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La Verdad Verdadera

mai.li30 de Septiembre de 2014

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LA VENIDA DE JESÚS

1Ts. 4.13-17

Pablo da esa orientación a los tesalonicenses para alentar a muchos creyentes que estaban tristes porque algunos de sus familiares habían muertos por los perseguidores de la iglesia.

Jesucristo va a venir en un momento en que nadie lo espera. Apenas los creyentes que fueren arrebatados van a saber que Él vino. Los que no fueren arrebatados tomarán conocimiento del hecho por la televisión, diarios, o porque alguno de su familia desapareció. Ellos correrán para los templos en busca de solución. Estarán desesperados Aun así muchos, los más incrédulos, pensarán que las personas fueron secuestradas.

1 - Los muertos en Cristo; 1Ts. 4.15, 16; 1Co 15:52

Este es el orden del arrebatamiento. Primero los muertos en Cristo. Ellos serán resucitados antes que sean transformados los creyentes que estuvieren vivos; “traerá Dios con Jesús los que durmieron con Él”, 1Ts 4.14; Ap. 14.13.

Los creyentes vivos subirán para encontrar al Señor y los muertos en Cristo, ya resucitados, vendrán con Él porque están en el paraíso descansando, y el paraíso está en el cielo, 2Co. 12.4. Por ello “vendrán”.

En ese momento nadie podrá hacer nada porque el control estará en las manos del Señor. La decisión de llevar o dejar será de Él.

En Mt. 24:39-44 Jesús no está hablando de un porcentaje y sí, de aunque andando juntos, algunos tratan sin ninguna responsabilidad su vida cristiana. Se va a quedar por su indiferencia hacia una vida santa y responsable.

2 – En el versículo 17 dice: “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado”. Da a entender que habrá un tiempo de espera entre la resurrección de los muertos en Cristo y el arrebatamiento de los creyentes vivos. Pero un tiempo muy corto, imposible de ser medido.

De esa manera, cuando los creyentes vieren el rostro de Jesús ya verán a Su lado a los que fueron resucitados. Será una multitud tan grande que es imposible de ser innumerado. No habrá lugar preferido al lado del Señor, porque esas cuestiones ya no existirán.

No se puede olvidar que los santos del Antiguo Testamento resucitarán en ese momento también.

3 – Enseguida se cumplirá lo que está escrito en 2Co 5.10; 2Ti 4.7,8;1Co 4.5; Ro 14.10,12; 1Co 3.10-15; Ef. 6.6-9; Col 3.23,24.

No se trata de un juzgamiento de pecados, He 10:17. Allí solo estarán los salvos. Serán juzgadas las obras de los creyentes, hechas mientras estaban en el mundo. Comparecerá el salvo acompañado de sus obras, que serán todas recordadas y juzgadas por Jesús. Por ello Pablo llama de “Tribunal de Cristo”. Ninguna cosa quedara oculta. Lo que el creyente hace para su propia gloria, aunque usando el nombre de Jesús, será reprobada, Ec. 2.1-11. Si no se constituyere pecado por buscar su gloria, será destruida. Pablo recomienda, Ef. 6:6-9. Claro esta que si se constituyere pecado tal persona no estará en ese tribunal porque ahí no entrará ningún pecador.

4 – Después de ese evento glorioso será la fiesta de las bodas del Cordero, Ap.19:7-10. Se cumplirá también lo que está en el salmo 24: 7-10. Jesús presentará todos los salvos al Padre. Enseguida se cumplirá lo que está en Ap. 19:11-21.

El juzgamiento del Tribunal de Cristo y la fiesta de las bodas durarán 7 años en el cielo, mientras que en la tierra será tiempo de tribulación. Después vendrá Jesús con la iglesia para reinar.

LA IGLESIA SERÁ ARREBATADA ANTES DE LA GRAN TRIBULACIÓN

1Tes. 1.10; Mt 24.21,22.

La tribulación será un tiempo de castigo para Israel y para los impíos de todo el mundoLos capítulos 2 y 3 del libro de Apocalipsis incluyen las 7 cartas a las iglesias de Asia Menor. Esas cartas representan las distintas épocas correspondientes a la situación de la iglesia de Cristo, desde el día de Pentecostés hasta su arrebatamiento.

En Ap. 4.1 dice: “después de estas cosas”, o sea: después del arrebatamiento de la iglesia, de su rapto, vendrán los castigos de Dios, la ira de Dios sobre la humanidad. Se puede decir que en los capítulos 5, 6 y 7 habla de una especie de preparación para lo que está por venir. En Ap 8.1 dice que hubo “un silencio como de media hora en el cielo”. Era una manera de Juan describir el tiempo decorrido. Todos estaban esperando respetuosamente el anuncio de lo que vendría.

Del capítulo 8 al 19 se describe el tiempo de la tribulación y todo lo que se sucederá. En ningún lugar es mencionada la iglesia.

En Ap 4. 8-11, aparecen ángeles y también 24 ancianos que adoran y reverencian a Dios que esta en Su trono. Es la más sublime adoración, porque representan los seres humanos adorando a Dios. Puede ser que también representen las tribus de Israel y la iglesia.

