La Felicidad

LA FELICIDAD Y EL HOMBRE

"Caminante no hay camino se hace camino al andar"(1)

Al preguntarme por la razón de mi existencia y los porqué más trascendentes de mi vida; sobre todo, al reflexionar acerca de lo que quiero hacer el resto de ella y finalmente si es posible darle sentido a la vida y que cuando esté recorriendo los últimos años tenga la certeza de que valió la pena vivir. Me encontré con la pregunta que a mi parecer define la existencia ¿soy feliz? o ¿cómo puedo llegar a ser feliz?.

Para darle contestación a este cuestionamiento, debo empezar definiendo la felicidad. Y además acotando las preguntas a ¿Que es la felicidad?, ¿ Existe un mismo camino para llegar a ella? y ¿es este camino el mismo para todos?

Intentaré reflexionar en torno a esta temática desde diferentes puntos de vista.

La Felicidad

Según el diccionario de la RAE, la felicidad es el estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien. Satisfacción, gusto, contento(2). Y según Platón, "La felicidad es una sensación de plenitud, paz y serenidad que nos llena de alegría interior, y nos permite disfrutar de la vida"(3).

Cada persona puede definirla en forma distinta. Ahora bien, su contraparte es en general más fácil de expresar; sabemos muy bien cuando estamos tristes, desdichados, infelices.

La búsqueda de la felicidad, este estado de satisfacción plena, nos iguala a todos, ricos y pobres, cultos y analfabetos.

La Felicidad y el mundo moderno

El hombre actual, vive en la cultura del placer , de la inmediatez. Pablo Huneeus, habla de la cultura huachaca, como la cultura de nuestro tiempo, impuesta por la televisión, donde se nos enseña a buscar el camino fácil, irse por lo trivial (4). El muestra un modelo donde todo se logra sin esfuerzo. La cultura huachaca niega o evade el conflicto.

Siguiendo la misma línea, Tal Ben-Shahar (5), nos habla del hombre hedonista que busca el placer y evita el dolor. Este hombre confunde el dolor con esfuerzo y el placer del momento con felicidad.

Es cierto, desde que somos niños se nos impulsa a consumir, mirar televisión es parte de nuestra vida, en ella felicidad es sinónimo de personas físicamente atractivas, bien vestidas, comiendo o comprando el artículo que nos traerá la felicidad. Este mundo moderno nos incita a vivir el ahora, gastar, consumir, disfrutar bebiendo hasta perder los sentidos y disfrutar del sexo solo por placer. Todo está permitido. Se comprenderá que este claramente no es el camino para ser realmente feliz.

Este mismo autor psicólogo, académico de la universidad de Harvard en EEUU. Nos muestra también al hombre competitivo. La fórmula sería el sacrificio presente para ser feliz en el futuro(5). Nuestra cultura también refuerza ésta actitud. La sociedad recompensa los resultados no los procesos, la llegada no el viaje.

Como sabemos, a los niños desde que ingresan al colegio se les estimula a obtener buenas notas, a ser el primero de su curso, los padres educan para que sus hijos tengan un futuro asegurado, "sean más que ellos", es la típica frase . Ahí comienza la carrera, se podrá disfrutar en las vacaciones....Terminado el liceo, descansaremos.... Terminada la Universidad vendrá el descanso y éste nunca llega. Después, a trabajar para mantener un nivel de vida adecuado al status. La felicidad tan anhelada no llega.

En consecuencia, vivir conscientemente el ahora sin perder de vista el futuro, sería una de las claves para vivir con esta sensación de plenitud y paz de que nos habla Platón. Importante es por tanto, la educación, tanto la que nos dan nuestros padres como la de nuestros maestros. Aprender en primer lugar observando como ellos disfrutan de la vida,

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