Maneja Los Celos
fed4r18 de Octubre de 2014
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APRENDER A MANEJAR
LOS CELOS
MANUAL PRÁCTICO
Basado en las Investigaciones de Ayala Malach Pines
Los celos, ¿dónde está el límite?
¿El monstruo de ojos verdes o la sombra del amor?
¡Oh, cuídese, mi señor de los celos! Son el monstruo de ojos verdes, que se burla de la carne de la que se alimenta.
SHAKESPEARE, OTELO
Aquel que no está celoso no está enamorado.
SAN AGUSTÍN
Los celos son el dragón del paraíso: el infierno del cielo: y la más amarga de las emociones porque está asociada con la más dulce.
A. R. ORAGE, ON LOVE
"Me encontré agazapado en los arbustos siguiendo con la vista cada uno de los movimientos que se traslucían a través de las cortinas de la ventana de su habitación iluminada. Sabía que su novio estaba allí y esa certeza me provocaba un dolor insoportable. Era una fría noche de invierno, y de vez en cuando lloviznaba. Me dije a mí mismo: 'Sé que soy un adulto sano, responsable y controlado. ¿Qué es lo que me está pasando? ¿Me he vuelto totalmente loco?'. Y sin embargo seguí agazapado en esos arbustos durante horas. No me fui de allí hasta que las luces de la habitación se apagaron. Algo más fuerte que yo me mantuvo hipnotizado, con la vista fija en la luz y en ella. Nunca en mi vida me sentí tan cerca de la locura."
"Aunque sabía que nuestra relación estaba terminada todavía experimentaba sentimientos muy fuertes por él. Un día lo vi en la tienda a la que solíamos ir a hacer las compras cuando vivíamos juntos. Estaba con una rubia platinada tipo Los Ángeles, de ésas que se pasan horas eligiendo su atuendo. Estaba maquillada a la perfección y cada pelo de su cabeza estaba donde debía estar. Yo sabía que mi aspecto era el de una vagabunda, tenía la nariz congestionada por un resfrío, y el pelo grasoso y sin lavar. Creo que simplemente enloquecí. Fui hasta él, le di un rodillazo en las pelotas, le rompí el sombrero que tenía en la mano y salí corriendo. Me metí en su auto -que por alguna razón había quedado abierto- y comencé a llorar sin poder contenerme. Nunca había llorado de esa manera en mi vida. Pensé que estaba perdiendo la cabeza."
El hombre del primer párrafo y la mujer del segundo describen experiencias intensas que tienen varias cosas en común. Son experiencias extremas y no habituales, entrañan una pérdida de control y desembocan en la sensación de estar volviéndose loco. Estos son, justamente, tres rasgos característicos de los celos.
¿Qué son los celos sentimentales?
La palabra celos deriva del término griego zelos, que significa emulación, celo y celos, y denota intensidad en los sentimientos.
Esta guía no está dedicado a los celos en general, sino a los celos sentimentales: los que aparecen en el contexto de una relación sentimental.
La expresión "celos sentimentales" significa cosas diferentes para las diferentes personas. Evoca una variedad de imágenes, explicaciones y definiciones. Veamos algunos ejemplos.
"Son una emoción difícil de controlar que es producto del temor a perder una persona importante a manos de alguna otra persona."
"Es lo que se siente cuando uno teme estar perdiendo una relación importante."
"Es el sentimiento de estar siendo traicionado por alguien en quien uno confía."
"Es cuando algún otro mira a una persona que yo amo de la manera que yo la miro."
"Es cuando uno está inseguro de su relación o de sí mismo, y siente que no es lo bastante hombre."
"Cuando amas a alguien pero el amor que sentían por ti ha desaparecido."
A LOS CELOS
¡Oh niebla del estado más sereno,
Furia infernal, serpiente mal nacida!
¡Oh ponzoñosa víbora escondida
De verde prado en oloroso seno!
¡Oh entre el néctar de Amor mortal veneno,
Que en vaso de cristal quitas la vida!
¡Oh espada sobre mí de un pelo asida,
De la amorosa espuela duro freno!
¡Oh celo, del favor verdugo eterno!,
Vuélvete al lugar triste donde estabas,
O al reino (si allá cabes) del espanto;
Mas no cabrás allá, que pues ha tanto
Que comes de ti mesmo y no te acabas,
Mayor debes de ser que el mismo infierno.
Luis de Góngora y Argote, 1582
¿Cuál es su definición personal de los celos sentimentales?
He planteado esta pregunta a casi mil personas y recibí tantas definiciones como personas interrogué. Las definiciones personales que acabo de transcribir, por ejemplo, fueron propuestas por reclusos que cumplían condenas de prisión por haber cometido crímenes relacionados con los celos.
