La educación

La educación un término tan fácil de pronunciar y tan fácil de relacionar, pues cuando hablamos de este término lo primero que nos viene a la mente es escuela y maestro. Sin embargo, como diría Fernando Savater la educación no sólo se imparte en una institución formal, sino en todos los ámbitos: familia, amigos, trabajo, escuela, etc., en los cuales interactúa el ser humano, ya sea de forma activa o pasiva el ser humano recibe un aprendizaje. Tanto maestro es el vecino, como la mamá, el papá, el mismo individuo y de manera más formal el profesionista. Por otro lado, la educación es a aprendizaje y viceversa, es decir la educación es una enseñanza o un conocimiento que se transmite de una persona a otra.

Durante su vida el ser humano pasa por un proceso educativo, el cual puede ser de manera informal o formal. Uno de los problemas de la educación actual, es el no tener una idea clara de lo valioso que es educar, pues la mayoría de los que compartimos nuestros aprendizajes no lo hacemos de manera efectiva; encontrándonos con obstáculos propios y ajenos para lograrlo.

En primer lugar estamos viviendo una época en donde los padres de familia no quieren educar a sus hijos de la misma forma que los educaron a ellos, rechazan abruptamente el autoritarismo primitivo y prefieren adoptar una forma de pensar permisiva, consecuente, libertaria, etc. Cabe destacar que este fenómeno ocurre principalmente en las zonas urbanas, pues en algunas zonas rurales sucede todo lo contrario, sin embargo existen niños que son educados por otros niños a falta de la figura paterna y materna.

Por otro lado, algunas de las finalidades de educación es adiestrar y principalmente preparar el ser humano para una convivencia armoniosa y así llegar a una perfectibilidad humana, un reto difícil de afrontar, y más, cuando se ha dejado de practicar la filosofía en el quehacer educativo y se desconoce la verdadera finalidad de educar, o sucede, que como docentes desarrollamos un rol infantil y seguimos jugando a la escuelita, desconociendo nuestras responsabilidades con la sociedad y con nosotros mismos. Algunos desconocen el objetivo de su profesión o mejor dicho ven en está como sólo un recurso económico más. No basta con sólo conocer los contenidos programáticos y tener los conocimientos para transmitirlos, hay que saber transmitirlos a la diversidad de estudiantes que tenemos. La educación necesita urgentemente que el docente a través de las experiencias se perfeccione, reflexione y se transforme, ya basta del maestro que ve su función como mero instructivo, es decir, una serie de pasos para armar al objeto “estudiante”, pues un estudiante no es un objeto que si no sirve se cambia por otro, un estudiante es un ser que es parte de nuestra vida y que puede hacer un cambio para la mejora del bien común, recordemos que si la educación es para tener armonía, necesitamos practicar el arte

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