La Fiesta De Cumpelaños De Martin

LA FIESTA DE CUMPLEAÑOS DE LUCAS

Ya quedaba muy poco tiempo para que llegara el gran día de Lucas, un niño muy juguetón al que todo el mundo quería, pues era un niño encantador y bondadoso con los demás, la fiesta de su cumpleaños.

Lucas iba a cumplir 7 años, y desde hacía unos meses, sólo pensaba en lo bien que se lo pasaría con sus amigos en la fiesta de cumpleaños que organizarían en el patio de su casa. Y es normal, porque su familia le organizaba una gran fiesta. Venían payasos, malabaristas, e incluso ponían dos camas elásticas para que Lucas y sus amigos se lo pasaran en grande dando saltos sin parar.

Pero lo que Martín no sabía es que este año su familia no podría organizarle ese tipo fiesta, pues se habían gastado sus ahorros en comprar un coche nuevo.

Sus padres no querían desilusionarle, y no paraban de pensar y pensar, en cómo organizar una fiesta de cumpleaños más humilde; sin payasos, ni malabaristas, ni colchonetas… pero que Lucas nunca la olvidara. Después de varios días, los padres de Lucas tuvieron una idea.

Se pusieron en contacto con todos los amigos de Lucas, explicándoles que necesitaban su ayuda para que Lucas tuviera una fiesta de cumpleaños muy divertida, pero gastando muy poco dinero, pues no tenían.

El plan era el siguiente, cada de uno de sus amigos se encargaría de llevar algo a la fiesta de cumpleaños. Luis, por ejemplo, se encargaría de hacer los sandwiches, Leandro, de llevar una torta de chocolate, y así todos los demás.

¡Llegó el gran día, hoy era el cumpleaños de Lucas!

“¡Felicidades!“, dijeron a la vez los padres de Martín al entrar en su cuarto para despertarlo.

“¡Gracias!“, respondió Lucas aún muy dormido y se abrazó a ellos.

“Esta tarde será tu fiesta de cumpleaños, esperamos que te guste, ya que este año será algo diferente al resto de años“, le dijo su padre.

“¡Seguro que sí!“, respondió Lucas algo más despierto.

Como todos los días, Lucas fue a la escuela dónde recibió multitud de felicitaciones de amigos y maestras, y algún que otro tirón de orejas. Al finalizar la escuela, Lucas junto con el resto de sus amigos, se dirigieron a su casa, dónde su familia los esperaban.

Cuando Lucas abrió la puerta del patio se encontró un cartel enorme en el que ponía “¡Felicidades Lucas! Eres un gran amigo” en letras de colores, y justo debajo, estaban las firmas de todos sus amigos.

Justo debajo del cartel, había una mesa enorme en la que había muchísima comida y bebida, todo ello preparado por sus amigos y sus padres.

Además, habían preparado diferentes regalos que guardaron en una

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