Es evidente que no podemos dar por sentado sin más que todo el mundo sabe lo que son los celos; por eso, me gustaría aportar la siguiente definición: Los celos son una respuesta a lo que se percibe como una amenaza que se cierne sobre una relación considerada valiosa o sobre su calidad.
Los celos son una respuesta compleja que tiene componentes internos y externos. El componente interno de los celos incluye ciertas emociones, pensamientos y síntomas físicos que a menudo no son visibles para el mundo externo.
Las emociones asociadas con los celos pueden incluir dolor, ira, rabia, envidia, tristeza, miedo, pena y humillación. Los pensamientos asociados con los celos pueden incluir re sentimiento ("¿Cómo pudiste haberme mentido así?"), autoincriminación ("¿Cómo pude haber sido tan ciego, tan estúpido, tan confiado?"), comparación con el rival ("No soy tan atractiva, seductora, inteligente, exitosa."), preocupación por la propia imagen ante los demás ("Todo el mundo sabe y se ríe de mí."), o auto-conmiseración ("Estoy completamente solo en el mundo, nadie me ama.") Entre los síntomas físicos asociados con los celos se puede mencionar la afluencia de sangre a la cabeza, manos que tiemblan y transpiran, dificultades para respirar, retortijones de estómago, sensación de desvanecimiento, taquicardia, y problemas para conciliar el sueño o para dormir.
El componente externo de los celos es más claramente visible para el mundo externo y se expresa en distintos tipos de comportamientos: por ejemplo, hablar abiertamente del problema, gritar, llorar, esforzarse por ignorar el tema, usar el humor, tomar represalias, dejar a la otra persona o recurrir a la violencia.
El hecho de que en los celos se pueda distinguir tanto un componente interno como un componente externo tiene mucha importancia para el modo de hacerles frente. Aun cuando podamos modificar en cierta medida el componente interno, tenemos un control relativamente pobre sobre él, especialmente en lo tocante a nuestras respuestas emocionales y físicas: "Me gustaría mostrarme sereno y racional, pero el dolor es demasiado grande". "Estaba ahí de pie como un idiota, ruborizado, y no podía hacer nada para evitarlo." De alguna manera tenemos más control sobre nuestros pensamientos. En realidad, la premisa de la teoría cognitiva, de la que hablaremos más adelante, es que podemos cambiar nuestros sentimientos cambiando nuestros pensamientos.
Tenemos mucho más control sobre el componente ex terno de los celos que sobre el interno. No siempre nos damos cuenta de esto (y aun cuando nos demos cuenta no siempre queremos admitirlo), pero podemos decidir hablar sobre nuestros sentimientos, reímos de todo el asunto, abrir nuestros corazones, sufrir en silencio y secretamente o en voz alta y visiblemente, dejamos arrebatar por la ira, salirnos de la relación, inspirarle celos a nuestro compañero o romper platos.
Volveremos a este punto más adelante, durante la discusión de las diversas técnicas para hacer frente a los celos. Por ahora, baste decir que si usted se está sintiendo abrumado por los celos conviene que recuerde que si bien no estamos en condiciones de controlar completamente lo que sentimos cuando estamos celosos, al cambiar nuestros pensamientos podemos evitar que ese complejo de sentimientos nos controle a nosotros. Más aún, tenemos un control significativo sobre lo que decidimos hacer con respecto a nuestros celos.
La respuesta celosa se desencadena cuando se percibe una amenaza a una relación. La amenaza percibida puede ser real o imaginada, del mismo modo que la relación misma puede ser real o imaginada. Si un hombre piensa que su es posa está interesada en otros hombres, aun en el caso de que la amenaza sea producto de su propia imaginación desatada, va a responder poniéndose intensamente celoso. (Volveremos a este ejemplo cuando analicemos los celos normales y los anormales.) Por otra parte, si una mujer tiene una relación estrecha con otro hombre pero el esposo se siente seguro en su matrimonio y no se considera amenazado por esa amistad, no es probable que responda poniéndose celoso.
Una pareja con la que trabajé hace poco representa un buen ejemplo de cómo los celos pueden aparecer como respuesta a una amenaza imaginada. El esposo, un hombre de aspecto común y corriente que se casó con una mujer muy hermosa trece años menor que él, estaba convencido de que todos los hombres que miraban a su esposa la deseaban. Como no se sentía seguro de su propio atractivo, cada vez que ella salía de la casa lo asaltaba el terror de que conociera a algún otro hombre y lo dejara. Su esposa le era fiel y estaba comprometida con su matrimonio; cuan do se conocieron a ella le encantó el hecho de que él la pusiera en un pedestal,
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