MINERIA ILEGAL

MALAS PRÁCTICAS MINERAS EN COLOMBIA

INTRODUCCIÓN

La minería en pequeña escala, tradicional y de hecho ha sido reconocida por distintos instrumentos internacionales como un tipo de producción que tiene profundas raíces históricas y sociales y que está asentado en la cultura y la economía de América Latina, según los cuales debe considerarse como una forma de erradicación de la pobreza de un gran número de personas que habitan en zonas rurales; los gobiernos que toman medidas para crear un entorno más propicio para los mineros, aumentan también el acceso de la población a una red de seguridad de los ingresos y generan capacidad para liberarse de la pobreza en zonas con altos índices de necesidades básicas insatisfechas. A nivel interno, la legislación minera también reconoce a los mineros de hecho y tradicionales, permite la incorporación de sus actividades a la legalidad y exige de las autoridades la promoción y asesoría de esta clase de mineros para lograr su legalización No obstante, de un tiempo para acá la mecanización esta actividad, su clandestinidad, el escaso control de las autoridades, la situación de orden público y el uso desaforado de insumos químicos como el cianuro y el mercurio (en el caso de la minería de oro) han traído nefastas consecuencias para los ecosistemas, con una agravio especial para los recursos hídricos, que ha convertido a la minería de hecho en el problema más sensible desde el punto de vista del impacto ambiental que tiene hoy en día el país.

La minería ilegal es la desarrollada sin estar inscrita en el Registro Minero Nacional y, por lo tanto, sin título minero. También incluye trabajos y obras de exploración sin título minero así como la minería amparada por un título minero, cuya extracción, o parte de ella, se realiza por fuera del área otorgada en la licencia.

JUSTIFICACIÓN

La minería ilegal, se refiere a los mineros que ejercen la actividad sin el correspondiente registro minero, pero que se diferencia de las anteriores en que debe cumplir con dos requisitos para que los mineros de hecho que lleven cierto tiempo realizando esta actividad tengan la posibilidad de legalizar su trabajo Este tipo de minería en Colombia involucra un grupo heterogéneo de comunidades que van desde campesinos, indígenas, afrocolombianos, colonos y empresarios informales, hasta grupos al margen de la ley. En muchos casos, los mineros tienen el título legal de propiedad de la tierra en que trabajan, o

Laboran en sitios que tradicionalmente han habitado, y en otros trabajan la tierra informalmente y son considerados ocupantes ilegales por las autoridades locales y el Estado. En su mayoría, estas personas no cuentan con las autorizaciones o permisos exigidos por las autoridades mineras o ambientales.

Legalizar una actividad minera, para los pequeños mineros puede ser un proceso tortuoso y de alto costo en tiempo y dinero, frente a las ventajas limitadas que ofrece. Además, en las áreas remotas donde trabajan, el Gobierno nacional y las autoridades territoriales generalmente carecen de capacidad para regular, controlar o apoyar estas actividades distantes. Sin embargo, en muchos casos el Gobierno ha optado por no reconocer las actividades de los pequeños mineros de hecho, hasta el punto de perseguirlos y aplicarles prohibiciones, tal como lo denuncian los mineros del municipio de Ayapel del departamento de Córdoba y del Bajo Cauca antioqueño. Esto sucede, de igual manera, si los derechos a las tierras no son reconocidos o si los costos de salud, seguridad, ambientales y sociales de estas actividades son considerados demasiado altos con respecto a los beneficios.

Por medio de este trabajo abordaremos el tema de la minería Ilegal en Colombia

Desarrollo

Son muchas los problemas y los comentarios que a diario se dan con relación a este tema de la minería y sus malas prácticas.

Pero en este problema siempre se busca a un culpable, y no es el (gobierno ni las grandes corporaciones mineras internacionales), si no nuestros campesinos y en una gran parte las pocas empresas mineras del país, que por falta de garantías, por parte del estado para poder explotar, y falta de las concepciones mineras se ven en la obligación de entrar a la informalidad y crear así un problema social y ambiental.

Podemos empezar hablando de los títulos mineros y las concepciones mineras, que en nuestro país se manejan de una forma irregular y en ocasiones en búsqueda de un beneficio propio adquiriendo dividendo de estos trámites, los cuales en su gran mayoría están ya dados en concepción a empresas multinacionales, las cuales por su gran potencial económico influyen y son temidos en cuenta en las reparticiones de las concepciones mineras.

Estos actos, acarrean el desplazamiento de las mineras ilegales los cuales se ven obligados a tomar otras zonas en lo profundo de la selva o de los montes provocando esto, un trabajo informal, el cual carece de medidas ambientales y pone en riesgo el ecosistema natural y el equilibrio de las cuencas hídricas, por consiguiente en este país prevalece el interés del estado por favorecer a las grandes multinacionales mineras, y no por permitir un desarrollo minero sostenible de las mismas minerías regionales las cuales desde hace muchos años han estado trabajando en estas regiones. Y es la poca intervención del estado y su falta de compromiso en darles garantías de sostenibilidad, y capacitación. Que lo único que encuentra es crear un complot para desterrarlos de estas regiones y crear normas inalcanzables que por su falta de organización y de recursos económico se les hace imposible alcanzar y cumplirlas, lo que a laves los hace ser incompetente en el mercado nacional e internacional, ganándose estos espacios las grandes corporaciones.

Es fundamental que el estado realice una intervención de choque, pero no buscando la salida más fácil, sino buscando mecanismos de concertación que le permita al estado tener un control de las minas y una capacitación constante de los procesos mineros en los cuales se les dé a conocer el peligro de las sustancias químicas como el mercurio el cianuro que ellos manejan, y que la mayoría de veces son arrojados a los ríos provocando esto daños irreparables a los ecosistemas. Y a las zonas naturales que en muchas ocasiones se convierten en zonas no productivas y desérticas que lo que aumentan es los problemas ambientales y de deforestación.

Otra

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