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La Contaduría a través de la historia

daniasuarezTesis27 de Febrero de 2013

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Esta es nuestra Misión:

• Servir a nuestros colegas asociados.

• Servir a los que demandan nuestros servicios profesionales.

• Servir a la Sociedad Mexicana

Estos son nuestros Objetivos:

• Realizar acciones necesarias para lograr mantener y acrecentar la imagen del Contador Público.

• Proporcionar a los asociados todos los elementos tendientes a complementar su capacitación integral.

• Desarrollar la Investigación necesaria para conservarnos a la vanguardia de las organizaciones Colegiadas.

• Defender los intereses de la profesión en lo general y de los asociados en particular.

• Mantener comunicación con los asociados, con los consumidores de nuestros servicios y con la sociedad en general, mediante la utilización de los medios orales, escritos y técnicos en general .

Historia

La Contaduría a través de la historia

Desde la invención de la escritura, el hombre vio en ella una alternativa para trascender y comunicarse; fue una herramienta que le ayudó a llevar un control de su vida diaria, de su relación con otros individuos; datos de su devenir económico.

Posteriormente, al inventar los números, la humanidad tuvo la necesidad de dejar constancia sobre algunos hechos aritméticos; resultado de su nivel de desarrollo en comunidad, los cuales no podían depositarse por completo en el poder de la memoria. Cada nueva actividad que desempeñaban las personas deberían ser registrados para tener un mejor control de los bienes.

Los reyes, los sacerdotes y los mismos ejércitos recurrieron a la contabilidad de los tributos y las armas, que definirían, a final de cuentas, el grado de su poderío. Pero en el caso de otros pueblos, no tan desarrollados, la escritura o numeración no fue tan avanzada, por lo que recurrieron a otro tipo de herramientas para tener un cálculo de las cosas.

Las civilizaciones más avanzadas llegaron a crear leyes o normas que rigieran las transacciones entre las personas, garantizando la tranquilidad y el orden que dieron paso a la expansión territorial y económica de los grandes pueblos, sobre todo aquellos que dependieron de su comercio con otros territorios.

La acumulación de capital y su reparto resultó ser uno de los aspectos más importantes que distinguió a una sociedad avanzada, reflejándose en la armonía que tenían sus habitantes para poder disponer de sus bienes.

Gracias a este avance contable, algunos organismos de la misma sociedad, tal es el caso del clero con todo y sus templos, adquirieron el poder suficiente para que los individuos pudieran depositar sus bienes o ganancias sin temor a ser despojados de ellas; fungieron como verdaderas instituciones bancarias.

Ahora ya se podía hablar de contratos, convenios, compras, ventas, etc., las cuales se plasmaban en un papel; un simple escrito que englobó todos los años de búsqueda y estrategias de entendimiento entre los hombres.

Los pueblos mesopotámicos utilizaban ya el ábaco para facilitar la realización de las operaciones aritméticas, que fueron sumamente laboriosas en todas las épocas, hasta la relativamente reciente introducción universal de la actual numeración arábiga.

La costumbre de insertar la plancha cerámica en una varilla, siguiendo un orden cronológico, creó verdaderos libros de contabilidad.

Grandes civilizaciones como la egipcia, la griega o la romana establecieron las bases principales, a nivel mundial, para administrar mejor los recursos, de allí su marcado crecimiento y que es relatado por la historia.

En estas naciones surgieron los primeros grandes pensadores y estudiosos de las ciencias, quienes aprendieron de los avances de la humanidad y lo retribuyeron en beneficio de sus pueblos.

Antecedentes de la Contaduría en México

Ya para la época prehispánica, la administración del tributo y el trabajo fecundo del pueblo Mexica o Azteca representaba una tarea muy importante para el Tlatoani, para ello contaba con un Cihuacoatl, quien se encargaba de supervisar el recuento y distribución de las riquezas que serían repartidas en beneficio de la sociedad.

El Cihuacoatl (del náhuatl cihuatl – mujer y coatl – serpiente) nombre que se le daba a la Diosa de la Tierra, porque les proporcionaba el glifo distintivo de administradores y encargaba de distribuir los frutos a los hombres.

Posteriormente, pero en esos mismos tiempos, la hacienda pública era considerada como una labor obligada para las provincias conquistadas por los aztecas, al exigir tributo a los soberanos de aquellos territorios a manera de impuesto. Cihuacoatl, máxima autoridad fiscal, tenía a su cargo la tarea de llevar el control de los libros que contenían todas las cuentas, y a su vez, éste era vigilado por otro funcionario que se encargaba de velar por la perfecta distribución y el buen empleo de estas contribuciones, de tal manera que ni el mismo jerarca mexica podía tocar esa riqueza.