La gran tribulación es un tiempo de juicio o ira de Dios sobre el mundo impío, sobre los que apostataron de la fe en Cristo y sobre el Israel rebelde. La iglesia no se encaja en ningún de estos casos.

Es tiempo de ira. Tiempo que Dios va a tratar con justicia a los hombres, Ap.15.1; 16.1. Con todo, para Israel hay una promesa, Mal. 4.1,2. Dice que. “ Mas a vosotros los que teméis a mi nombre nacerá el Sol de justicia”. Habla de lo remanente de Israel que es salvado por Jesús, el Sol de justicia. Es considerada como una noche oscura para la nación de Israel. No es para la iglesia, porque en ese tiempo ella estará con el Señor.

En Jn 5.24 Jesús dijo: “no vendrá condenación”. Es para la iglesia que no vendrá esa condenación porque ha escuchado Su palabra y creído en Áquél que le envió. En 1Ts. 5.9 dice: “no nos ha puesto para ira”. Ro 5.9: “por Él seremos salvos de la ira”. Ap 3.10: “has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir”

Además la iglesia es “Su pueblo propio y celoso de buenas obras”, Tt 2.14. Y “...pero que ahora sois pueblo de Dios”, 1Pe 2.10

Ella es especial para Dios e invencible, Mt 16.18. Esta escondida en Dios, Col 3.3. Tiene el Espíritu Santo, Ro. 8.9,15. Es la esposa del Cordero, Ap 19.6-8.

Por eso, la iglesia, con todo lo que representa para Dios, es imposible que venga a pasar por la gran tribulación.

LA GRAN TRIBULACIÓN Y SUS MOTIVOS

Dan. 9.24-27

En Dn 9.24, cuando habla de las 70 semanas, esta hablando de todo un plan de Dios para Israel, su pueblo, porque el versículo dice: “setenta semanas están determinadas para tu pueblo y para tu santa ciudad”. Esas 70 setenta semanas son semanas de años, siendo un total de 490 años. Esta claro que el pueblo mencionado aquí es el pueblo de Daniel, Israel y la santa ciudad es Jerusalén, una vez que el profeta Daniel era de ahí y de la familia real. Nosotros somos gentiles. De esa manera los gentiles no entran en ese contexto, o sea, en ese plan especial.

Jeremías tuvo una visión profética de Israel. Él vio como esa nación quedaba liberta del yugo de las naciones gentílicas, siendo restaurada al favor divino. Pero antes que ello aconteciera, vio que Israel pasaba por un tiempo de “tribulación” sin igual, a lo cual el profeta llamó de “tiempo de angustia para Jacob”, Jr. 30.4-9. El profeta Ezequiel tuvo la misma visión, Ez. 20.33-44 y 22.17-22. El profeta Malaquías también habló sobre ello. Mal.3.1-3. También el Señor Jesús menciona ese tiempo que no tiene paralelo en toda la historia del pueblo de Dios, Mt. 24.21,22.

El objetivo es terminar con la prevaricación que quiere decir: dejar de cumplir una obligación voluntariamente. Terminar con el pecado y a la desobediencia. Expiar la iniquidad. Traer la justicia eterna y ungir al Santos de los Santos..

Ese tiempo representa un juicio de Dios sobre el mundo impío, sobre los que apostataron de la fe en Cristo y sobre Israel.

Esa tribulación, aunque va a traer sufrimiento para todo el mundo, tiene que ver especialmente con Israel, Jr. 30.1-4; Dn 12.1; Mat. 24.15.21; Ez 20.33-35. Será el Día de Dios, Día del Señor, 2Pe 3.10-12.

Cuando Israel desechó a Jesús, entregándole para ser crucificado Dios también suspendió Su relación con ellos y lo dejó quebrado en su incredulidad. Fue lo que dijo el apóstol Pablo, Ro 11. 17-20. Claro esta que quedó algo porque esta escrito “algunas ramas”. Lo que quedó como el remanente retoñará, Jo. 14.7; Sl 132.17. Es que sigue siendo el pueblo de Dios. Hay una promesa y un concierto entre Dios y Abraham, Isaac y Jacob. La promesa fue hecha al padre, confirmada en el hijo y ratificada en el nieto. Dios es fiel. Por eso toda nación será salva. Nacerá de nuevo, Ro 11.25-29; Is 66.7-10.

Todos sabemos que el pueblo de Israel comienza a reunirse en su tierra. Dios esta preparando el escenario para la gran tribulación; Mt 24.32,33; Lc 21. 29-31.

Queda la pregunta: Si la tribulación viene por causa de Israel, ¿por qué toda la tierra sufrirá?

La puerta de la salvación esta abierta a todos los hombres, Mr. 16.15,16, incluso a los judíos. El juicio vendrá sobre todos los hombres porque no han creído en Jesús,, 2Ts 2.9-12; Is 26.11, la primera parte de ese versículo dice: “Jehová, tu mano esta alzada pero ellos no ven”. En ese entonces Dios estará castigando a todos los seres humanos vivos, porque los muertos serán juzgados después del milenio. Nosotros no podemos entender, en su totalidad, lo que es la ira de Dios. Pero sabemos que cuando Él decidió destruir a los amorreos,

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