Los problemas de la educación en Мéxico

La educación en México se topa con un sin fin de retos y objetivos, de os cuales los más destacados y sonados entre la sociedad mexicana están el lograr la competitividad, la calidad, la cobertura y la equidad, derivándose de éstos tres prioridades en política o mención educativa: la autonomía escolar, la rendición de cuentas y nuevas formas de enseñar y aprender.

Mismos retos y prioridades, que involucran directamente y de manera estratégica la actuación docente, siendo el personaje titular que hace girar el conocimiento para que se consolide en sus aprendices.

Aun aceptando que la educación es un proceso de autoconstrucción en donde cada individuo desarrolla sus potencialidades, se debe señalar y priorizar la función del docente como el modulador del sistema.

No obstante los importantes esfuerzos que se han realizado por diferentes actores sociales para mejorar nuestra educación en un entorno masificado, es un hecho que la tarea nunca culmina, hoy en día además de ampliar la cobertura se trata de atender la calidad del servicio que se ofrece, una cuestión que consiste en la necesidad de mejorar sustancialmente la formación de nuestros docentes.

Se podría decir que una de las principales preocupaciones de los precursores de la educación en nuestro País y presente ahora mismo en las autoridades educativas, es el dar respuesta plena a la creciente demanda de servicios educativos.

Actualmente, sin que haya desaparecido del todo ese interés por llegar a la cobertura total de servicios educativos, emerge reclamando la relevancia que siempre tuvo y que había permanecido latente: el reto de la calidad del servicio que se ofrece; la pregunta es ¿cómo lograr que la educación a la que se está dando acceso a la población sea la que realmente posibilite su desarrollo y se traduzca y manifieste en mejora de su condición de vida?.

Componente de la respuesta a este cuestionamiento, está en atender de manera estratégica la formación de los profesores.

No sólo de los que se incorporarán en el futuro a las aulas, o los que contando con educación pedagógica requieren de actualización, sino de aquellos que sin contar con los elementos necesarios para realizar una práctica educativa trascendente, se encuentran actualmente frente a grupo.

El rol profesional implica que el docente tiene una formación de nivel superior que lo capacita para conectarse permanentemente con el saber pedagógico acumulado, para diagnosticar los problemas de aprendizaje de sus alumnos y las necesidades educativas de su entorno. Resulta indudable que es función del maestro brindar la información necesaria para que los niños avancen en la construcción del conocimiento. La única información que el maestro no dará, precisamente porque se trata de que los alumnos construyan su conocimiento, es aquella que con la que se corre el riesgo

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