La Virgen De Los Sicarios
Milenacac2 de Abril de 2013
486 Palabras (2 Páginas)630 Visitas
La muerte como obsesión. Si existe alguna cosa que destaque por encima de todo en esta corrosiva, apocalíptica y crítica novela; es la muerte. Las muertes que suceden a lo largo del libro; sin descanso, gratuitas, impunes (o no), a vuela pluma, amorales. Matar a una persona como quien mata a una mosca, o a una cucaracha, o a una hormiga,... La insignificancia de la vida puesta en escena: sólo somos números; nosotros, tan egocéntricos, que nos creemos tan importantes, en muchos casos el ombligo del mundo. Un tiro y adiós. Se acabó lo que se daba. Antes vivo, ahora difunto. ¿Antes vivo? No, antes también muerto, un muerto viviente donde predomina el egoísmo, la ignorancia y la maldad.
El autor, mejor dicho el narrador y protagonista, homónimo del escritor (sólo se le nombra por su nombre en una única ocasión, a través de un segundo) mete el dedo en la llaga, provoca, clama a los cielos, desprecia, insulta, critica, muestra la realidad colombiana (y de la condición humana) desde su punto de vista. Una continua perorata se va desarrollando, con la acción y las vivencias en carne propia como excusa para explayarse a gusto. Lo cierto es que sus sentencias, sus discursos, su monólogo, no tiene desperdicio: revuelve los estómagos y los cerebros de los lectores, trata de provocar una reacción. En muchos casos podemos considerar (con matices, debido a la exacerbación y la posición extrema de éste) que tiene razón. No obstante, el propio protagonista cae en la contradicción una vez tras otra, repite y contribuye a lo que tanto crítica (aunque siempre tendrá alguna excusa); sus acciones son tanto o más condenables que aquellas de las que hace apreciación y blasfema. Entre otras, contribuye a la muerte de otros (sin remordimientos, con orgullo), aplica el pensamiento racista o hace uso de la pederastia. El ser humano es un ser corrupto. Él, ellos, yo, tú; todos lo somos.
Más allá de la mordaz, importante e irreverente demanda social (plasma una ciudad, un país, una especie,... tremendamente desolador), es una obra cuyo foco principal, recurrente y obsesivo es la muerte. Hasta tal punto, que pienso, intenta acostumbrar al lector a este ineludible hecho. De forma que el que lee pueda sentir algo remotamente similar a los que viven en su Medellín natal. Las primeras matanzas provocan un horror y repugnancia extrema, pero según se va avanzando, según van sucediendo más y más asesinatos, uno se va "acostumbrando" a tremendo horror. La barbarie humana vista como algo inevitable, que provoca morbo, o en el mejor de los casos, indiferencia. De nuevo, la condición humana.
Personalmente, me ha parecido un libro valiente, crudo y cruel, un grito de socorro involuntario, una llamada de auxilio; la forma es atractiva, el fondo no deja indiferente, aunque eso sí, las intenciones del propio narrador (¿y autor?) resultan turbias. Acusación y crítica de la corrupción por un corrupto que no se avergüenza de serlo.
...