Lo Paradójico De La Educación

Lo paradójico de la educación

La educación es un medio, tienen toda la razón, pero debería ser el fin mismo de la humanidad. Los padres y los abuelos aún apuestan por la educación para llegar a “ser alguien” en la vida. La pregunta es: ¿acaso no somos nadie antes de educarnos? Seguramente quienes piensan así es porque la educación les ha dado armonía a sus vidas, les ha permitido vivir con calidad, buscando siempre hacer lo que saben y ¡hacerlo bien!

¿Cuántas personas fueron educadas en este sentido?, ¿cuántas carecen de bienes materiales y sin embargo se sienten ricas por haber recibido una buena educación para la vida?

En la actualidad ya son muy pocas, hay quienes expresan que -el fin justifica los medios- en el que todo es rentable en cuanto satisfaga sus deseos. Y solo es útil en tiempo y espacio requeridos.

Desde todas las perspectivas sociológicas, parece evidente que el motor de cambio social/ de renovación /de desarrollo cultural y cívico de un pueblo o de una comunidad pasa, ineludiblemente, por la educación.

No se debe perder de vista que la causa final de la educación, es la construcción de personas y la transformación del mundo. La tarea de educar no es nada fácil. Nunca lo ha sido, pues implica un proceso esforzado de transformación y dedicación.

Como todo lo que concierne a lo humano, la acción educativa no está exenta de paradojas y de tensiones. La tensión, más aún, la contradicción, es el alma de la vida humana, y donde hay seres humanos que viven, crecen y se aman, aflora inevitablemente la paradoja, lo extraño/ lo maravilloso/ lo incomprensible/ lo contradictorio.

Cuantos más conocimientos aprehendemos de la realidad, más nos damos cuenta de la complejidad del mundo y de la pequeñez de nuestras objetivaciones.

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