La Expresion
misaki.hikari9 de Agosto de 2014
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La expresión personalidad proviene del griego “prosopón” , que cuyo significado de “máscara” alude a las máscaras que en el teatro griego se colocaban los actores para interpretar a los personajes de las tragedias. Puede considerarse que en cierto modo responde aaquello que se percibe o la forma como se aparece ante otros; posiblemente una traducción más apropiada fuera “imagen”. En latín el término “personare” equivale a “resonar a través de...” (per sonare); es decir que también alude a la forma como se es percibido por los otros, o en que cada uno se manifiesta ante los otros.
Pero la personalidad no solamente consiste en la forma en que un individuo se presenta o es percibido por los demás; la personalidad está conformada por ciertos rasgos que conforman patrones en la forma en que el individuo percibe y se relaciona con el ambiente y las demás personas, pero también consigo mismo , y que se pone de manifiesto en una amplia gama de actitudes y aún de pensamientos, tanto sociales como personales.
La personalidad es la cualidad abstracta resultante de un conjunto de factores no visibles, que son inherentes al individuo y que son determinantes de lo más específico de su identidadcomo persona; a la vez que de su comportamiento social y personal característico.
Como factores componentes del concepto de personalidad, es posible discernir varios elementos:
• Se trata de un componente estrictamente propio y distintivo de cada individuo humano.
• Es un elemento altamente integrado al individuo, que conserva sus rasgos fundamentales y permanentes a lo largo de su vida.
• No obstante, se mantiene en un estado permanente de evolución dinámica, abierto a su constante desarrollo; aunque algunos rasgos estructurales esenciales son de muy difícil modificación.
• A la vez que tiene características inherentes al sujeto mismo, tiene una permanente interacción con el mundo exterior; tanto en cuanto a la proyección del sujeto sobre éste, como en cuanto a la influencia que ese mundo exterior y su propia peripecia vital ejercen sobre aquella evolución constante. Esto ocurre especialmente en las etapas iniciales de la vida, en que la integración de la personalidad es más receptiva a las influencias del medio, especialmente el familiar, y del proceso educativo (que no debe confundirse con el proceso meramente instructivo).
Afectividad: En Psicología la afectividad será aquella capacidad de reacción que presente un sujeto ante los estímulos que provengan del medio interno o externo y cuyas principales manifestaciones serán los sentimientos y las emociones.
En un lenguaje menos formal y más coloquial, cuando se habla de afectividad, todos sabemos que se está haciendo referencia a aquellas muestras de amor que un ser humano brinda a las personas que quiere y porque no también a otras especies que también sean parte de su entorno querido
La afectividad siempre se producirá en un marco interactivo, porque quien siente afecto por alguien es porque también, de parte del otro, recibe el mismo afecto. Su predisposición para ayudar siempre a mi familia es una de las causas fundamentales de mi afecto para con el.
En tanto, el afecto es una de las pasiones de nuestro ánimo, es la inclinación que manifestamos hacia algo o alguien, especialmente de amor o de cariño. Laura me demostró su afecto llamando todas las noches para saber cómo me sentía luego de sufir el accidente.
De esto se desprende que los seres humanos, independientemente de que seamos más o menos sensibles, siempre necesitamos de la afectividad para vivir, para desarrollarnos y para seguir adelante a pesar de los obstáculos que a veces nos pone el destino, porque aunque el día en el trabajo no haya sido de lo más brillante, sabemos que encontraremos contención y olvido en casa cuando nos abracemos a ese ser querido que nos está esperando.
La afectividad, entonces, es parte fundamental de la vida porque es la que en definitivas cuentas nos ayudará a ser mejores personas y a no sentirnos jamás solos.
En contrapartida, cuando este aspecto de nuestra vida no se encuentra en armonía, seguramente, nos costará mucho más crear vínculos con las personas y expresar nuestros sentimientos.
Existen una gran cantidad de símbolos de afecto aunque los más recurrentes y usados por los seres humanos son los besos, las caricias, los abrazos, las sonrisas, entre otros.
La sexualidad humana: La sexualidad es una dimensión fundamental de nuestro ser personal. Esta se desarrolla a lo largo de toda nuestra vida, por lo que decimos que es dinámica. Además de los aspectos biológicos y psicológicos, los factores socioculturales tienen un papel muy importante en esta transformación; su influencia puede ser positiva y propiciar el desarrollo íntegro, pleno, de la persona, ser un vehículo de crecimiento y expresión personal, o por el contrario, restringirlo y coartarlo.
