La Libertad De Expresión En Ecuador

La libertad de expresión es un valor fundamental de la sociedad. Desde que

se incorporó a los documentos constitucionales esenciales, como el Bill of

Rights estadounidense o la Declaración Universal de los Derechos del Hombre

y el Ciudadano, su ejercicio a permitido a los ciudadanos la manifestación de

convicciones personales, reclamos, cuestionamientos a las autoridades y la

proposición de políticas públicas. En el Ecuador ha sido incorporada tanto a la

legislación y al discurso público pero podría decirse que en el Ecuador la libertad

de expresión es uno de los derechos que peor se entienden.

Esa incomprensión se ha vuelto notable en los últimos siete años, en los cuales el

presidente de la República, Rafael Correa Delgado, se ha enfrentado a los medios

privados en una pugna entre el poder político y el poder mediático que ha dejado

como saldo periodistas demandados (como el caso del ex editor de opinión de

Diario El Universo, Emilio Palacio, o los autores del Libro “Gran Hermano”, Juan

Carlos Calderón y Christian Zurita), medios amonestados y suspendidos (como

el caso de Teleamazonas) y, por otra parte, la emergencia de una prensa estatal

inexistente hasta hacía algunos años. Tales son el caso de la empresa de televisión

pública, Ecuador TV, los diarios de propiedad estatal, El Telégrafo, PP El Verdadero

y El Ciudadano; así como los medios privados incautados al grupo financiero Isaías

y hoy administrados por el Estado, Gama y TC Televisión.

Con sus respectivos aparatos informativos la prensa privada y el Estado han

demostrado una cuestión fundamental: Que el derecho a la libertad de expresión

es el derecho que peor entiende este gobierno; y que esa libertad de expresión es,

también, el derecho que peor entienden los medios privados. Se ha escudado en la

libertad de expresión la atribución de comisión de delitos y la manera en que se ha

manejado el periodismo en ese respecto la da la defensora del lector Ana Angulo,

quien afirmó que quien hace una opinión en un medio no tiene por qué sustentar

sus dichos en hechos. La opinión diametralmente opuesta la dio la defensora del

lector de The New York Times, Martha Sullivan, quien dijo que una opinión debe

estar basada en hechos verificados.

Esos abusos de la prensa privada sobre qué es la libertad de expresión, de ninguna

manera justifican los mecanismos que el Estado ha iniciado para reprimir a la

prensa, que le ha significado al Ecuador el cuestionamiento de la comunidad

internacional.

Finalmente, en ese panorama, quienes aparecen desprotegidos y sin ningún

“músculo” para terciar a favor de sus intereses –que son, paradójicamente, los más

relevantes–

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