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La flor grito y grito pero nadie la escuchaba


Enviado por   •  7 de Agosto de 2011  •  Informes  •  598 Palabras (3 Páginas)  •  855 Visitas

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LAS AÑAÑUCAS NO ESTAN SOLAS

En un parque había una añañuca feliz y contenta, un día vio a su derecha muchos cactus grandes, chicos, picudos y afilados. La Añañuca se había aterrado.

A la mañana siguiente la Añañuca vio a su alrededor que los cactus no estaban nada bien, el pensó y les dijo ¡Oigan!, ¡oigan! Después la Añañuca se enojo tanto que grito ¡oigan!, al ver que nadie la escuchaba se dio vuelta y vio cactus desnutridos y sin puntas.

En la noche la Añañuca sintió pasos, al despertar vio a un perro hambriento, feroz de pronto vio a un gatito, el perro como estaba hambriento salto encima del gatito devorándolo y desgarrándolo, la Añañuca triste por el gatito le dijo al perro, eso no se hace , eres un despiadado, como se te ocurre. Y el perro le contesto: ¿Qué? ¿me dices que no puedo comer nada? No, le contesta la Añañuca enojada.

El perro como no tenia opción arranco a la pobre flor. La flor grito y grito pero nadie la escuchaba.

Hasta que un cactus reacciono ayudando a la pobre flor, el cactus como tenía púas afiladas las lanzo todas contra el perro. El perro soltó a la flor cayendo al suave pasto, al día siguiente la añañuca despertó con el perro tirado a su lado, cuando se dio cuenta que no podía moverse, la añañuca se dio cuenta que sus raíces estaban secas, al ver que las tenia secas grito ¡ayuda!, el cactus preocupado fue a ayudarla, el cactus al ver al perro tirado se río fuertemente ja,ja,ja. La flor apenada le dijo: no, no te rías del pobre perro, ¡pero! ¿Porque?, dijo el cactus, porque el no sabia que hacer conmigo y además el perro no tenía hambre, pero te intento comer, no, solo eran enemigos naturales. ¡Porque no me dijiste nada! , porque me parecías muy tonto.

Al día siguiente el cactus pensó y dijo ¿añañuca de donde vienes?

Y la añañuca respondió ¡no se¡

Perdón no quise herirte le dijo el cactus, no te disculpes le dijo la añañuca. El cactus preocupado le dijo que tal si nosotros buscamos a tu dueño y la añañuca le respondió ¡bien, vamos!

Pasaron horas desde que el cactus y la añañuca no encontraron a nadie, de pronto apareció una niña que al ver a la añañuca se dio cuenta que esa era su flor.

El cactus feliz le dijo, te extrañare añañuca, luego de pronto apareció un niño que agarro al cactus sin advertencia gritando, luego el cactus enterró unas de sus espinas en el hombro del niño, el niño dejo caer al cactus al suelo quebrándose por completo las púas, la flor preocupada grito ¡cactus,

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