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Malditas Matematicas


Enviado por   •  28 de Mayo de 2013  •  922 Palabras (4 Páginas)  •  489 Visitas

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Malditas matemáticas. Alicia en el País de los números

Carlo Frabetti

Alfaguara

"Alicia detesta las matemáticas y considera que no sirven para nada. Un día, mientras está estudiando en el parque, un extraño individuo la invita a dar una vuelta por el País de los Números. Lewis Carroll, el autor de Alicia en el País de las Maravillas, resultará ser su acompañante y en su fantástico viaje se enfrentarán al mosntruo del alberinto, cruzarán un desierto de granos de trigo, se adentrarán en un bosque de números arborescentes, tomarán el té con el Sombrero Loco...

Las matemáticas no sirven para nada

Alicia estaba sentada en un banco del parque que había al lado de su casa, con un libro y un cuaderno en el regazo y un bolígrafo en la mano. Lucía un sol espléndido y los pájaros alegraban la mañana con sus trinos, pero la niña estaba de mal humor. Tenía que hacer los deberes.

- ¡ Malditas matemáticas! ¿Por qué tengo que perder el tiempo con estas ridículas cuentas en vez de jugar o leer un buen libro de aventuras? – se quejó en voz alta -. ¡Las matemáticas no sirven para nada!

Como si su exclamación hubiera sido un conjuro mágico, de detrás de unos matorrales que había junto al banco en el que estaba sentada salió un curioso personaje: era un individuo larguirucho, de rostro melancólico y vestido a la antigua; parecía recién salido de una ilustración de un viejo libro de Dickens que había en casa de la abuela, pensó Alicia.

- ¿He oído bien, jovencita? ¿Acabas de decir que las matemáticas no sirven para nada? – preguntó entonces el hombre con expresión preocupada.

- Pues sí, eso he dicho. ¿Y tú quién eres? No serás uno de esos individuos que molestan a las niñas en los parques…

- Depende de lo que se entienda por molestar. Si las matemáticas te disgustan tanto como parecen indicar tus absurdas quejas, tal vez te moleste la presencia de un matemático.

-¿Eres un matemático? Más bien pareces uno de esos poetas que van por ahí deshojando margaritas.

- Es que también soy poeta.

- A ver, recítame un poema.

- Luego, tal vez. Cuando uno se encuentra con una niña testaruda que dice que las matemáticas no sirven para nada, lo primero que tiene que hacer es sacarla de su error.

- ¡Yo no soy una niña testaruda! – protestó Alicia-. ¡Yo no voy a dejar que me hables de mates!

- Es una actitud absurda, teniendo en cuenta lo mucho que te interesan los números.

-¿A mí? ¡Qué risa! No me interesan ni un poquito así – replicó ella juntando las yemas del índice y el pulgar hasta casi tocarse -. No sé nada de mates, ni ganas.

- Te equivocas. Sabes más de lo que crees. Por ejemplo, ¿cuántos años tienes?

- Once.

-¿ Y cuántos tenías el año pasado?

- Vaya pregunta más tonta: diez, evidentemente.

- ¿Lo ves?

...

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