Liderazgo Gerencial

Siendo clave la confianza que se deposita en los subordinados ¿es bueno clasificarlos según su rendimiento o “ponerles etiquetas”?

No es bueno clasificar a los empleados según su rendimiento o etiquetarlos, ya que los resultados esperados podrían ser contraproducentes, si lo que se busca es mejorar su rendimiento.

Hay que tener en cuenta que esto ya lo pusieron de manifiesto Rosenthal y Jacobson (1968), con el llamado “Efecto Pigmalión”. Al elegir al azar a unos estudiantes y decir a los profesores que unos tenían mayores capacidades intelectuales que otros (aun cuando no existió una selección). De esta manera, se comprobó, que efectivamente los resultados del grupo que se suponía poseían unas mayores capacidades intelectuales, fueron mejores que los del otro grupo, lo cual pone de manifiesto que nuestras expectativas afectan al modo en que nos comportamos ante determinadas situaciones, y así actúan las etiquetas que les asignamos, casi de manera inconsciente, a las personas.

¿Cree usted que confiar en los jefes aumenta la eficiencia de los equipos?

Sin lugar a dudas, la existencia de un clima de confianza entre el jefe y subordinados, mejora la eficiencia de los equipos de trabajo, teniendo en cuenta que un jefe no es aquel que simplemente manda, sino un amigo más de los empleados que colabore en todo lo que ellos necesiten para sacar adelante el trabajo, así mismo, los subalternos se sentirán confiados y responderán con más ahínco en desarrollo de las tareas que se les asignen.

¿Los mejores jefes deben trabajar junto a los principiantes o deben encargarse éstos de los equipos experimentados?

Los jefes deben trabajar junto a los principiantes a fin orientarlos adecuadamente y que el proceso de socialización con el entorno sea el más apropiado a fin que el principiante adopte los valores y normas de organización, esto teniendo en cuenta que uno de los principales obstáculos para la integración de una nueva fuerza laboral lo constituye el hecho de que los empleados tienden a renunciar durante los primeros meses de su empleo.

Si las expectativas positivas en los subordinados ayudan en la obtención de resultados, ¿la falta de expectativas es un anuncio de fracaso o pobres resultados?

El proceso de interacción comienza con la evaluación inicial que el jefe hace de las capacidades del subordinado. Basado en esto, el jefe se forma expectativas acerca de su comportamiento futuro, con lo cual se logra un círculo de confianza recíproca que trae consigo el compromiso para sacar adelante el trabajo y tareas que se asignen, sin embargo, esto no es determinante, ya que está de por medio la valía y calidad profesional del subordinado, lo cual juega un rol fundamental en el logro de objetivos y metas de toda organización, en tal sentido, la falta de expectativas no es un anuncio

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