La Antidemocracia De Los Partidos Politicos

La antidemocracia de los partidos políticos

Por: Norma Beatriz Luévano

Entre tantas incongruencias de este mundo al revés que vivimos los mexicanos en cuanto a la cuestión pública, nos encontramos con una muy marcada que tiene que ver con la vida y obra de los partidos políticos.

Grandes, pequeños, de izquierda o de derecha, todos son lo mismo a la hora de analizar sus métodos para acceder al poder público.

A estos entes, y a los personajes que los gobiernan, ávidos de poder, poco les importa lo que señala el artículo 41 de nuestra Constitución federal, que reza en su párrafo segundo de la fracción primera que "los partidos políticos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de la representación nacional y como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de estos al ejercicio del poder público...".

Pero lejos de esto, vemos como entrados los procesos electorales las cúpulas partidistas simplemente se adjudican el poder de decidir quienes serán candidatos, de acuerdo a criterios tan sólidos como el compadrazgo, amiguísimo, pago de favores, intereses de grupo, pisoteando así los derechos políticos de sus afiliados, de competir internamente por sus candidaturas.

Quien no recuerda cuando Amalia García y Tomás Torres contendían por la candidatura para gobernador (a) y aún y a pesar de que Torres Mercado gozaba de mayor simpatía entre los perredistas, los líderes de ese grupo político optaron sin más porque la candidata fuera García Medina (y ya conocemos todos las consecuencias de esa imposición).

La democracia que se vive al interior de estos órganos está más que cuestionada, ha sido exhibida en cada proceso electoral como víctima de las mafias que "administran" a dichos institutos, quienes hacen de todo por legitimar sus de por sí cuestionados métodos de selección de candidatos, como contratar a seudo empresas encuestadoras que sin detenerse por una elemental práctica ética aseguran con grafiquitas que los candidatos designados de antemano son los preferidos en el electorado.

No queda la menor duda, en México los partidos políticos son un negociaso para esos grupos de poder, por lo que hacen "de todo" por llegar a ellos y mantenerse dentro, ya sea crear partiditos nuevos, o bien, arrebatar las dirigencias de los que ya existen a otros que ya han abusado suficiente de ellos.

No por nada vemos a las nuevas generaciones de jóvenes tan desinteresados de participar en la política con un fin genuino como el de marcar diferencias en la forma de gobernar y no viendo a esta vía como una mera forma de conseguir empleo.

La pregunta es: ¿hasta cuándo permitiremos

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