La función del Cihuacoatl le merecía el título de co-gobernante porque distribuía el tributo para pagar gastos del gobierno, del ejército y de los templos. Era el segundo al mando después del Tlatoani, pero además participaba en cualquier sesión importante y se alimentaba en el palacio o tecpan. Asimismo, se narra que detentaba cierto tipo de poder judicial que le daba privilegio de ser concebido como un juez.

Pero el Cihuacoatl tenía sus ayudantes, quienes detentaban la responsabilidad de cobrar los tributos. A estos se les llamó calpixques o recolectores. Estos indígenas, en algunas ocasiones, eran nombrados gobernantes de los pueblos conquistados que se negaban a pagar tributo, pero que en realidad eran administradores cuando se recolectaba (cada 90 días). Era una sociedad que se apoyaba por completo en el tributo, siendo éste la base de su economía.

Antes de la conquista, España contaba con un organismo fiscalizador de las funciones de la hacienda real mismo que dio origen a otro que se instauró para el Nuevo Mundo bajo el nombre de “Tribunal Mayor de Cuentas de la Nueva España ”, quien vigilaba los ingresos y gastos de expedición de Hernán Cortez y además le obligaba a contribuir con el 20% de sus ganancias en oro, plata, piedras preciosas, etc.

En 1521, los conquistadores organizaron a la sociedad indígena, y por lo tanto, a la economía, a partir de los conocimientos europeos y de los que ya existían, llegando a formar un complemento muy funcional.

Una vez que los españoles impusieron su gobierno, se dispusieron a establecer la Real Hacienda , quien, durante tres siglos, se encargó de regir la vida fiscal del territorio mexicano, así como a regular las políticas financieras. Ya para estas épocas se podía hablar de la distribución del trabajo fiscal, es decir, para cada función había un encargado, entre un tesorero, un contador, un administrador y un inspector. Muy pronto se cambió el tribuno en especie a efectivo.

Tras la conquista, los tributos indígenas representaron una fuente muy importante de ingresos a la corona, pero que decayó en un exceso, trayendo una serie de problemas que concluyeron con la intervención de las órdenes mendicantes, quienes apoyaron la creación de nuevas leyes de protección a los indios.

Tres siglos después, en 1824, la lucha de Independencia trajo consigo la emancipación de un pueblo eclesiástico, quien se convirtió en una sociedad civil, por lo que requirió de la formación de instituciones regidas por el nuevo Estado, dando origen a la Contaduría Mayor de Hacienda, dependiente de la Cámara de Diputados.

En 1829, el Estado mexicano como tal, logra la consolidación de la Contaduría Mayor de Hacienda, al facultarla para autorizar los cortes de caja de la Tesorería General de la Federación, registro de los libros que ésta tiene en su haber, así como contar con una relación de todos los contadores, comisarios y recaudadores de fondos.

Posteriormente, las luchas civiles que se suscitaron en el país mantuvieron estancadas las actividades hacendarias, pero ello no impidió que la Contaduría Mayor de Hacienda preservara sus funciones, por lo que en 1904 se promulga la Ley Orgánica de esta Institución, misma que tuvo una vigencia por cuatro décadas y fue renovada hasta el año de 1978, ya que para 1999 se hacen oficiales las reformas constitucionales que amparan a la Ley de Fiscalización Superior de la Federación, actualizando su nombre un año después como Auditoria Superior de la Federación.

Época Moderna

A finales del siglo XVIII, la situación mundial empieza a transformarse a partir de la diversificación comercial, la apertura de nuevos mercados y el impulso industrial. Ante estos requerimientos, la educación básica ya no es suficiente, por lo que es obligatorio la aparición de institutos técnicos.

En Alemania, por ejemplo, se crearon las primeras escuelas públicas de enseñanza industrial y otras de enseñanza comercial, aunque se especula sobre el verdadero origen de este tipo de planteles, ya que también se habla de que en Francia nacieron colegios de “artes y oficios”, cuyo principal objetivo era distribuir conocimientos de carácter práctico – industrial. Se habla entonces de una educación especial.

A principios del siglo XIX la industrialización del mundo estaba en pleno apogeo. Grandes estudiosos de la economía de las naciones generan nuevos cambios en la forma de administrar los excedentes nacionales, asimismo

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