La Pradera
el234 de Octubre de 2012
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A pesar de la severa crisis de 1977, las perspectivas de la economía cambiaron con el anuncio de vastas reservas de petróleo en México. Las reservas probadas de petróleo se incrementaron de 6.3 mil millones de barriles en noviembre de 1976 a 16 000 millones a fines de 1977 y a 40 000 millones un año después.
El perfil de la deuda externa fue reestructurado y por un tiempo el endeudamiento no creció en forma notoria.
Un programa alimentario, el Sistema Alimentario Mexicano(SAM), reforzó el apoyo de las políticas dirigidas a la economía campesina, con el doble objetivo de estimular la producción de alimentos, para alcanzar la autosuficiencia alimentaria a nivel nacional, y mejorar los niveles alimenticios de la población pobre.
En este periodo también se llevó a cabo un intento importante de reforma fiscal mexicano, Un ajuste por la inflación fue introducido en los impuestos personales. Se establecieron un impuesto al valor agregado y un nuevo impuesto a los ingresos de las corporaciones. La base impositiva fue ampliada al cerrarse oportunidades para la evasión y todo el proceso administrativo fue simplificado.
De 1987 a 1981 se recuperó fuertemente el crecimiento económico, lo que llevo a un periodo de expansión por encima de los niveles históricos. Impulsado por la producción del petróleo y de las exportaciones de petróleo, el PIB creció alrededor de 9%al año.
El transporte y la construcción, que se beneficiaron del extraordinario auge de la inversión, registraron tasas de crecimiento de 2 dígitos. En esta ocasión, el sector agrícola respondió vigorosamente a los incentivos gubernamentales y su producción creció cerca de 5% por año de 1976 a 1981. Los niveles de pobreza volvieron a declinar en tanto que la distribución personal del ingreso mejoró.
Sin embargo, a finales de los 70 algunos síntomas problemáticos ya estaban presentes y eran preocupantes. La tasa de inflación alcanzó un nivel de alrededor de 18%, sin tendencia a disminuir, lo que contribuyó a una continua apreciación del tipo de cambio real. Con el tiempo la inflación aumentó por encima de 25% en 1980.
La balanza comercial pasó de un superávit de 0.1 mil mdd en 1977 a un déficit de 2.6 millones en 1980, mientras el déficit en cuenta corriente escaló un nivel récord de 7.2 millones en 1980, con los pagos de intereses sobre la deuda externa jugando un papel creciente en ese aumento.
La inversión fue muy dinámica, su composición sectorial estuvo muy inclinada en favor de la industria petrolera y los sectores de comercio y servicios.
En un periodo de auge el crecimiento de la producción manufacturera cayó por debajo de la tasa global de la economía, de 10% en 1979 a alrededor de 6%en 1980 y 1981. Poca inversión se dirigió al sector exportador de manufacturas, si bien vale la pena señalar 2 excepciones: la industria automotriz y el sector petrolero en el que el sector público invirtió mucho.
La bonanza del petróleo hizo de México un cliente preferido de los bancos internacionales y los préstamos externos eran ofrecidos en cantidades y condiciones notablemente más favorables que para el resto de los países en desarrollo.
Las exportaciones no petroleras empezaron a caer en mediados de 1979, la importación de mercancías crecía a un ritmo extremadamente alto, cercano a 30% en 1981. Así el déficit comercial se duplicó de 1980 a 1981, en tanto el déficit en cuenta corriente alcanzó un nuevo record de 12.5 millones de dólares.
La deuda externa financiaba la brecha externa y creció de 57.4mdd a 72.2 mil millones en 1 año. Al tiempo que la estructura de la deuda se volvió cada vez más vulnerable. La deuda pública a corto plazo brincó de 1.5mil mdd a finales de 1980 a 10.8mil millones en 1 año después. Para 1981 los préstamos a corto plazo representaban más de la mitad del endeudamiento externo.
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