LOS NIÑO ENTRE LOS DERECHOS Y LA POLÍTICA. PERONISMO, PEDAGOGÍA Y TRANSFORMACIONES SOCIALES (1945-1955)
Pablo HeviaDocumentos de Investigación11 de Junio de 2017
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Trabajo Práctico Nº 7
LOS NIÑO ENTRE LOS DERECHOS Y LA POLÍTICA. PERONISMO, PEDAGOGÍA Y TRANSFORMACIONES SOCIALES (1945-1955)
Enfoque Histórico Político. Curso: 1º E
Alumnos:
Rimada Nicolás
Hevia Pablo
Matzkin Cristian
Petracca Antonella
Calderón Florencia “ULTIMA LA WACHA COMO SIEMPRE”
Consignas:
1- Explique cómo se dio en nuestro país el movimiento de la Nueva Escuela y cómo cambió la pedagogía existente.
2- Definan la pedagogía aplicada durante el Peronismo
3- Fundamente la afirmación de Perón "los únicos privilegiados son los niños"
4- ¿Qué aportó el Estado Nacional a la construcción de la "Infancia"?
5- ¿Cuál fue la posición de la Iglesia?
6- ¿Cuál fue la situación de los Jardines de Infantes?
7- ¿Cómo se refiere Eva a los niños?
8- ¿Qué niños se esperan en el 2000?
1) El movimiento de la nueva escuela es un movimiento o grupo de movimientos pedagógicos de carácter progresista, críticos con la educación tradicional (a la que acusan de formalismo, de autoritarismo, de fomentar la competitividad y de constituir una mera transmisión de conocimientos mediante la memorización, pasiva para el alumno y ajena a sus intereses -definiendo su modelo con los rasgos opuestos: educación práctica, vital, participativa, democrática, colaborativa, activa, motivadora) que surgieron a finales del siglo XIX y se desarrollaron en el siglo siguiente. Esta educación se plantea el reto simultáneo de ser general (lo que, en la forma de enseñanza obligatoria, se terminó convirtiendo en uno de los pilares del Estado del bienestar, y supone distintos tipos de integración) e individualizada (lo que supone responder a las necesidades específicas de cada alumno).
En Argentina, debido a las transformaciones políticas, pedagógicas y sociales que se produjeron en la década del ’30, el peronismo heredo un debate político-pedagógico encerrado en la oposición entre los modelos educativos fascistas y comunistas de la educación infantil. A pesar de las diferencias, comunistas y nacionalistas coincidían en considerar a la niñez como un problema de los Estados nacionales, produciendo así un notorio desplazamiento de la esfera de la pedagogía a la esfera de la política. Se debatía sobre cómo debía intervenir el Estado-Nación en la constitución de la identidad de esa nueva generación.
El movimiento de la escuela nueva, con su discurso reivindicativo del protagonismo del niño y de la autonomía infantil en los procesos educativos, se hallaba en una etapa de declinación. La fecha de cierre del movimiento es ubicada por algunos autores en 1939, cuando comienza la 2da guerra mundial. En nuestro país, las tesis escolanovistas acerca de la infancia habían comenzado a ser re articuladas en otros discursos (ejemplo: la reforma educativa de la provincia de Buenos Aires). La confrontación escuela privada-escuela pública se caracterizaba en Europa, pero en Argentina la hegemonía de la escuela pública provoco que el debate pedagógico se instalara en el corazón del sistema escolar estatal.
Mientras tanto, hacia principios de los años ’40, figuras vinculadas con el socialismo oscilaban entre la defensa de una educación democrática centrada en la lucha contra el nacionalismo católico, la reivindicación de los derechos del niños y las propuestas de una educación social que enfrentara la pobreza infantil. El punto conflictivo era el papel social y político que debía ejercer el Estado respecto de la atención del sujeto infantil.
Las transformaciones producidas en el terreno de la pedagogía a partir de la declinación del escolanovismo más radical, así como de la emergencia de tendencias espiritualistas diversas abonaron aquel desplazamiento de la pedagogía a la política. Pedagogos espiritualistas, de filiación liberal o nacionalista, coincidían en rechazar la promoción de la autonomía infantil considerada excesiva, en cuestionar la tradición laica del normalismo argentino y en la reivindicación de un lugar de mayor autoridad del maestro. La ubicación filosófica de la pedagogía en el terreno de la cultura y de los valores, en un escenario mundial de crisis del liberalismo y de cuestionamiento de la democracia parlamentaria, conducía rápidamente a argumentos sobre la necesidad de coartar la libertad infantil y a revalorizar la transmisión adulta.
