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Los Extraños

ladyfernandez9210 de Enero de 2013

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10. Los realismos

El realismo de izquierda nació como una plataforma política, como una orden a la izquierda política para que “tomara el delito en serio” más que como una teoría académica

10.4. Introducción. La crisis de la criminología crítica

Debido a su orientación pragmática, que buscaba una alianza con algunos sectores sociales para la transformación de la sociedad, aunada a la heterogeneidad política e ideológica de sus miembros–liberales, anarquistas, marxistas, cristianos, etc. - y los choques se presentaron por la orientación ortodoxamente marxista que pretendieron darle algunos de sus participantes , la NDC comenzó a verse reevaluada desde su interior por sus propios miembros. A ello debe sumarse la concurrencia de una serie de hechos que afectaron el clima político en los años 70 y tuvieron una gran repercusión en los trabajos de la NDC y en la orientación política de algunos de sus miembros. Por eso se empezó a hablar de “una crisis” y de una división dentro de la criminología crítica.

Ese consenso existente [en la NDC] iba a resquebrajarse a raíz de la publicación de La nueva criminología (1973). La descalificación de que habían sido objeto corrientes sociológicas que nutrían la “nueva teoría de la desviación” y la incorporación del marxismo, iban a provocar que la entente cordial se resintiera. Las tendencias se agudizaron, los liberales- representados por DOWNES y ROCK- continuaron las enseñanzas del interaccionismo simbólico; los anarquistas –representados por COHEN, TAYLOR L., PEARSON y BAILEY –eran partidarios de profundizar el “enfoque escéptico”; los marxistas –YOUNG, TAYLOR, I., MCINTOSH, PEARCE,-estaban decididos a trasladar las enseñanzas de MARX al campo de la desviación .

De esta crisis y división surgieron por lo menos tres tendencias:

a) Los autores más radicales y anarquistas, darían un paso adelante en las críticas al sistema penal y formularían el abolicionismo penal.

b) Algunos de los simpatizantes de la criminología crítica, sobre todo los de formación jurídica, empezarían a elaborar el llamado minimalismo, derecho penal mínimo o Garantismo .

c) Algunos marxistas como se dijo, se autocriticarían por su idealismo y utopismo y formularían el realismo de izquierda .

Podemos decir que el realismo de izquierda, más que una teoría criminológica, representa un programa con fines electorales, aun cuando con la pretensión de representar una explicación de la criminalidad, y sobre todo, una propuesta de política criminal que defendiera los intereses de las clases populares. En su horizonte teórico político, consideran que son dos, básicamente, sus oponentes: por un lado la criminología crítica a la cual habían contribuido a formular en gran medida los ahora realistas de izquierda y lo que llamaron, esos mismos realistas de izquierda, realismo de derecha, que se identificaba, inmediatamente, con las campañas de ley y orden promovidas por los gobiernos conservadores de Estados Unidos y Gran Bretaña, pero que realmente son viejos ideales para el control de la criminalidad, muchos de ellos ya presentes en el positivismo criminológico. Debido probablemente a eso mismo, los realistas de izquierda, por pretender volverse alternativa de poder, retomarían muchos de esos postulados positivistas, pues como veíamos en su momento, son explicaciones sencillas de la criminalidad, que además gozan de una gran aceptación popular. En resumen, más que una nueva teoría criminológica, el realismo de izquierda es, en principio, una reacción contra las campañas de ley y orden y una autocrítico de los criminólogos críticos de orientación marxistas .

10.5. Algunos factores sociales y políticos

Entre los factores políticos, sociales y económicos que tuvieron incidencia en el surgimiento del realismo criminológico, se pueden mencionar los siguientes:

1. Termina la guerra de Vietnam y pasa a un segundo plano, por lo menos provisionalmente, la lucha contra el imperialismo.

2. Pierde fuerza la efervescencia política surgida a raíz de Mayo del 68 y en general se apaga la “locura” de los años sesenta.

3. Asunción de gobiernos conservadores, inicialmente en Inglaterra y luego Estados Unidos .

4. Surgimiento de muchos grupos terroristas en Europa y la respuesta represiva que le dieron los gobiernos. .

5. La crisis petrolera de 1973.

6. El surgimiento de las doctrinas neoliberales en el campo económico y neoconservadoras en los campos político y sociales.

