Las Cosas Pasan
demente71316 de Septiembre de 2013
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ls cosass pasan
y uno las ve llevarse material lejano
Porque las coletillas definen nuestra personalidad: “Dime qué
coletilla usas y te diré quien eres”… Por ejemplo están los que se
creen que los demás somos imbéciles: “Estábamos en su casa,
¿entiendes?, y él se quedó en pelotas, ¿entiendes?, e hicimos el
amor, ¿entiendes?”… Pero bueno en qué fase de la conversación
cree que me he perdido. Y luego están los inseguros que dicen…
“Estábamos en su casa, ¿no?, y él se quedó en pelotas, ¿no?, e
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hicimos el amor, ¿no?”… Que aquí ya dan ganas de decirle… “¡Pues
no lo sé, hija! Si tú tienes dudas… es que “no”, porque eso se nota
¿no?
Por la muletilla que usan también se reconoce a los pijos… Por la
muletilla y porque parece que estén saliendo de la anestesia del
dentista. La muletilla favorita del pijo es “para nada... te lo juro”:
“¿Has visto a Pepota?” “Para nada”… “¿Te gusta el funky?” “Para
nada”… “¿Vales para algo? “Para nada... te lo juro”.
De todos modos los reyes de la coletilla son los locutores de radio
musical, que claro, como hablan tan deprisa no les da tiempo a
pensar... Estos con cuatro coletillas y un reloj tienen el programa
hecho: ¡Hey! Son las cuatro de la tarde, las tres en Canarias ¡guau! y
en treinta minutos, llegaremos a las cuatro y media ¿No te parece
increíble? ¡Hay que ver como pasa el tiempo!, ayer era sábado y
mañana ya es lunes, o sea que tenemos el próximo fin de semana a
la vuelta de la esquina… Y seguro que bailas música como ésta…
Te dejo con ella cuando son las cuatro y dos minutos de la tarde...
Dentro de nada las cuatro y cinco...”. ¿Qué les pasa? ¿Van
drogados?
Aunque los futbolistas tampoco se quedan cortos con las muletillas,
y eso que estos no hablan deprisa… “Sí, la verdad es que... sí” “No,
la verdad es que… no”. “Bueno, no sé, ¿no?” Y como los periodistas
deportivos lo saben, se lo ponen fácil: “Quique, el partido bien
aunque habéis empezado el segundo tiempo un poco más flojos y
luego habéis remontado al final, parece que os quedan fuerzas
suficientes para el partido del próximo domingo que es donde tenéis
que poner toda la carne en el asador”. “Ahora que lo dices, sí, la
verdad es que... sí”.
¡Qué obsesión con la verdad tienen los futbolistas! Aunque esto no
es nuevo, lo de usar la verdad como coletilla viene ya de los
Evangelios. Estaban todo el día… “En verdad en verdad te digo...”,
lo que daba lugar a conversaciones del tipo: “En verdad en verdad te
digo, Judas, que ¿qué tal estás?” “Pues en verdad en verdad te digo,
Jesús, que por aquí, traicionándote un rato”.
Y luego están los políticos, que como no tienen nada que decir son
los que más muletillas utilizan: “Puedo prometer y prometo” “Por
consiguiente” “La Reina y yo, nos llena de orgullo y satisfacción”...
Algunos de tanto usarlas se les estropea el mecanismo. Como a
Pujol “Forns forns frons... frons frons frons frons... Para Cataluña”...
o Fraga, “Fongrrnsss fongrsss msrrrss... Cien mil gaiteiros”… Y el
mejor es Aznar que consigue alargar los discursos doblando sus
propias muletillas: “¡Somos una nación moderna!” “¡¡Una nación
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moderna!!” Que es para decirle “¡Ya te hemos entendido” “¡¡Te
hemos entendido!!”…
Claro, así duran los discursos lo que duran, que les tienen que poner
un himno para que se vayan. Con
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