La dependencia de los ciudadanos con las tarjetas de crédito.

En la actualidad que vivimos, los chilenos que ya poseen una independencia y que ya son considerados un ser humano funcional dentro de la sociedad laboral, por lo general deben y adquieren un sinfín de créditos, préstamos e incluso las conocidas tarjetas de crédito, produciendo a la larga una dependencia de estos medios para sobrevivir y que muchas veces termina endeudando al ciudadano promedio. Esta problemática sucede debido a la herencia que se consiguió en época dictatorial militar en el país, gracias a que el “gobierno” que controlaba y regía en ese entonces en Chile, tenía ya lazos políticos y económicos con Estados Unidos, provocando una serie de situaciones que afectarían al país, ya sea en ese entonces o en la actualidad.

Un claro ejemplo de aquella situación es lo que se mencionó con anterioridad; la adquisición  de estos medios económicos para subsistir y poder comprar nuevos artefactos tecnológicos, entiéndase medios económicos como las tarjetas de crédito, cuentas corrientes, préstamos y créditos, los cuales parecieran ser una ayuda, pero que en teoría es todo lo contrario, provocando un endeudamiento casi a nivel nacional, ya que según una encuesta realizada por el Ministerio de Economía de Chile en 2011(1), se logró evidenciar que un gran porcentaje de empresas utilizan estos medios para su manejo económico y no solamente aquellas empresas los utilizan, sino que también el ciudadano promedio, el cual requiere con mayor necesidad el utilizar aquellos medios.

Pero, ¿Por qué estamos tan acostumbrados ante semejante situación y quizás no nos demos cuenta, ni tampoco nos detengamos a peguntarnos si algo está saliendo mal? Simple, el chileno ya se acostumbró al manejo de estas “soluciones” capitalistas, que ya están esparcidas por el mundo y que llegaron a nuestro país en momento de crisis, haciendo parecer que esto controlaría esta época oscura en la historia chilena. La ayuda que brindó Estados Unidos en la década del 70’ a Chile, fue una estrategia económica que provocaría a la larga, una dependencia y necesidad que afectaría el bolsillo ciudadano, logrando que las empresas consiguieran fácilmente un manejo del proletariado y el resto de la población, manteniéndolos inconscientes y con otras preocupaciones frente a sus ojos, cegándolos de la realidad que se está efectuando.

Esto también va enlazado con la subordinación que tiene el país ante la caída o el aumento del precio del dólar, provocando una inestabilidad del producto chileno, el cobre, que si bien es un material de buen uso en el mercado extranjero, su precio se ve vulnerable ante los constantes cambios del valor del dólar, ya que si este sube, el costo del cobre baja y viceversa.

Todas estas problemáticas, como la dependencia hacia la gran potencia mundial y las múltiples formas de pago y de adquisición de dinero, han sido heredadas desde la época en la que el país se convertía de una república a una dictadura, y aunque nosotros no nos demos el tiempo de detenernos y pensar qué es lo que aún perdura de esos años, sus consecuencias están y seguirán, debido a que estos métodos ya están implantados en nuestra identidad, aun cuando provoca inestabilidad económica, aun cuando genera una desigualdad social, aun cuando no nos hace generar un perfil chileno más elevado y comprometedor.

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