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Mary Anderson


Enviado por   •  29 de Agosto de 2013  •  1.906 Palabras (8 Páginas)  •  224 Visitas

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Mary Anderson (1866-1953)

Esta mujer fue una empresaria desde su juventud. Hoy en día la llamarían emprendedora tanto por su iniciativa y su empuje para crear empresas, como por su capacidad inventiva y originalidad. Mary fue la inventora del limpiaparabrisas.

Mary Anderson nació en Alabama en 1866, cuando el sur de Estados Unidos inicia la reconstrucción al finalizar la guerra civil. En 1889 se traslada con su madre y su hermana a la floreciente ciudad de Birmingham. Parece ser que allí las cosas les fueron bien como empresarias de la construcción. En 1898 Anderson se traslada a California donde se compra un rancho que le va a permitir dedicarse al negocio de la ganaderia y de los vinos.

Pero en 1902 tuvo que marchar a Birmingham, debía cuidar a una excéntrica tía suya que había enfermado, y que había metido en su habitación 17 grandes y pesados troncos de madera. Cuando la tía murió dentro de los troncos aparecieron joyas y oro, que dejaron a la familia en una situación financiera inmejorable. Mary aprovechó la ocasion para hacer un viaje de placer con los amigos.

En 1903, mientras viajaba en tranvía, observó como el conductor debía bajar constantemente a limpiar la nieve y el hielo que caía en los cristales. Mary había pensado varias soluciones sin dar con ninguna que le pareciera satisfactoria. Pero finalmente tuvo una idea que apuntó en su libreta de bocetos. Se le ocurrió un brazo giratorio con una lámina de caucho que el conductor podía accionar a través de una palanca. El limpiaparabrisas windsheld se convirtió en el equipo estándar de todos los coches de 1916.

HISTORIAS: LA NORTEAMERICA MARY ANDERSON PATENTO ESTE DISPOSITIVO PARA EL AUTO EN 1905

Una mujer inventó hace 100 años el limpiaparabrisas

Por aquellos años creían que provocaría distracciones y hasta accidentes de tránsito.

María Silvina Ortega

Mary Anderson parece ser el personaje olvidado de la historia mundial del automóvil, ausente en la mayoría de las recopilaciones que intentaron reconstruirla. La prueba está en que recién en los últimos años diversas investigaciones vinculadas a las mujeres inventoras han revelado esta historia tan particular. La de una norteamericana que creó el limpiaparabrisas cuando ni siquiera los autos eran populares.

Fue noticia en un contexto histórico liderado por las luchas feministas para lograr el derecho al voto y las primeras incursiones de las mujeres en las universidades americanas y británicas.

Sin proponérselo empezó a formar parte del selecto grupo de "transgresoras" que pudieron terminar definitivamente con la medida que obligaba a las mujeres a registrar sus creaciones a nombre de sus esposos, padres o hermanos.

La escritora inglesa Deborah Jaffe en su libro "Ingenious Women" revela otro impacto de su personalidad: haber creado ni más ni menos que una pieza de un auto (algo que supuestamente debería haberlo hecho un hombre), cuando recién Henry Ford bosquejaba su Ford T para fabricarlo en serie.

Aunque no le fue fácil patentar su idea, finalmente lo logró en 1905. Hoy es considerada la única mujer en crear un dispositivo que se volvería indispensable en la fabricación de automóviles.

Un viaje a la inventiva

Como sucede con casi todos los inventos, Anderson se topó con el limpiaparabrisas por un evento casual.

Todo comenzó un día de invierno de 1903 cuando Mary, que vivía en Alabama (Estados Unidos), decidió tomarse un tiempo para recorrer New York. Tomó el tranvía y notó que en todo el recorrido el motorman debía detenerse y salir continuamente a limpiar la suciedad, el agua y el hielo que se impregnaban en el parabrisas. Eso hacía perder tiempo a todos, al propio motorman y a los viajeros.

Las investigaciones mencionan que Mary se quedó pensando en la imagen de ese conductor bajando de su máquina, escenas que volvió a notar también en los contados autos con vidrio en la Gran Manzana. Un día después del primer paseo bosquejó un diagrama del dispositivo de barrido elemental. Y de regreso a Alabama, empezó a idearlo.

Según el informe sobre mujeres inventoras del Instituto de Filosofía de Madrid, consiguió una lámina de goma resistente y la unió a un brazo metálico por medio de resortes. Ingenió una conexión para poder accionarlo desde el interior mediante una palanca. Cuando ésta fuera tirada, las láminas se desplazarían a través del vidrio una y otra vez hasta la posición original, como sucede con los actuales más convencionales, aunque la diferencia se basa en la ubicación y el número de brazos. Su sistema tenía un único brazo sostenido en la parte superior y en el centro del cristal.

Luego de hacer varios diseños preliminares, ella misma lo probó, pero no en un auto sino en un tranvía.

Le llevó casi dos años convencerse de registrar esta idea mientras seguía con sus pruebas en los vehículos. Sobre todo cuando se vio abrumada por las advertencias de sus allegados y los rechazos categóricos de "supuestos especialistas" de la incipiente industria automotriz, que profetizaban que el movimiento de los limpiaparabrisas "distraerían con facilidad a los conductores y que provocarían accidentes". En medio de su lucha para obtener la patente apareció en escena Henry Ford, quien tomó contacto con este invento, al parecer, sin tener relación con Anderson. Fiel a su destino innovador, interpretó su utilidad, que en un principio testeó en los Ford T con parabrisas. Más tarde, a partir de 1908, todos los Ford salieron con este dispositivo. Y desde 1916 fue equipamiento estándar en todos los autos americanos.

En 1905, a fuerza de pruebas superadas, se hizo justicia cuando se reconoció la patente, de la que existe poca documentación detallada y, se presume, se perdieron datos importante. Lo que sí confirman los investigadores es que esta mujer tenía 39 años cuando lo inventó y no utilizó su creación para obtener réditos.

Murió en 1953 a los 87 años en su querida Alabama.

Anderson tenía el deseo de ayudar a ese motorman del tranvía que la llevaba a New York, sin quererlo su creación cambiaría la visibilidad y la seguridad en la

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