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La Amistad


Enviado por   •  29 de Octubre de 2013  •  1.885 Palabras (8 Páginas)  •  249 Visitas

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La Amistad

Los valores son las normas de conducta y actitudes según las cuales nos comportarnos y que están de acuerdo con aquello que consideramos correcto. Los valores valen por sí mismos. Son importantes por lo que son, lo que significan, y lo que representan, y no por lo que se opine de ellos, es decir, son la base para vivir en comunidad y relacionarnos con las demás personas, ya que nos permiten regular nuestra conducta para el bienestar colectivo y una convivencia armoniosa.

Existen diferentes tipos de valores, uno de estos son los valores personales, que son aquellos que el individuo considera imprescindibles y sobre los cuales construye su vida y sus relaciones con los demás. Estos acostumbran a ser una combinación de valores familiares y valores socioculturales, además de los que el propio individuo va aportándose a sí mismo según sus vivencias personales, su encuentro con otras personas o con otras culturas en las que aun imperando una escala de valores diferente a la suya, el individuo encuentra actitudes y conductas que considera valiosas y las incorpora a sus valores más preciados.

Dentro de los valores personales se encuentra la amistad. La amistad es un vínculo que nos proporciona la posibilidad de compartir experiencias, conocimientos e incluso medios económicos. Es decir, los lazos se potencian recíprocamente y no puede existir por separado. La realidad de la amistad es dual, ya que implica la existencia de al menos dos personas, esta necesita de un interlocutor para compartir, crecer mutuamente y descubrirse en él sus valores y también sus deficiencias.

El buen amigo es su compañero y un facilitador de sus muchas posibilidades, es el que sufre cuando tú sufres y se alegra cuando tú te alegras. No es envidioso, ni prepotente ni se aprovecha de ti.

La amistad no se impone, ni se programa, como todo en la vida requiere de un esfuerzo para conseguirlo y lo más importante es poner los medios para lograrlo y mantenerlo. Podemos decir que esta se muestra en los momentos felices: el nacimiento de un hijo, la celebración de un ascenso laboral, la inauguración de una casa. En otras ocasiones la amistad se concretiza en una llamada telefónica para pedir un consejo o compartir un proyecto o intercambiar ideas políticas, religiosas o de la propia existencia, o simplemente por esa sensación que tenemos de que existe una persona, aunque sea a larga distancia, a la que podemos recurrir solamente para hablar y saludarla.

En todas las situaciones, tanto buenas como en los momentos difíciles aparece nuestro amigo al que podemos recurrir y dejarnos aconsejar, llorar, reír y escuchar. De una u otra forma comunicarnos con él, podemos decir que la amistad no se centra en las cualidades del otro sino más bien en su propia esencia: cómo es como persona, qué cualidades tiene, qué sentimientos provoca.

Se dice que la amistad no origina simpatía hacia la persona sino empatía, es decir, capacidad para comprender y para compartir alegrías y tristezas, ya que cuando un amigo nos relata sus confidencias, lo dice según su criterio, y esta requiere corregir los errores subjetivos, para poder aprender la objetividad de los hechos. En la amistad buscamos la ayuda incondicional, nos apoyamos con los amigos para pasar mejor las tristezas, duplicar las alegrías y dividir las angustias por la mitad.

Podemos mencionar algunos elementos para forjar una buena amistad, como lo son:

El caerse bien. Las amistades suelen comenzar de imprevisto, y muchas veces sin buscarlas. En el camino de la vida vamos encontrándolas. Y todo comienza porque alguien “nos cae bien”. Convicciones, sentimientos, gustos, aficiones, opiniones, ideas políticas, creencias, religión son algunos de las cosas en común que pueden hacer que nos hagamos amigos de alguien. Podemos decir que el sentirse a gusto con una persona, conversar y compartir sentimientos es el principio de eso que llamamos amistad.

El tener algo en Común. Para que la esta sea verdadera, debe existir algo en común y, sobre todo, estabilidad. El interés común puede ser una misma profesión, una misma carrera, un pasatiempo en común, y la misma vida nos va dando amigos, como dice el refrán Aficiones y caminos hacen amigos. La amistad es un cariño, un apreciarse que promueve un dar, un darse y para ello es necesario encontrarse y conversar. Después, con el tiempo, la amistad puede desarrollarse en profundidad y en extensión mediante el trato, el conocimiento y el afecto mutuos.

El Tratarse. Conocer bien al amigo es saber de su historia pasada, de sus quehaceres actuales y de sus planes futuros; y del sentido que da a su vida, de sus convicciones; y de sus gustos y aficiones, y de sus defectos y virtudes. Es saber de su vida, de su forma de ser, de comprenderse entre sí.

El Desinterés. Para que una amistad sea verdadera, no basta con caerse bien, hay que dar el paso definitivo: ayudarse desinteresadamente, sin esperar nada a cambio. Al amigo se le quiere porque él es él y porque yo soy yo. Esta se orienta hacia el tú y consiste más en un servir que en un sentir.

No es amigo el que busca aprovecharse del otro, es decir esta no es comercio de beneficios. La verdadera amistad es, en gran medida, servicio afectuoso y desinteresado.

Vale la pena. Ser amigo de verdad no es fácil, pero vale la pena el esfuerzo. Es un gozo tener amigos de verdad, el estar con ellos, charlar, ayudarles o ser ayudado, el disfrutar y alegrase con ellos, es decir el poder contar con ellos, aunque cueste, vale la pena el esfuerzo que requiere ser un amigo.

Tenerse confianza. No solamente se cree lo que dice el

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