La voz de los maestros

Entre las herramientas básicas para que los maestros y maestras lleven a cabo su trabajo profesional se incluyen la vocación, la preparación académica y, muy utilizada pero poco mencionada, la voz. Gran parte de la docencia se realiza de forma oral, el docente habla mucho, pues es tu trabajo. Las largas jornadas en las que todo el conocimiento proviene tanto de la garganta como del cerebro, son las que traen diversas dolencias relacionadas con la voz y el dispositivo de fonación en la vida de los docentes a lo largo de los años.

Como acabo de explicar, la voz es el principal medio a través del cual el profesorado transmite la información a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje. Los trastornos de la voz que se dan en el profesorado son debido a la necesidad de utilizar ésta de forma continuada y en condiciones laborables desfavorables como por ejemplo: dirigirse a un grupo grande de estudiantes para asegurarse de que su voz llegue a todas las partes del aula, o trabajar en salas con condiciones acústicas inadecuadas que impidan que la voz se proyecte de manera correcta.

Debido a esto, se deben implementar pautas de prevención o higiene de la voz que puedan ayudarles a superar estos problemas. La voz es un instrumento valioso. La voz no solo es una herramienta emisora, sino que proyecta otros aspectos de la personalidad del profesor como los sentimientos y las emociones. Por eso mismo, los docentes necesitan de una voz clara, flexible, resistente y que perdure... Pero la voz es débil y delicada. Esta está formada por un conjunto de órganos que funcionan gracias a un sistema de equilibrios; si estos se rompen, es cuando la voz sufre y enferma.

Si los equilibrios se rompen, la voz sufre y enferma. A pesar de que los maestros son profesionales de la voz, muy pocos son los que le prestan atención a este instrumento y toman las medidas necesarias para asegurar que en el largo plazo su cuerpo no les pasará factura por años de descuido y malos hábitos.

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