La Niñez A Través De La Historia

INTRODUCCIÓN:

. En el presente ensayo abordaremos el tema de la evolución del concepto de infancia en diferentes contextos, de acuerdo a la situación histórica en la que se presente.

Observaremos como el niño o infante va tomando importancia por su imagen y significado a partir de la aceptación de la iglesia al matrimonio como sacramento, en el que se ve envuelto la fecundación, que radicaba en la importancia de los lazos sanguíneos. Cómo a partir de este hecho se va considerando al niño en un aspecto de “sensibilización” en el que se manifiesta no sólo en lo católico, sino también lo legal, familiar y social. Por lo contrario, la causa de que el niño dejara de ser especial en la Edad Media el arte y la decoración, como había sucedido en Roma.

Además comentaremos por qué en épocas más actuales vuelven a ver otras perspectivas sobre el niño, tanto positivas como negativas.

Para continuar con la evolución de este concepto se añadirá también el termino de educabilidad y explicaremos la relación que existe con la infancia y el infante.

Aquí también trataremos la relación que tiene la escolarización con el infante y la constitución de la infancia “moderna”, en la que se ve implícita la intervención de la historia en este proceso.

Comenzaremos desde la antigüedad Romana cuando el niño acababa de nacer lo acostaban en el piso, como rechazándolo; si el padre lo cogía entre los brazos significaba que era reconocido, si éste no lo hacía, lo exponían en la puerta al igual que los hijos de los esclavos. Cuando el amo de éstos no sabía qué hacer, eran abandonados hasta que alguien más decidiera adoptarlos. Se condenaran dos nacimientos; el momento del alumbramiento, y cuando el padre abrazaba al hijo, pero nosotros nos preguntamos ¿Porqué vale más el proceso selectivo que los lazos sanguíneos?, no logramos entender cuales aspectos tomaba en cuenta el padre para hacer la elección, qué razones pesaban más que los lazos sanguíneos para la adopción.

Alrededor del sigo II y III, surge un modelo diferente de la familia y el niño, ya que los cónyuges eran enterrados junto con sus hijos, porque lo consideraban importante. Es así como el matrimonio adquiere una dimensión psicológica y moral que trasciende de la vida a la muerte, los hijos se enterraban con ellos como fruto de la unión sagrada, aquí comienzan a tener importancia los vínculos sanguíneos sobre las decisiones de voluntad como se daba en la antigüedad Romana.

En el siglo VI empiezan a ser más importantes los vínculos de lealtad ya que las ciudades se unificaban entre sí. Aquí notamos que “la fidelidad más segura es la de la sangre” (Aries, P, 1979 pg. 3), por estas razones era importante tener hijos, el primogénito preservaba el apellido, los demás ayudaban al primero a cumplir los propósitos que se fijaban. Es así como una familia poderosa tenía que ser numerosa, gracias a esta situación la fecundidad adquiere valor. Esta revalorización de la fecundidad, fuera legítima o no, es la que minimizaba la adopción.

Durante este proceso se da la revalorización del niño, que era cuando el infanticidio se convirtió en un delito, la Iglesia y el Estado atacaban este, ya que algunas formas en las que el niño moría eran muy trágicas, así que los obispos instauraron nuevas medidas para castigar el infanticidio, donde se juzgaba que ni el padre ni la madre estaban libres de culpa.

Pero esto no significa que los infantes siempre fueron protegidos o tratados con la misma sensibilización hiciesen lo que hiciesen ya que desde que se tiene conciencia, la sociedad ha creado diversos patrones de castigos a los delitos cometidos por las personas conforme pasan los años, no encontraremos un mismo castigo si nos regresáramos al siglo XII, donde las sanciones eran mucho más fuertes y crueles que en la actualidad.

Por ejemplo, si un adulto hubiera robado en ese tiempo, el castigo sería que le corten las dos manos, es una manera muy cruel de castigar, pero cuando un menor de edad cometía el robo, la ley decía que solo le cortarían una mano, siendo el mismo castigo, pero obviamente con menos dureza para los menores de edad. En ese tiempo se concebía al niño como algo diferente al adulto y en base a ello se garantizaba que en todos los casos la pena que iba a recibir sería inferior a la del adulto juzgado por los mismos hechos. Para esto se mencionaba lo siguiente: “La disposición penal escandinava del siglo XII decía lo siguiente: Al ladrón se le cortarán las dos manos, pero si es menor, sólo una”. (Benjamín S., 1938)

¿Qué tanto progreso tuvo la manera de percibir la infancia hasta el siglo XVI?

Remontándonos hasta el siglo XVI se puede observar otro cambio en la forma de ver la infancia, por ejemplo en Samoa nos deja ver que al niño en ese tiempo se le consideraba un ser de cierto modo bueno que tenia mas pros que contras, se le veía con respeto pero solo si era de tu familia porque si no lo era le podías hacer las cosas que a un niño de tu familia no le podías hacer como regañarlo. En este aspecto estamos en total desacuerdo porque no hay igualdad entre los niños y el regañar a niños de otras familias podías generar problemas entre los habitantes.

Al infante había que amamantarlo hasta los dos o tres años de edad, en esta etapa el niño dormía con la mamá, este paso era muy importante porque si la mamá no producía, le faltaba leche o estaba esperando otro hijo no podía darle leche al niño y para saciar su hambre le conseguían una nodriza para que terminara con su crianza y además de que era el método más sencillo para calmar el llanto, esto lo hacían para que la criatura no llorara pues para ellos el llanto era algo que no podían tolerar y había castigos para aquellos que lo provocaran o no pudieran hacer callar al niño, en este aspecto podemos puede ver como el amamantar a un niño es muy importante y constituye algo esencial en el desarrollo de este.

Así como lo dijimos anteriormente el llanto era algo significativo en la niñez y estaban grabadas en la mentes de los habitantes las consecuencias de este, pues otra de las cosas que hacían para que no llorara el niño eran de cierto modo consentir ¨ y así personitas de 5 años consiguen participar en expediciones a las cuales tendrán que ser llevadas a cuestas, en reuniones para tejer donde enredarán las hebras o en las cocinas todo porque un muchacho o una joven se ha acostumbrado a acceder a cualquier cosa con tal de impedir un alboroto¨ (Margaret Mead, Adolescencia, sexo y cultura en Samoa) ,

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