La Gestión Del Cambio
javierhug5 de Febrero de 2013
613 Palabras (3 Páginas)292 Visitas
Sobre la gestión del cambio y sus otros demonios
Soy un lector compulsivo y por deporte un constructor de metáforas. A raíz de los proyectos de mejora emprendidos bajo el uso de la caja de herramientas LSS o los proyectos estratégicos y operativos en los que he participado, he escuchado en los pasillos, en los equipos de trabajo, reuniones informales y formales hablar sobre la gestión del cambio y también sobre sus otros demonios.
Para graficar lo que menciono les cuento que hace unos días, en el marco del Proyecto LSS que estamos desarrollando y que nos encontramos ad portas de concluir con la etapa de analizar y de iniciar la de implementar mejoras, uno de los integrantes del equipo comentaba que el cambio “tiene que venir de arriba y si no es así, todas las propuestas son solo eso propuestas y buenas intenciones que jamás llegan a materializarse”.
Me quedé reflexionando al respecto e intenté identificar entonces sus otros demonios, los demonios del cambio, que no lo dejan ser efectivamente, un cambio positivo. Inicié preguntándome ¿Qué es lo que gestiono? El cambio per se, NO, porque el cambio es una constante y no está en nuestras manos controlarlo, esto quiere decir: yo no provoco el cambio. Un ejemplo más ilustrativo mi cuerpo envejece día a día (ya en esta etapa de mi vida) lo quiera o no… hablo físicamente.
Es así como el desarrollo de la tecnología, el crecimiento, el clima, la economía, también constantemente cambian, simplemente es así. Entonces vuelvo a la pregunta ¿Qué gestiono?, el efecto -en mí, en la organización o en el país- de los cambios del orbe, del sistema. En otras palabras: sacar el máximo provecho a las coyunturas producto del constante cambio, aprovechar la dirección del viento para avanzar o sucumbir ante estos, yo elijo, esto último suena a magia.
Aprovechar mi edad para hacer cosas propias de la etapa (por ejemplo reflexionar y proponer ideas para enfrentar a los demonios del cambio y gestionar proyectos), yo no pretendo ganar Wimblendon, juego al tenis todas las semanas y soy feliz ganándole algunas veces a Walter Moreno, a la vez mantengo activo a mi cuerpo, dándole más oxígeno a mi cerebro.
De regreso a nuestros demonios, el cambio es bueno, así como los conflictos. El cambio no viene desde arriba hacia abajo, viene desde dentro hacia afuera o desde el medio, si es sistémico, hacia los extremos, entendiendo sistémico como una idea. Me explico. Los sistemas sociales u organizaciones empresariales como la nuestra, son construcciones mentales que tienen manifestaciones físicas (los sistemas económicos por ejemplo generan bienestar, productos, satisfacción de clientes, competencia, dinero, bienes, desperdicios, marginalidad, etc. hablamos de tangibles e intangibles).
En la pirámide empresarial, dicen que yo asciendo hasta mi nivel de incompetencia y luego va para abajo. En las organizaciones los cambios son producidos por quienes están en la posición de que saben que no saben y entonces hacen que sucedan cosas en su búsqueda de respuestas. La pirámide es una construcción mental, no estructural ni organizacional (no hay relación con los puestos de trabajo). Quiénes gestionan el cambio son los que saben que saben, estas personas son identificadas como líderes y son las que logran encauzar las acciones en beneficio de la organización.
El movimiento es constante y los demonios nos asaltan por doquier.
Ahí le dejo la tarea de identificar en que parte de la pirámide están y como asumen los cambios… si sus demonios los siguen atormentando y en qué grado lo hacen, es una indicativo qué lugar del sistema ocupan. Seguiremos hablando.
Sonrían, la vida es hermosa!,
Ah! Y quién quiera apuntarse a jugar un partido de tenis es bienvenido.
...