Las jerarquías de los cuadros
thameyTarea3 de Octubre de 2015
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LAS JERARQUÍAS DE LOS CUADROS
En 1678 el pintor de la escuela de Rembrandt Samuel van Hoogstraten (1627- 1678) redacto su introducción a la alta escuela de la pintura, un libro sobre teorías del arte. En él enseña que el rango de tema pictórico depende de la exigencia establecidas por la fantasía del artista. Así pues, los cuadros históricos, que tratan temas religiosos o históricos y “reproducen la humanidad de los hechos sagrados o las realizaciones más importantes” ocupan un lugar preferente. A continuación se sitúa “la pintura de gabinete de cualquier tipo” mientras que el último lugar corresponde a los bodegones. En una línea similar se expresa su coetáneo Andre Félibien (1619- 1675) en la introducción a sus Conferencias de la Academia Real de Pintura y Escultura, una obra publicada en Paris en 1669. Según Félibien, en ultimo lugar aparecerán los bodegones con frutas, flores, conchas y otros objetos inanimados. Según él gozan de un mayor aprecio los cuadros que representan animales vivos o paisajes completos. El lugar de honor sólo lo alcanza el artista que se decide por la representación humana, al considerarse al hombre la máxima creación de Dios sobre la Tierra.
Ambos tratados artísticos datan de una época en la que florecían en Europa las academias de pintura. En 1648 se fundó en París, durante el reinado de Luis XIV ( 1638- 1715), la Académie Royal de Peinture et financiada con fondos del Estado, que durante mucho tiempo se plegó a la política artística oficial. En España se fundó la Real Academia de Nobles Artes de San Fernando en 1744, durante el reinado de Felipe V. Hasta 1720 se fundaron en Europa un total de 19 academisa de arte, cuya tradición se remota sin duda al Renacimiento italiano: ya en 1494 habló Leonardo da Vinci (1452- 1519) en Milán de la necesidad de fundar la primera escuela de pintura en la que no sólo se enseñaras las técnicas artísticas, sino también los aspectos científicos. Dos generaciones más tarde, esta idea básica se concretó en los programas de la Accademia del Disegnio, fundada en 1563 en Florencia por iniciativa de Giorgio Vasari (1511- 1574), y en la Academia di San Luca, establecida en Roma en 1577 y aún en funciones en el momento actual.
No tardaron en aparecer en la teoría del arte los conceptos de imitatio (imitación) e inventio (invención). De la oposición entre la simple copia de la naturaleza y la obra creativa del artista surgió en las academias un debate continuando sobre la valoración de la forma y el color. La discusión se resolvió finalmente a favor de la forma: el dibujo, el contorno y la composición. Por ello la formación artística de los alumnos en las academias clásicas de arte se basa fundamentalmente en conceptos formales. El primer paso consiste en copiar obras maestras y modelos en yeso. A continuación se estudia el dibujo del cuerpo humano, con el empleo exclusivo de modelos masculinos hasta finales del siglo XVIII. En las últimas clases se introduce finalmente el dibujo y la composición libre.
Los artistas y los críticos se rebelaron a menudo contra la hegemonía de las Academias y contra sus rígidas reglas. La ascensión, el éxito y la caída de muchos artistas corrió en paralelo con su adhesión y rebeldía hacia estas instituciones tan poderosas. La oposición a las Academias de arte alcanzó su puno álgido a finales del siglo XIX, cuando los impresionistas abrieron la puerta a la pintura moderna con sus innovadoras ideas. Incluso en una fecha tan tardía como el año 1922, el pintor Max Liebermann (1847- 1935), presidente de la Academia de Artes plásticas de Berlín desde 1920, se ocupó de problema de la valoración de los distintos géneros pictóricos: su provocadora manifestación de que un nabo bien pintado era mejor que una Virgen mal pintada se ha convertido en la base de la estética moderna. Los nuevos canales de distribución de las obras artísticas, como las galerías de arte o las muestras, y la desvalorización de la docencia en el arte moderno condenaron a las academias a un papel meramente testimonial.
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