2) En este terreno político y pedagógico, se produjo la configuración del discurso educativo peronista acerca de la niñez. Las características sociales y demográficas de la población infantil formaron parte de las condiciones de producción del discurso peronista acerca de la infancia. Personas de entre 0 y 9 años había descendido al 21,1 % de la población total. Este fenómeno fue provocado por la caída de la natalidad, por el descenso de la inmigración y por el alargamiento de la vida media; además, la mortalidad infantil había disminuido.
La alarma por el posible despoblamiento del país señalando que “el pueblo que debe ser representado por la urna funeraria” debido al ensanchamiento de la cúspide formada por los ancianos. No se concretó gracias al nuevo aporte inmigratorio de 1946, pero genero una política de natalidad promocionando los nacimientos e interviniendo en las condiciones de advenimiento a un mundo nuevo. Estas eran condiciones propicias para la construcción de una nueva definición política de la infancia y para la elaboración de una nueva pedagogía.
El peronismo partió del reconocimiento de la pobreza infantil y de su condición popular para constituir un nuevo sujeto político cuya identidad se definía no por sus derechos propios, sino por su pertenencia al nuevo territorio de la nación. La niñez fue objeto de una interpelación política.
En el discurso del peronismo acerca de la infancia se localiza una articulación de enunciados liberales, socialistas y nacionalistas. En este discurso se localiza en una articulación de enunciados liberales, socialistas y nacionales. Se diseño una política de democratización social de la situación educativa infantil que daba respuesta a un conjunto de demandas sociales históricas desde un Estado que se presentó como su garante absoluto. En la nueva cultura política, la niñez se concebía como depositaria de la acción social del Estado, como heredera y continuadora de la nueva cultura política.
En el terreno de la pedagogía y de las reformas educativas, el principal debate se centró en el alcance de la limitación educadora sobre el niño. Hay un nuevo orden escolar, caracterizado por la presencia de la Iglesia como nueva tutora moral de la infancia, por la declinación del escolanovismo, y por la legitimidad creciente de una pedagogía espiritualista. La discordancia entre autonomía infantil y autoridad del maestro adquirió una nueva significación durante el peronismo: los niños fueron interpelados como sujetos privilegiados por políticas sociales y moldeados por una pedagogía política progresivamente volcada hacia el adoctrinamiento y la búsqueda de inscripción de la niñez en las luchas por la hegemonía. El peronismo debatía entre una pedagogía social y una pedagogía política dirigida al niño. Dicha pedagogía del moldeamiento buscaba dejar atrás las concepciones escolanovistas. La pedagogía y la educación debían lograr aceitar la nueva cultura política.
3) La infancia de Perón lo proyecto de una mirada nacional de la población Argentina y de una experiencia de autonomía temprana. Perón había acumulado conocimiento respecto de la situación social de la juventud en la Argentina, de la estructura del Estado y de las alternativas de reformas implementadas en Europa. Tiene también la convicción del valor de la niñez y de la juventud como sujeto de una sociedad en proceso de transformación hacia un orden nacional. Condensó la voluntad de supresión de los viejos privilegios que había del primer gobierno de Perón divisoria entre el pasado y el presente. La nueva legalidad no radicaba en el derecho sino en la supresión de privilegios de la infancia a partir de la aplicación del principio de justicia social. El equilibrio entre la justicia social para los sectores más humildes y el respeto por los derechos del niño. La población infantil había sido objeto de exclusión social, en el discurso de Perón se resaltan la dimensión inclusiva de las nuevas políticas y la jerarquización del lugar de los niños en las políticas del Estado. Esta concepción remitía a la relación profunda que Perón, establecía entre la infancia de una sociedad y el futuro de la Nación. Perón había destacado lo que podría denominarse una POLITICA GENERACIONAL, producido como efecto de la guerra, como a la creación de una nueva cultura política Argentina desde una nueva base social. El mensaje que pronunció en el acto de clausura de la asamblea del movimiento peronista femenino, reitero: “…No trabajamos para nuestro tiempo, sino que trabajamos para el porvenir” y “…el mañana no nos pertenece: pertenece a las generaciones que han de seguirnos” La niñez debía ser, objeto de políticas atentas al presente como al futuro. En el marco de esta política integral, que combinó justicia social y reconocimiento de los derechos del niño, la mirada estratégica de Perón adjudica al maestro una tarea común: la de “inculcar a nuestro pueblo ese sentido social de la vida”. La política integral de Perón no se reducía a una estrategia de dignificación social de la situación del niño, sino que, en tanto política generacional, incluyó un conjunto de contenidos culturales y pedagógicos respecto del tipo de hombre que se quería formar. Perón aludió, la formación del niño como un “buen ciudadano”, no abrumado por el enciclopedismo sino con “un alma templada en los valores morales que hacen grandes a los hombres y fuertes a los pueblos para formar un futuro de generaciones argentinas de hombres buenos, dignos, justos, sabios y prudentes”. Un hombre que no estuviera dividido por diferencias sociales o ideológicas, sino moldeado por la nación.
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