MI REFLEXIÓN

Mi Reflexión y mi inesperada decisión

Querida Universidad, cómo agradezco a la vida estos 20 años de desempeño laboral hermoso, con entrega a todo dar y con las recompensas diarias disfrutando en cada una de las clases a mis amados alumnos de la UBB.

 Hasta que llegó un tiempo distinto, donde igual disfrutaba escuchar esa juventud al otro lado de una máquina, pero ya sin verlos, sin poder leer en sus expresiones lo que yo siempre traté de leer, ¿entendieron?, ¿no entendieron?

Sin embargo, sí pude sentir una voluntad multiplicada por mucho en mis alumnos de Ingeniería Eléctrica, a quienes identifico porque ellos fueron mis últimos alumnos de esta amada casa de estudio, atentos por ayudar o dar indicaciones tecnológicas ante situaciones que ellos dominan más que uno.

¡Cómo aprendí de estos lindos muchachos!

Pero en estos tiempos de trabajo distinto, tenía muchas horas de clases. Mis días sin dormir, el estar siempre pegada al PC, el no funcionamiento de mi impresora justo en esos momentos, todo se sumó, y un día se me provocó una crisis de angustia que me superó. Con dolor en el alma por dejar lo que tanto amaba, recomendada por la doctora que me atendió, hice caso a su sugerencia: “Por salud usted debe bajar su carga laboral” y, como ya estaba pronta a jubilar, con una sensación que no imaginaba, me acogí al retiro en esta querida casa de estudio. El despegue no ha sido fácil, pero la salud sobre todo en estos tiempos, no la podemos no priorizar.

Por respeto a estos lindos muchachos, que atendía en mi docencia, con mucha pena decidí despedirme y desearles lo mejor en la vida.  Los correos de agradecimiento que me llegaban emocionaban y se multiplicaban, lo que de alguna manera me indica que algo de mí quedó en ellos.

Nunca imaginé terminar de esta manera mi vida laboral en la universidad del Bio Bio, pero la vida es igual hermosa. Ahora estoy tratando de encontrar otra forma de disfrutarla, recordando por siempre lo linda que es, esta juventud que cada año llega a la universidad; ansiosa de aprender, ansiosa de formación y que a veces como profesores no logramos recoger tanta belleza que traen.

 Amé a todos mis alumnos, disfruté siempre mi trabajo con cada joven que pasó por mis aulas, y traté de entregar mi enseñanza de forma tal, que en ellos se internalizara de la mejor manera posible las matemáticas y la solidaridad del trabajo compartido.  Solo decir en mi última reflexión que no dejemos de amar la juventud, para ellos el camino ha sido muy distinto, en su andar muchas veces van muy solos, pero igual son lindas personas, y mucho depende de nosotros, los profesores, que ellos puedan florecer y dar sus mejores frutos a la sociedad que tanto les necesita.

Y como siempre dije a mis estudiantes: “Más que perfectos matemáticos, se necesitan buenas personas que sepan entregar lo que dominan con sabiduría y humanidad”.

 A todos mis estudiantes.

 Gracias muchísimas gracias por enseñarme a ver en ustedes la bellísima personas que yo ví

                              fue un inmenso gusto estar en sus caminos.

   Con Mucho cariño una Ex profesora de la Universidad del Bio Bio

                            Ana María Tapia Tiznado

...