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Lectura Motiadora


Enviado por   •  15 de Diciembre de 2012  •  511 Palabras (3 Páginas)  •  239 Visitas

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Lectura motivadora - Alcance sus sueños sin morir en el intento de Mujeres Exitosas, el El Lunes, 7 de noviembre de 2011 a la(s) 12:54 •

Cierto día, un pequeño gusanito marchaba en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontró con un grillo.

– ¿Hacia dónde vas? – preguntó éste.

-Sin dejar de caminar, la pequeña oruga le contestó: – Tuve un sueño anoche. Soñé que desde la punta de la montaña miraba todo el valle. Me gustó lo que vi y he decidido concretarlo.

El grillo, sorprendido, le dijo mientras se alejaba:

– ¡Debes estar loca! Tú, una simple oruga, ¡nunca podrás llegar! Una piedra será como una montaña; un pequeño charco, como un mar cualquier tronco, una barrera infranqueable.

Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. Sus diminutas patitas no dejaban de moverse. De pronto, se escuchó la voz de un escarabajo que le preguntó hacia dónde se dirigía con tanto apuro. El gusanito le contó su sueño; el escarabajo no pudo soportar la risa y le dijo:

– Ni yo con patas tan grandes intentaría una travesía tan ambiciosa.

La oruga no quiso escucharlo y, decidida, continuó hacia su meta.

Del mismo modo cruzaron por el camino de la oruga, la araña, el topo la rana, quienes le aconsejaron desistir del intento.

– ¡No lo lograrás jamás! – le dijeron. Sin embargo, en el interior de aquel gusanito había un impulso que lo obligaba a seguir.

Ya agotada, sin fuerzas y a punto de morir, la oruga decidió descansar. Construyó con su último esfuerzo un lugar para pasar la noche.*

– ¡Estaré mejor! – fue lo último que dijo y murió.

Todos los animales del valle se dieron cita en la ladera de la montaña para observar de cerca los restos de la testaruda oruga. Según ellos, yacía ahí el animal más audaz del valle. Era un monumento a la insensatez, digno de alguien que murió por un sueño irrealizable.

Una mañana de sol radiante, los animales se congregaron alrededor de lo que se había convertido en una advertencia para los atrevidos. De pronto, quedaron atónitos. Aquel caparazón duro comenzó a quebrarse y, con asombro, vieron la antena y los ojos que no podrían ser los de la oruga que creían muerta. Poco a poco, todos observaron los colores maravillosos de una hermosa mariposa.

No hubo nada que decir, todos intuían lo que sucedería. La mariposa iría volando hasta la gran montaña y realizaría su sueño; el sueño por el que había vivido, por el que estuvo dispuesta a morir y por el que había vuelto a vivir.

¡Todos se habían equivocado!

...

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