La década de los setenta se va a caracterizar por una reacción política frente a lo que se consideró los excesos y libertinaje de los años sesentas (hippies, drogas, sexo, etc.) aunada a una gran crisis económica producida por el alza desmesurada en los precios del petróleo. Hay que recordar que ya desde 1968, llegó a la presidencia de los Estados Unidos, RICHARD NIXON, un conservador quien va a ser el primero en formular la guerra contra las drogas, considerando que éstas constituyen una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos. En Inglaterra gana las elecciones Margaret Thatcher en 1979, con un programa de mano dura en el orden público (ley y orden) y de privatizaciones en el campo económico y que de alguna manera se considera el símbolo de la llegada al gobierno del neoliberalismo.

Como respuesta a la crisis económica, -que fue acelerada por el alto precio del petróleo-, se empieza a consolidar la tesis del adelgazamiento del Estado, la privatización de las empresas estatales, inclusive la venta de algunos recursos naturales al sector privado y el traslado de muchos de los servicios que prestaba el Estado, al mercado.

Como es conocido, la crisis económico-energética internacional de 1973 fue una crisis de oferta. Pero los costes crecieron no sólo porque aumentó el precio del petróleo sino porque el capital se negó a continuar produciendo y, en consecuencia, a invertir, mientras no cambiaran las políticas social, económica y laboral del estado social. Para el capital, las políticas de pleno empleo, seguridad y bienestar social habían actuado como caldo de cultivo para el surgimiento de movimientos sociales con nuevas demandas. El capital quería volver a establecer mecanismos reguladores del trabajo y a disciplinar a los trabajadores. La crisis del Estado social surgió, por tanto, de la ruptura del “compromiso político” establecido entre los trabajadores y el capital .

Este modelo neoliberal, al abandonar gran parte de las conquistas del estado de bienestar, iba a producir una situación social muy problemática, que tuvo una respuesta punitiva muy fuerte, manifestada, entre otras cosas, en un incremento considerable de la población carcelaria. Para muchos, que aún conservaban aires de críticas, el mismo sistema era criminógeno.

Este modelo social posee, entonces, un elevado carácter criminógeno que, sin perjuicio de cuanto se dirá más adelante, aflora por ahora en los términos siguientes: incrementando la desigualdad y la concentrada privación económica; erosionando la capacidad de las comunidades locales para brindar apoyo informal, contención social y una provisión mutua (así como una efectiva socialización de los jóvenes); apremiando y fragmentando a la familia; retirando el suministro público de servicios básicos (que pasarán a venderse en el mercado privado); magnificando una cultura de competencia darwiniana por la condición social y los recursos .

Todo esto significó un replanteamiento en la política criminal y en las políticas de control social. Las políticas de mano dura “ley y orden”, tuvieron una gran aceptación social y catapultaron muchos gobiernos conservadores (neoliberales), que ofrecieron en las campañas electorales, propuestas de mano dura frente a la delincuencia. Es por esto que algunos criminólogos críticos ingleses, modifican sustancialmente sus puntos de vista, con miras a ofrecer un programa atractivo para que el partido laboralista pudieran recuperar el electorado: “Ningún partido socialista tiene la menor posibilidad de asegurarse el apoyo de los pobres si no tiene una política sobre el delito, una política que reconozca tanto que las raíces del delito se encuentran en las contradicciones del sistema capitalista como que es necesario enfrentarlo sin recurrir al Estado autoritario de los conservadores” .

10.6. Las críticas a la criminología crítica.

La criminología crítica, con su arsenal teórico y su actitud política, era poco adecuada para ofrecerla como plataforma política en un momento político de gran reacción conservadora. Su ingrediente crítico (todo está mal y cuando el Estado interviene tiende a empeorar las cosas ), que era una consigna casi explícita de la criminología crítica y en todo caso heredada de la reacción social, no parecía adecuada para usarla en un debate político frente a una comunidad que consideraba que uno de los grandes problemas era el aumento creciente de la delincuencia y que frente a ésta había que reaccionar con dureza. Por eso resultaba apenas obvio, que si los autores de la criminología crítica, querían volverse políticamente pertinentes, requerían modificar profundamente sus postulados para hacerlos atractivos al electorado.

Por eso es explicable que la Criminología Crítica recibió grandes “críticas” por parte de quienes la habían expuesto, hacía pocos años; una de las más acérrimas giró en torno a que la Criminología Critica permitió ampliar el objeto de estudio hacia los mecanismos de control social formal –policía, jueces, cárcel, etc.-, cómo también

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