Las fuerzas armadas nacionales en Argentina

Las fuerzas armadas nacionales

Las atribuciones del estado nacional incluyen el monopolio de la fuerza , es decir que solo el Estado puede hacer uso de las armes de todo su territorio, para ello se crearon fuerzas armadas únicas de estado nacional.

Durante décadas había existido un conjunto de milicias provinciales o ejércitos como los del período de la independencia o guerras civiles. Luego de Pavón, Mitre organizó   el futuro núcleo del fututo ejercito reuniendo a la Guardia Nacional de Buenos Aires con efectivos de la confederación y transfirió al Ministro de Guerra y Marina y la Comandación General de Armas de la Provincia de Buenos Aires a la jurisdicción nacional. En 1864 organizó un Ejército Nacional, al crear cuerpos de línea que distribuyó por todo el país.

Dos procesos, uno externo, la  guerra con el Paraguay y otro interno, las rebeliones del interior contra el gobierno nacional contribuyeron a consolidar su creación, de esta manera, el ejército asumió la función de defensor de fronteras y a la vez la de instrumento del Estado para imponer el orden interno

Un territorio por organizar

Para lograr un objetivo central para la consolidación del Estado (lograr la unidad territorial) fue necesario resolver la existencia de fronteras exteriores y límites interprovinciales imprecisos y el hecho de que los territorios reclamados estuvieran bajo poder indígena. Esto sucedía en el norte, en la región del chaco, en el sur, en la Pampa central y en la Patagonia.

Los blancos, llamaban “desierto” al territorio pampeano-patagónico habitado por pueblos indígenas, refiriéndose a que no había pobladores blancos. Los indígenas eran considerados inferiores, representantes de la barbarie, en contraposición a la civilización

Los habitantes del “desierto”

Blancos e indígenas habitaban territorios separados por una frontera interior, que se extendía desde el sur de Mendoza hasta Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires. Al este y al norte de esta frontera habitaban los blancos y al oeste y al sur, los indígenas.

Tras la caída de Rosas los poblados recrudecieron. Hacia mediados del siglo XIX el cacique Calfucurá organizó una confederación de comunidades con centro en las tolderías de las Salinas Grandes e inició una ofensiva general sobre la campaña bonaerense. Como consecuencia a esto, la frontera retrocedió hacia el Norte.

En 1872, Calfucurá fue derrotado por el Ejercito Nacional, al año siguiente falleció y fue sucedido por su hijo Namuncurá quien no pudo mantener el control sobre todos los jefes indígenas.

El plan de Alsina

Los indígenas con sus grandes ataques a las propiedades de los blancos y la ocupación de grandes extensiones de tierras eran un grave problema para la consolidación del Estado, impedían la integración plena del territorio bajo una misma autoridad central y obstaculizaban el progreso capitalista (esas tierras no estaban disponibles para la producción de alimentos)

Durante4 la presidencia de Avellaneda, el ministro de Guerra, Alsina, propuso la extensión de la frontera mediante la construcción de dos fortines comunicados entre sí por un telégrafo y estancias. La línea exterior estaría unida por una zanja dificultando así la retirada de los malones indígenas; 4es por esto que la propuesta fue muy criticada (solo contemplaba acciones defensivas) aún así el gobierno comenzó las obras.

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