (2005, p. 7) que “En las relaciones interculturales no tiene por qué llegarse a un grado tan avanzado de interacción y de mestizaje que casi lleve a olvidar las características originales de cada grupo cultural antes de las relaciones

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