Literatura

LITERATURA

1. Renacimiento

Se llama así al período lleno de manifestaciones religiosas, políticas y culturales que se desarrollan desde el término de la Edad Media. Renacimiento significa resurgimiento, reflorecimiento, volver a nacer. Este renacer implica un resurgimiento de la antigüedad clásica grecolatina, es decir, se valora e imita el sentido de vida y arte de los antiguos.

Se produce un nuevo culto a la belleza formal, externa, a la vida plena. Se promueve una cultura laica que considera al hombre en el goce y dominio de los bienes de la tierra. Como resultado, éste crece en el orgullo de sí mismo, de su inteligencia y de la vida.

Frente a un espíritu eminentemente religioso de la edad media, se vive una atmósfera más terrenal, de afirmación vital. Podemos llamar a esta concepción antropocentrismo (en contraposición del teocentrismo de la Edad Media.

• Temas renacentistas.

o Rompimiento con lo medieval: Frente a ciertas condiciones propias de la Edad Media, se produce una modificación de la percepción de la realidad. Cabe destacar que no existe una ruptura total entre Edad Media y Renacimiento. Lo anterior se ejemplifica en los siguientes elementos:

 Se entibia el fervor religioso, generando un sentimiento de orgullo e independencia que modifica las concepciones tradicionales.

 Se resalta el poder de la naturaleza humana que genera sus propias concepciones y reglas de pensamiento, en desmedro de la antigua visión teocentrista.

 La clase burguesa produce sus mayores producciones en las que se expresa una visión práctica por sobre la gravedad heroica de los viejos ideales (guerreros y religiosos) de la edad media.

o Antropocentrismo: El hombre centra el mundo a su alrededor y él es la medida de todas las cosas. Se convierte en un ser ambicioso de poder y de conocimiento: es el hombre universal. El principio y norma del hombre renacentista es “Hombre soy y, por lo tanto, nada de lo humano me es ajeno” (Terencio, 190-159 a.C.)

o Humanismo: Se define como el estudio del hombre total, en su naturaleza, en sus valores, en sus ideales, en sus relaciones con la Divinidad, con la sociedad, con la historia. Su ideal vital implicaba ser apasionados servidores y seguidores de las letras y las artes de los clásicos, de los valores, de la vida de la antigüedad. Surge también en esta época el mecenazgo, es decir, un patrocinio o aporte financiero a algún artista o científico, con el fin de permitirles desarrollar su obra sin exigir nada a cambio.

o Búsqueda de lo clásico: Se produce una entusiasta aceptación de los modelos clásicos que despierta un deseo de lograr una armoniosa belleza formal, prescindiendo de propósitos didácticos o alegorías morales.

o Cultivo de las artes: En el plano de las artes, se produce una inspiración grecolatina que ofrece una mesura que trata de evitar todo exceso. La pintura y la escultura revelan un prodigioso avance en el estudio y expresión de la forma humana, generando una idealización generalizadora que produce un esquema de belleza arquetípica.

• Tipos humanos del renacimiento

o El Cortesano: Nace en las cortes italianas rodeadas de ornamentos ostentosos, una corte galante cuyo objetivo es el placer. El cortesano es medianamente instruído en letras, sabe letras griegas y latinas y conoce los textos divinos, escribe verso y prosa en lengua vulgar. Sabe tocar diversos instrumentos, pinta y dibuja. También maniobra su caballo y maneja la espada como el mejor. Es de semblante sosegado, evita el lenguaje brusco. Sin las damas no estaría completo el cortesano, quien con su honestidad, vivacidad y amabilidad, conoce de las artes sin virtuosismo que pueda ofender, para convertir así, en perfecta la vida cortesana.

o El Humanista: Busca exaltar la grandeza del hombre capaz de realizar en sí la más alta perfección. Como ya fue mencionado, sigue el ideal clásico, buscando la armonía de las formas. El epítome de su concepción es el amor que le genera el bienestar y lo busca en la belleza: ama el trabajo, ama la fama y ama la creación.

o El Estudiante: Enrique de Mesmes recuerda su vida universitaria en 1545 en la universidad de Toulouse:

“Estabamos de pie a las cuatro de la mañana y después de haber rezado una oración, íbamos a clase a las cinco, con nuestros grandes libros bajo el brazo, nuestras escribanías y candelas en la mano, Sin interrupción teníamos varias clases hasta las diez. Después de emplear media hora en corregir nuestros apuntes, comíamos. Luego leíamos, como diversión, fragmentos de Sófocles, Aristófanes o Eurípides […]”

o El Conquistador: Corresponde a una nueva concepción de la existencia del hombre. Se plantea la presencia de un nuevo tipo de héroe, de carne y hueso, que amplía sus límites en función de su acción conquistadora. Asume el poderío de su comportamiento para poner en ejercicio su soberana fe en su misión conquistadora y en su fortaleza para vencerlo todo y someter el mundo al esquema ordenador.

• Géneros históricos

o Églogas: Poema bucólico que se caracteriza por una serie de convenciones temáticas: intenso sentimiento de la Naturaleza, ya que el escenario, preferentemente pastoril, responde al tópico del locus amoenus, convencional e idealizado, lo mismo que el amor imposible de los personajes, por el fracaso o por la muerte.

o Novela morisca: En este género el moro, musulmán caballeroso y galante, engendra simpatía y se le adorna con las más bellas cualidades morales, creando a su alrededor una ambiente lleno de fastuosidad y brillante colorido.

Ejemplo de este género es La Historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa de autor anónimo (1565), y la “Historia del cautivo” inserta en El Quijote de la Mancha, capítulo XL.

o Novela pastoril: Entre sus elementos esenciales se destaca una naturaleza estática bellamente estilizada, semejante a la de la poesía bucólica; se presenta pastores refinados que exponen melancólicamente sus cuitas amorosas, siguiendo la doctrina neoplatónica; y una embrollada acción que avanza lentamente para resolverse finalmente gracias a la intervención de la magia. El amor es un concepto muy elevado, respondiendo a una visión idealista. El paisaje, la figura humana y el amor se conjugan perfectamente, y siguen un lento ritmo, ofreciendo el conjunto una lenta y apacible armonía. Se centra

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