Llegamos a un 9 de Julio más, esta vez en el año 2007

Llegamos a un 9 de Julio más, esta vez en el año 2007.

191 años han pasado desde que vi estas tierras Independizarse. Desde que pudimos romper definitivamente los lazos que nos unían con España, desde que pudimos dejar atrás épocas sombrías en las que hombres venidos de la Vieja Europa destruyeron, ultrajaron y se robaron nuestras tierras. Hoy no vine para aburrirlos con nombres ni fechas. Hoy, a 191 años, quiero hablar sobre nuestra Independencia; si realmente hemos cumplido con el acta que se redactó en Tucumán y se firmo aquel 9 de Julio de 1816, mientras conjuntamente con los soldados de mi ejército, enfilábamos desde Chile hacia el Alto Perú en busca de la Libertad de América. Serrano había escrito: “Declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas provincias romper los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de los que fueron despojados, e investirse del alto carácter de nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli”.

¡Que trabajo que nos costo que los diputados de 1816 firmen el acta!

Pienso, y con un profundo pesar, que nuestro trabajo fue en vano. La Independencia por la que soñamos y peleamos en toda América hoy no existe: somos dependientes, nos hemos vuelto a colocar las cadenas de aquellos que han tenido un mayor desarrollo, nos hemos dejado hipnotizar por aquellos que han tenido mejor suerte que nosotros. La cultura propia ya no está, olvidamos al gaucho, al indio, al tango y al folclore, los suplantamos por el POP, Britney y Madonna. Estudiamos su idioma y lo sabemos mejor que el nuestro, preferimos ir a Miami que conocer el suelo Argento; miramos y envidiamos su democracia tan cuidada, pero no nos ocupamos de la nuestra; Nos hacemos los tontos cuando manejan nuestras políticas sociales y económicas.

Esto no es ser INDEPENDIENTE, esto es no recordar la lucha de los hombres abnegados, de aquellos que creyeron en los habitantes de este suelo, de los que vislumbraron libertad, de los que al grito de VIVA LA PATRIA dejaban sus vidas en los campos de batallas.

Como argentinos que somos, tenemos que reconsiderar qué queremos ser. El ser argentino no es ponerse la remera de la selección una vez cada cuatro años, no es cantar el himno porque el colegio nos dice que en cada acto debemos ponernos de pie y cantar la canción que nos representa. No termina allí el sentido de ser un Pueblo que busca su destino día a día, que es solidario y trabaja por un mañana mejor en todos los ámbitos que nos toque vivir.-

Tenemos y debemos ser argentinos independientes: no dejar que las decisiones se tomen desde afuera, en una oficina, por burócratas a los que sólo les interesa cerrar los balances de sus dividendos materiales, a costa de todos nosotros, personas de un país extraño

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