A diferencia de lo que muchos piensan, la sexualidad humana no sólo abarca las relaciones sexuales, los contactos eróticos y la reproducción. Está vinculada con casi todas las áreas de la vida y, por lo mismo, su aceptación y sana vivencia influyen positivamente en la vida general de la persona. La sexualidad es sólo un elemento esencial de nuestro desarrollo y de nuestra identidad. Ella constituye una forma de expresión de nuestro ser y de nuestros sentimientos más íntimos y una forma y un proceso de comunicación. En la vivencia de la sexualidad ponemos en juego los valores que están en la base de nuestro proyecto de vida.
El ser humano es un todo cuyas partes interactúan; la sexualidad es una de ellas y por eso es necesario entenderla de una manera global y como un aspecto inherente a la persona. No es posible aislarla del resto del individuo, ni entenderla como privativa de las personas que mantienen relaciones sexuales coitales.
La sexualidad supone, expresa y participa del misterio integral de la persona. De allí que no se la pueda entender desde una visión reduccionista. Su carácter integral y plurivalente es un rasgo específico y característico. Por ello es necesario aproximarse a su comprensión considerando las distintas dimensiones que la componen:
Dimensión biológica: las diferencias entre el varón y la mujer se imponen por una serie de caracteres morfológicos, sin embargo la distinción biológica entre el hombre y la mujer es mucho más compleja que la configuración descriptiva de la genitalidad. De tal modo que el sexo biológico contempla 5 categorías básicas: la configuración cromosómica; el sexo gonádico; el sexo hormonal, la estructura reproductiva interna y la genitalidad.
Dimensión psicológica: la sexualidad en el ser humano no se limita a ser una “necesidad” (dimensión biológica), sino que se expande en el camino del deseo (dimensión psicológica) llegando a ser vivencia y comportamiento sexual humano. La dimensión psicológica introduce el sentido en la sexualidad humana. Entre las categorías que incluye esta dimensión está la identidad sexual y el desarrollo sexual.
Dimensión sociocultural: el ser humano es un ser cultural también en su sexualidad; porque tiene una historia, es una historia y construye historia. La tradición la alcanza en la cultura en que vive. Se hace parte de esa historia cuando la asume conscientemente y construye su historia cuando asume la responsabilidad personal y colectiva como ser social frente al momento presente. Existen una serie de espacios y canales de socialización de la sexualidad humana. Entre los más importantes están la familia de origen, la escuela, el grupo de pares, la religión, las normas sociales, los medios de comunicación.
Dimensión ética-filosófica: La sexualidad no es un concepto “abstracto”, la sexualidad se vive, se pone en acción y se juega en las experiencias de la vida diaria, en lo cotidiano. La dimensión ética parte de la noción de la persona, hombre y mujer, como valor en sí misma. Esta va asumiendo a lo largo de su vida diversos valores y se convierte, por lo tanto, en una portadora de ellos, los cuales también jerarquiza a la luz de sus experiencias y vida personal. Constantemente está revisando sus valores y replanteándose su jerarquía, lo que lleva a conformar su conciencia. La ética se convierte así en el contexto valorativo que orienta el ser y el actuar de la persona. Desde allí hace sus opciones y le da un sentido a su vida. En el plano de la sexualidad es justamente la dimensión ética la que en última instancia define cómo va a ser esta vivencia en el individuo. Esto quiere decir que los valores asumidos por la persona se ven reflejados en sus actitudes, sentimientos y comportamientos respecto de lo sexual.
Autoestima: Algunos usan la palabra “estima” en el sentido de “aprecio, cariño”, y vinculan la autoestima al conjunto de emociones y sentimientos que tenemos hacia nosotros mismos. Este enfoque explica la autoestima como uno de los componentes de los “autoesquemas” o “autosistemas” (Walter Riso).
En la misma línea, otros autores la definen como el sentimiento personal que surge de la satisfacción o insatisfacción alcanzada por la forma en que vamos logrando el éxito en la consecución de las metas que nos habíamos propuesto (William James).
Hay quienes la relacionan con procesos valorativos, vinculados a nuestras opiniones y juicios, así como con procesos subjetivos y concienciales que se dan la mayoría de las veces de forma inconsciente dentro de nosotros mismos.
Nathaniel Branden la relaciona con la conciencia, y la define como la disposición a considerarse competente para hacer frente a
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