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La mentira, ¿es tan mala como suena?


Enviado por   •  6 de Abril de 2017  •  Ensayos  •  509 Palabras (3 Páginas)  •  170 Visitas

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La mentira, ¿Es tan mala cómo suena?

Mucho se ha hablado de la mentira, que si son buenas, que si son cortas de patas, que si son blancas. Todo es verdad. Para tener en claro que es la mentira, revisaremos su definición. “Mentira: Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa. (RAE)” Partiendo de esto y aun sabiendo que la mentira es mala y hasta considerada pecado por algunos, ¿Por qué todos mienten? Sí, todos mienten más vale que lo crean, o será que estamos tan acostumbrados a hacerlo que hemos idealizado un nuevo concepto de lo que es, excluyendo así la mayoría de las acciones que realizamos al aplicarla. Me explico a continuación.

Para San Agustín existen ocho tipos de mentiras: las mentiras en la enseñanza religiosa; las mentiras que hacen daño y no ayudan a nadie; las que hacen daño y si ayudan; las que surgen por el mero placer de mentir; las dichas para complacer a los demás en un discurso; las que no hacen daño y ayudan a alguien; las que no hacen daño y pueden salvar la vida de alguien, y las que protegen la “pureza” de alguien.

A diario realizamos acciones que encajan con la clasificación anterior, pero si para nosotros no tiene malas consecuencias o trascendencia alguna, no lo consideramos mentira y es ahí, cuando comenzamos a aceptarlas y a hacer mayor uso de ellas volviéndose algo cotidiano en nosotros desde un ¡Qué bien te ves! Pasando por el “Estoy muy enfermo”  o “Se ha muerto mi abuela”, hasta llegar a cosas muy serias como “Estoy embarazada y tú eres el padre”.

En mi muy humilde opinión, la cual no debe ser muy valorada, las mentiras dependiendo su finalidad no están del todo mal.

Haciendo alusión a la historia de “Félix Constipado”, concuerdo con él en que en ocasiones  no sirve de nada decir la verdad, si no harás  feliz a nadie. Resaltando el término ocasiones, como cuando te preguntan ¿Qué tal la cena? O “Firulais se fue al cielo para convertirse en estrella”.

Es necesario no convertirse en un mentiroso por convicción, vivir a base de mentiras en un principio puede parecer fácil e incluso placentero,  pero el sostenerlas es el verdadero reto. Recordar los detalles de nuestras historias fantasiosas no siempre es sencillo ahí, es donde metemos la pata.

Como menciona el pequeño Félix, las mentiras deben ser lo más pegadas a la verdad, quizás solo sea necesario omitir aquello que nos incomoda, recordando que la omisión también es una forma de mentir, pero de esa forma será más fácil recordar lo que has dicho.

El mentir es un arte que no está hecho para cualquiera, algunos lo hacen por necesidad, otros por gusto.

“El fin justifica los medios” es una frase muy amplia con la cual no comulgo al cien por ciento, sin embargo reconozco que una “mentirijilla” de vez en cuando es mejor si se usa para evitar un mal rato.

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