Los Corridos

La zeta y los corridos

El sonido de la radio entona una canción de “La Arrolladora”, esa que pone a bailar a todos en los bailes de Ecatepec. La voz del locutor anuncia la posición de la camioneta, a las primeras diez amas de casa en llegar se les regalará una despensa, la que cuesta tanto surtir y encarece cada vez más. La multitud que se aglutina para obtener el regalo es inmensa, la oportunidad es única, simplemente hay que decir “¿Cómo está la Zeta? Salvajemente grupera.

Además de despensas, la estación de radio “La zeta” obsequia dinero, útiles, electrodomésticos todo a cambio de escuchar la estación para estar atento del aviso. No por nada se ha colocado como la estación más escuchada de todo México, el secreto: comprender la realidad, lo popular y hacer que todo su contenido gire en torno a esto.

Parte del éxito es la desaparición de la clase media, en la medida en que la sociedad se constituyó como ricos y pobres, el sector popular con sus costumbres y gustos se acrecentó, la música ranchera se democratizó y atrás quedaron ídolos como Alejandro Sanz, lo de hoy es Espinoza Paz.

La pobreza es una realidad, por eso “la zeta” regala dinero, útiles, despensas, todo aquello que hace falta, que se necesita. La migración es otro problema, “la zeta” te pone en contacto con tu pariente que “está en el otro lado”. El precio de la gasolina es alto y cada mes aumenta, “la zeta” te llena el tanque.

El dinero invertido en regalos es mínimo comparado con las ganancias que percibe, los espacios publicitarios son caros, no es para menos, producto o empresa que se anuncia cuenta con la seguridad de ser escuchada por millones.

“La zeta “es ejemplo de que no se necesitan campañas de publicidad multimillonarias para vender, retomando conceptos básicos como la empatía, aprovechamiento de necesidades, prejuicios, se logra un rotundo éxito. Todo esto claro con el aval de la radio, que manda una señal: no ha muerto.

Dentro de la programación de la estación, los corridos fungieron como pilares. Después, debido al surgimiento de la narco cultura, el gobierno censuró. El corrido evolucionó, pasó de ser voz de la revolución ha propaganda de narcotraficantes.

En un país donde se prohíbe opinar, en algo se tenía que usar la boca. El corrido surgió como la música del pueblo, canciones que contaban las hazañas revolucionarias, que denunciaban, desnudaban la vida. La modernidad del país los apagó pero en las zonas paupérrimas se conservó la cultura de cantarles a los hombres que peleaban por la libertad.

Los narcotraficantes vistos ellos mismos como héroes (e incluso por las comunidades que al estilo Robin Hood los miran como salvadores) mandaron componerse corridos, canciones donde contaban sus hazañas: asesinatos, tráfico de drogas, huidas.

El corrido perdió su sentido lirico,

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