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La Conquista


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2012  •  1.832 Palabras (8 Páginas)  •  326 Visitas

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Tras el descubrimiento de Yucatán por Hernández de Córdoba, en 1517 y del que ya hablamos, el gobernador de Cuba don Diego Velázquez solicitó el título de adelantado y gobernador de las tierras descubiertas y preparó otra nueva expedición de descubrimiento y rescate bajo el mando de Juan de Grijalva. Partió de Matanzas en 1518 y repitió la travesía anterior, pero Grijalva continuó descubriendo a partir de Champoton por el seno mexicano hasta la desembocadura del río Tuxpan. Desde allí, regresó a Cuba con abundantes rescates de oro (más de 20.000 pesos después de separado el quinto real) y noticias de que la nueva tierra pertenecía a un poderoso y rico señor que vivía en el interior.

Velázquez organizó otro viaje de descubrimiento y rescate, que puso al mando de Hernán Cortés, ahijado, compadre y antiguo secretario suyo. Cortés había participado en la colonización de Santo Domingo y en la conquista de Cuba. Su armada, compuesta de 11 navíos y unos 550 soldados, partió de Cuba el 10 de febrero de 1519. Se dirigió a la isla de Cozumel, donde encontró un español llamado Jerónimo de Aguilar, que llevaba ocho años viviendo entre los indios (era un antiguo poblador de Castilla del Oro, que había naufragado allí). Durante ese tiempo había aprendido la lengua maya, por lo que se convirtió en un eficacísimo colaborador de Cortés.

El capitán español prosiguió por la costa de Yucatán hasta Tabasco, donde recaló para hacer aguada y recoger algunos alimentos. Los indios se los dieron de mala gana y le pidieron irse. Cortés ordenó desembarcar y plantarles batalla. Tras la victoria, lograda gracias al espanto que produjeron los caballos, vino la paz, que los indios hicieron, según su costumbre, entregando 20 mujeres a los antiguos enemigos. Entre ellas estaba una joven mexica a la que se bautizó como Marina. Fue la amante de Cortés (madre de Martín Cortés) y otra fiel auxiliar suya, pues sabía náhuatl (a lengua de los aztecas) y maya, el idioma que conocía Aguilar.

Los españoles continuaron hacia el norte desde Tabasco y arribaron a San Juan de Ulúa, donde unos indios subieron a bordo y preguntaron por el "tlatoani" o señor. Llevados a presencia de Cortés, le dijeron que su señor Motecuhzoma les mandaba preguntar quiénes eran y qué deseaban. El Capitán contestó que venía a hacer rescates. Al día siguiente recibió unos regalos de piezas de oro, ropa fina y adornos de plumería. Cortés aceptó naturalmente el presente, les dio a cambio algunas baratijas (cuentas de vidrio, una silla y una gorra) y les dijo que deseaba ver a su rey. La entrevista terminó con una exhibición de los caballos corriendo por la playa y con disparos de la artillería. Lo que más impresionó a los aztecas fue, sin embargo, el casco de un soldado, que les recordaba el que tenía su dios de la guerra: Huitzilopochtli. Cortés lo regaló y les dijo que lo trajeran lleno de pepitas de oro. A la semana siguiente volvieron los embajadores con más de cien indios cargados de regalos: dos ruedas de oro y de plata, del tamaño de las de una carreta, el casco lleno de granos de oro, numerosas figurillas del mismo metal, treinta cargas de ropa fina de algodón, plumería, etc. Traían también la respuesta de Motecuhzoma de que le resultaba imposible recibir a Cortés y sugiriéndole irse lo antes posible. El capitán español estaba ya dispuesto a quedarse. Orquestó una farsa con sus soldados más fieles, como resultado de la cual la tropa le pidió desobedecer la orden que traía de Velázquez de limitarse a rescatar y le exigió poblar en aquel lugar que ofrecía tantas riquezas. Cortés fingió sorprenderse y solicitó el plazo de una noche para meditar el asunto. Al día siguiente accedió, pero con la condición de que le nombrasen Capitán General y Justicia, y le dieran el quinto del botín que se obtuviera, una vez sacado el quinto real. Entre el 5 y 10 de julio de 1519, procedió a fundar una población que llamó la Villa Rica de la Veracruz, de la que se eligió Cabildo inmediatamente. A partir de este momento, Cortés se convirtió en un rebelde contra el gobernador Velázquez, quien le denunció ante el Consejo de Indias. El Consejo no dio su fallo hasta el 12 de octubre de 1522, después de conocer la noticia de la conquista de México, y fue injustamente el de rechazar las acusaciones de traición que se le habían formulado. El golpe quedó así legalizado.

Desde Veracruz, Cortés pasó al puerto de Quiahuiztla y de allí a Cempoala, cuyo cacique totonaca les recibió amistosamente y se quejó de los impuestos aztecas. De vuelta al puerto hubo un incidente con los recaudadores aztecas, que pedían explicaciones al Cacique por haber albergado a los españoles. Cortés mandó apresar a los recaudadores y luego les puso en libertad, con un mensaje para su Emperador diciéndole que deseaba ser su amigo. Mandó luego reedificar Veracruz, destruyó los ídolos de Cempoala y preparó la marcha al interior. Para no dejar enemigos a sus espaldas (en su hueste había muchos velazquistas), ordenó destruir las naves. Sacaron a tierra todo lo que tenía algún valor y las pusieron de través. Los cien marineros incrementaron la hueste conquistadora, que se integró así con 400 infantes y 15 ó 16 jinetes. A ella se añadieron 1.300 indios totonacas y 7 piezas de artillería. En Veracruz quedaron 150 enfermos o inútiles, bajo el mando de Juan Gutiérrez de Escalante.

Los españoles partieron el 16 de agosto de 1519 con dirección a Tlaxcala, por consejo

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