Reflexión de Martes con mi profesor

Universidad de Navarra

1 grado de Nutrición humana

Antropología

Xin Hui Ju Li (Shenny)                                     Pamplona 8 de septiembre 2019

Reflexión de Martes con mi profesor

La vida del ser humano es como un tren, en donde tu eres el conductor, donde agarras el timón para irte a distintos destinos. En las paradas de cada destino subirán y bajarán del tren distintas personas que formarán parte de tu vida y de paso cada persona te enseñará distintos valores, culturas, lugares y emociones. La obra de Mitch Albom, Martes con mi viejo profesor, nos da un viaje por la vida y de sus distintos paisajes.  En como la vida tiene su belleza y retos, y del como este profesor Morrie ilumina a Mitch (y a sus lectores) sobre los pequeños factores de la vida que damos por sentado. El libro nos presenta distintas ramas de la vida y de como nosotros, la generación del famoso siglo XXI parecemos sonámbulos, en donde estamos cegados por el mundo material en donde dejamos la esencia humana, el comportamiento natural atrás.

Esta idea del profesor fue lo que realmente me llamo la atención, porque concuerdo mucho con esa idea. Porque vivo en este siglo y soy una joven que nació en los 2000 y es lo que le esta pasando a las personas de mi mundo y entrando aún más específico, a las personas de mi cultura, (no porque quiera llamarle viejo a usted mi profesor). Hoy en día, las personas toman fácilmente una vida monótona ¿y todo para qué? Todo por una simple ambición, el dinero. Sin darnos cuenta las personas de mi cultura estamos en busca del dinero, porque es la clave en donde podremos obtener otros recursos, sin el dinero no podremos obtener nada, no tendríamos cómo financiar nuestra, educación, la alimentación, el hogar, la fama en ciertos casos, incluso algunos lujos que nos permitimos en algún momento. De cierta manera somos esclavos del dinero, trabajamos tan duro por ello que se nos olvida la esencia de la vida. Nos olvidamos que es una gran maravilla el poder respirar, se nos olvida que tenemos ese gran don de poder pensar y expresar de una manera tan bella nuestros pensamientos, se nos escapa también que estamos rodeados de la naturaleza y de lo bello que es. También de vez en cuando se nos olvida el cómo amar. Por lo tanto, estamos cegados, y encima de todo estamos moldeando nuestra vida para que nos convirtamos en máquinas.

Ahora nos estamos convirtiendo en máquinas, y las maquinas también van por niveles, dependiendo de cómo manejamos nuestro dinero tenemos ese “mini upgrade”. Nos convertimos en maquinas con distintas clases, está la clase alta, media y baja, y es en donde nos dividimos en grupos, y empezamos a juzgar y a discriminar o incluso a pelear entre nosotros. Tenemos esta ridícula idea que el dinero lo puede comprar todo. En donde llegamos a un punto en donde nos dividimos entre clases sociales, y perdemos en cierto caso el contacto de distintas culturas (personas). Perdemos el sentido de conocer porque a parte de estar dividido en un grupo socioeconómico  también estamos ocupados con nuestras vidas que olvidamos también el sentir. El amar a las personas, el sentir empatía con ellos, el no tener que pretender lo que uno no es para agradar o sentirse de cierta manera superior, entre otras circunstancias.

De cierta manera siento que mi generación vive muy superficial, porque tratamos de encajar en una sociedad, y estamos perdidos, no sabemos lo que queremos que al final del día nos guiamos en relaciones superficiales. En donde todo se da por in interés y apoyo. Ponemos en top relevancia a los amigos que nos olvidamos de nuestros padres, de nuestra familia. Porque queremos hacer algo divertido y emocionante con nuestras vidas que en ciertos casos significa ir al club para emborracharnos, encima de todo le metemos todo tipo de veneno y a eso le llamamos vida tristemente. De cierta manera dejamos de amarnos a nosotros mismos, porque le ponemos peso a lo que no tiene relevancia e ignoramos lo que realmente importa en nuestras vidas, y de pronto dejamos de vivir por uno mismo, y vivimos por la sociedad. Cuando se nos pasa esta etapa de niños mimados y perdidos, nos anotamos es estudiar porque a las empresas les interesa que tengas un pedazo de cartón con medallas que tu verdadero conocimiento. A consecuencia de ello empiezan a trabajar y ganan ese dinero para invertirlo en felicidad instantánea, hasta que en el ultimo momento de das cuenta de que te has gastado el tiempo de tus vidas como si fueras una máquina, en algo tan vacío.

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